Guatemala, los amigos del chanchullo y las elecciones – Por Rafael Cuevas Molina

Ballot box painted into national flag colors - Guatemala
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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Rafael Cuevas Molina *

En Guatemala, a los amigos del chanchullo también se les conoce como Pacto de Corruptos. Es decir, se trata de una alianza entre gente que ha hecho de la política un medio para estar en el lugar apropiado desde donde lucrar. Bien situados, estratégicamente colocados, hacen o acrecientan capitales a los que bien se les puede llamar botín.

Un ejemplo significativo es el del ex jefe de Estado, general Otto Pérez Molina. Otto Pérez creó una red mafiosa denominada La línea, que evadía impuestos con la excusa de que se los robaban los políticos corruptos, y por lo tanto, preferían robárselos ellos a cambio de darles una parte a funcionarios de gobierno.

Pero el caso La línea tiene sus antecedentes: en los años setenta, otros dos generales crearon una red poderosa que sirvió para llevar a cabo operaciones de contrabando y otras actividades ilícitas, dando origen a dos grupos: el Sindicato y la Cofradía.

Asimismo, otra red de contrabando, la Moreno, controlaba en los años 90 el movimiento de contenedores, el valor de los productos importados y el tipo de mercancías que se movían. Tomaban control de los contenedores, los que luego eran devueltos al propietario después de pagar una suma de dinero (es decir, un secuestro en toda forma). Este dinero era repartido dentro de la estructura, que involucraba a la Policía Nacional, la Guardia de Hacienda, el Ministerio de Finanzas Públicas, el ejército y el Ministerio Público.

Son solo unos cuantos ejemplos.

Como cualquier bandido que se respete, los amigos del chanchullo tratan de evadir sus responsabilidades y hacen todo lo posible para tener la sartén por el mango de las instituciones que, si funcionaran correctamente, los metería en la cárcel como lo que son, viles delincuentes.

La red mafiosa que constituye los amigos del chanchullo también quiere hacer mutis por el foro y se consideran injustamente perseguidos porque se les pide cuentas de crímenes que cometieron durante los más de 36 años de enfrentamiento armado en el país. Empezando por firmitas como el general Efraín Ríos Montt, genocida que, sin inmutarse, oyó en el juicio que se le siguió en los tribunales de justicia los testimonios de decenas de sobrevivientes de las masacres que se cometieron en el país cuando gobernó con pasión mesiánica.

Son solo unos cuantos ejemplos relevantes, aunque aislados, del cúmulo de delitos y crímenes de esta clase gobernante que tiene en su haber un prontuario que no tiene nada que envidiarle al de esos mafiosos que son extraditados hacia el Norte. De hecho, varios de ellos lo han sido.

Así que nadie se extrañe que entren en pánico cuando un partido político que hace de la lucha contra la corrupción una de sus principales banderas tiene las opciones de llegar al gobierno.

Dado el hartazgo de la población con la corrupción, no hay partido que no levante esa lucha y se llene la boca proclamándola, pero ya sabemos que no es más que parafernalia que termina en agua de borrajas.

Este caso es distinto. El partido al que ponen trabas es uno nuevo, sin compromisos políticos ni vínculos con entes mafiosos, comandado por gente conocida por su honestidad, y que llevan como candidato presidencial al hijo de uno de los dos referentes de gobierno honesto que ha tenido el país en toda su historia.

Por eso es que están asustados y desbocados y apenas han empezado con sus chanchullos. Vendrán tiempos difíciles en los que van a hacer hasta lo imposible para evitar que el partido Semilla y Bernardo Arévalo lleguen a la presidencia. Hay que estar atentos, porque no vacilarán en tomar medidas que afiancen el autoritarismo y la arbitrariedad que están haciendo carrera en Centroamérica.

Como gato panza arriba

El Pacto de Corruptos pasa momentos de apremio en Guatemala. No habiendo calculado que un contrincante no deseado, que amenaza con destramar la red de apoyo mafioso que ha construido, llegaría a la segunda ronda de las elecciones presidenciales, sus flancos más débiles se desmoronan y, como dicen que pasa con los barcos que amenazan con hundirse, las ratas empiezan a huir despavoridas.

Entre ellos afloran contradicciones, resquemores y grietas que seguramente ya estaban presentes, que en tiempos de vacas gordas para ellos se obviaban, pero que ahora, cuando se sienten amenazados, se evidencian con toda claridad.

Funcionarios de diversas dependencias del Estado entran en contradicción y hasta enfrentamiento, y sobre ellos el núcleo duro del Pacto de Corruptos descarga su ira con la misma fuerza que si de contrincantes se tratara. Es una táctica de disciplinamiento y escarmiento con carácter ejemplarizante que pretende evitar el destramamiento de la red que han construido durante años, pero que tenía pies de barro.

Pero lo cierto es que el círculo de sus leales, que se parapetan tras la batalla judicial que llevan adelante, se reduce. Entre quienes prefieren establecer distancia hay de todo, empresarios, políticos, burocracia estatal y hasta mafias locales y transnacionales camufladas en cualquiera de los otros estamentos mencionados.
Recuérdese que para los negocios es muy importante el ambiente propicio y de confianza que prevalezca en el país y por ello, con espíritu pragmático, hay quienes ven que el Pacto de Corruptos ha revuelto demasiado el río en donde ellos deberían pescar.

Por otro lado, en el ámbito internacional es tan grande su descrédito que han dejado de ser útiles para quienes no tendrían empacho en hacerse de la vista gorda de todas sus maquinaciones si no fuera porque a ellos mismos les causan problemas.

El caso más relevante es el de los Estados Unidos, que con su famosa Lista Engel establece quienes son los que ha decidido tratar como apestados quintándoles las visas para viajar a Disneylandia y, dependiendo de la gravedad que decidan que tienen sus actos, agregue otras “sanciones”.

Esta misma semana han agregado a la ya bastante larga lista a quienes en estos días han llevado a cabo la persecución contra el partido Semilla, que es la ficha política con la que los demócratas se sentirían más cómodos negociando políticas y medidas que les ayudaran a, por lo menos, atenuar algunas problemáticas que les quiebran la cabeza, como las migraciones y el tráfico de estupefacientes.

En estas circunstancias, los recalcitrantes conservadores y cavernarios ideológicos del Pacto de Corruptos no tienen empacho en enarbolar argumentos que cualquiera diría que son esgrimidos por fervientes defensores de la soberanía nacional, antiimperialistas, pero no se trata más que de otra muestra de los enfrentamientos a los que son arrastrados en tiempos de crisis del modelo de dominación.

En el río revuelto en el que se ha transformado la política de Guatemala en estos días puede pasar cualquier cosa y por eso hay que estar muy atentos. Las maniobras del Pacto de Corruptos están en marcha y tienen la agresividad que exhibe un gato panza arriba asediado que huele la posibilidad de salir definitivamente del campo de juego.

* Historiador, escritor y artista plástico. Licenciado en filosofía y magíster en Historia por la Universidad de La Habana. Catedrático, investigador y profesor en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA), adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Presidente de AUNA-CostaRica.

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