Empleo: Mujeres uruguayas en el horno

EFE/ Federico Anfitti
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Empleo: Mujeres uruguayas en el horno

Héctor Tajam*

La información que el Poder Ejecutivo proporcionó a los parlamentarios en la Exposición de Motivos de la Rendición de Cuentas correspondiente al año 2022 da cuenta, para el fin del quinquenio del gobierno multicolor, que el valor de la riqueza creada por el trabajo nacional, en otras palabras, el famoso PBI (Producto Bruto Interno) habrá crecido en un 8,7% respecto a su valor en el año 2019. Traducido en dólares, esto quiere decir que el valor incrementado asciende a la suma de 32.371 millones de dólares. Si se repartiera entre los uruguayos que el INE (Instituto Nacional de Estadística) estima poblaran el territorio nacional en 2024 (3.577.896 personas), le corresponderían 9.048 dólares a cada uno.

Pero la sociedad uruguaya no funciona de esa manera. Las Cuentas Nacionales reparten el PBI entre salarios de los trabajadores dependientes y no dependientes, ganancias de los capitalistas e impuestos que recauda el estado. En 2019 la masa salarial que el conjunto de trabajadores recibió fue de 41,5% del PIB. Si en 2024 recuperaran el salario de 2019, o sea un incremento del 0% en 5 años, la masa salarial crecería solamente si aumentara la cantidad de personas ocupadas. El gobierno estima en 70 mil personas dicho aumento, un 4,3% más que en 2019.

En síntesis, el ingreso nacional creciendo 8,7% y la masa salarial tan solo en 4,3% apunta a una menor participación en la distribución de dicho ingreso al año 2024, que disminuiría al 40%.  En suma, una pérdida de 990 millones de dólares, que significan 600 dólares por trabajador, un importe muy cercano a lo que ganan mensualmente las 549 mil personas denominadas 25milpesistas por el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT.

Si el empleo es lo único que cuenta, habida cuenta de la ausencia de aumentos salariales, hay quienes aún les puede ir peor. Especialmente a las mujeres.

El mercado laboral según el sexo

Las estadísticas del INE que describen el mercado laboral uruguayo tienen como punto de partida el universo de las personas mayores de 14 años, o sea lo que se considera “una persona en edad de trabajar”. Ahora bien, esas personas pueden integrar la población activa o la inactiva. La población activa está integrada por quienes tienen o buscan trabajo, esto es están empleadas o desempleadas. Hay que tener en cuenta que por definición desempleado es quien busca trabajo y no lo encuentra. Si la persona deja de buscarlo pasa a integrar la población inactiva.

Si observamos el cuadro adjunto al final, de la población total en Uruguay las mujeres son mayoría (51%), y también lo son si consideramos solamente las personas mayores de 14 años (52%). Sin embargo, cuando estas personas en edad de trabajar se integran al mercado de trabajo la relación se invierte: solamente el 55% de las mujeres en edad de trabajar tiene un empleo o lo está buscando. Aquí ya tenemos una primera manifestación de la desigualdad de oportunidades, cuando muchísimas mujeres permanecen por razones sociales, económicas. culturales, patriarcales, en la población inactiva, quedando relegadas de un campo fundamental en las decisiones y rumbo de una sociedad. Pensemos que si se hubieran integrado igual que los hombres (72%), 250.000 mujeres más serían parte del mercado laboral.

Ahora bien, nos preguntamos, ¿cuántas mujeres en edad de trabajar efectivamente están ocupadas? Pues solamente el 50% encontró un empleo en 2023, el resto se encuentra desempleada o integra la población inactiva que ya no busca trabajo. Las oportunidades en el mercado de trabajo son menores para las mujeres, si pensamos por ejemplo en actividades económicas asociadas al sector agropecuario, la construcción, el transporte etc. Si las mujeres tuvieran la misma tasa de empleo que los hombres, casi 260.000 mujeres más estarían empleadas.

En cuanto al desempleo la situación no varía demasiado. El 54% de la población desocupada son mujeres, lo que significa que un 10% de las mujeres que buscaban trabajo no lo encontraron (tasa de desempleo). En cambio, los hombres, con una tasa de desempleo del 7%, tuvieron 12.000 desocupados menos que las mujeres a abril de 2023.

La situación del empleo así vista, en forma estática, en junio de 2023, de por sí ya es muy desigual aventurando proyecciones negativas. Si la viéramos en forma dinámica, cambiante, no nos cambia el panorama. Puede ser peor. En lo que va del año 2023, el empleo aumentó en 25.000 puestos de trabajo, pero solamente 5.700 (el 23%) correspondieron a mujeres nuevas ocupadas.

Empleo y condiciones de trabajo

Para las personas ocupadas, las condiciones de trabajo además han desmejorado. Nos referimos al “trabajo en negro” calificado como no registro a la seguridad social, y al subempleo, referido este último como un empleo incompleto, por horas insuficientes cuando la persona puede y está capacitada para hacerlo. Los hombres están más afectados que las mujeres en la ausencia del registro a la seguridad social, constituyendo el 58% del total del “trabajo en negro” a junio de 2023. Con respecto a diciembre 2022, las personas afectadas por el no registro aumentaron en 27.000, alcanzando un total de 362.228.

Pero el subempleo afecta más a las mujeres. El 54% de las personas subempleadas a junio 2023 son del sexo femenino (87.432), y desmejorando notoriamente ya que desde diciembre 2022 el incremento fue de 20%, que ha significado 14.363 mujeres más con esta deficiencia en el empleo. Esta problemática de subocupación es la que más afecta a la temática que encaramos desde el principio, ya que implica una reducción de los ingresos potenciales que pudiera alcanzar el trabajador o la trabajadora cubriendo todo el horario y con desarrollo pleno de sus capacidades.

(*) EconomiaPolitica.uy, Programa de Asesoramiento, Investigación y Formación en Economía Politica

*Economista, Director del Programa EconomiaPolitica.uy y Columnista de MateAmargo. Fue Diputado (2005/10) y Senador (2010/15) por el MPP, Frente Amplio.

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