El oscuro mapa de calor del desempleo en Uruguay

Foto: Dante Fernández / FocoUy
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El oscuro mapa de calor del desempleo en Uruguay

María Noel Sanguinetti y Gastón Núñez

La mancha del desempleo empezó a extenderse en todo el país. Si hacemos un mapa de calor se oscurece todo el territorio. Importa analizar la realidad de la política económica y monetaria en una realidad social que ya presenta una tendencia al deterioro, visto en los niveles de desempleo e informalidad.

Los datos promedio, donde Montevideo pesa y mucho, esconden dificultades demasiado importantes, ya que toman rasgos estructurales en términos de problemas de empleo, con niveles extremadamente altos y ya con varios meses de desempleo e informalidad.

Amerita un análisis en profundidad de los principales indicadores del mercado de trabajo a nivel de cada departamento y el comportamiento que viene teniendo, con perspectivas de mantenerse o agravarse.

El desempleo de dos dígitos se viene estableciendo como una realidad estructural con diferencias entre territorios.

Podemos mirar las cifras y comparar entre meses anteriores desde febrero de 2022, donde disponemos de datos desagregados por departamento. Hace unos meses los datos de desempleo, si bien eran preocupantes y había varios departamentos con tasas mayores a 10 %, en los últimos meses se amplía este número y la realidad geográfica se complejiza. Es un problema de la frontera pero también de otras áreas.

Este golpe es grande, porque empiezan a surgir casos donde se pasa de desempleo alto a niveles superiores a los dos dígitos. Este es el caso de la aparición del eje Ruta 5. Con la parada de las obras de la planta de UPM y del Ferrocarril Central surgen más casos.

Destacamos algunos fenómenos nuevos que se suman a la problemática de los altos niveles de desempleo e informalidad. En primer lugar, que los mismos pasan de ser coyunturales a realidades estructurales sin un conjunto de medidas para abordarlos. Esta estructuralidad tiene diferencias. Por ejemplo, el caso del departamento de Paysandú presenta niveles en los que el desempleo llega al entorno del 12 %. Mientras que podemos identificar otra franja de más dificultades, como el caso de Salto y Río Negro, donde se supera el 14 %. Por su parte, Soriano está en un escalón debajo de Paysandú que tiene variaciones pero difícilmente baja del 10 %.

Se hace más visible la situación compleja del eje Ruta 8 con el caso de Treinta y Tres, con más de un semestre superior al 10 % y Lavalleja en el entorno del 10 %.

Surge como lamentable novedad el caso Ruta 5 ya mencionado. Hace unos 6 meses no sucede, el tema es más nuevo pero está asociado al fenómeno obras UPM y Ferrocarril Central. Podríamos decir que es coyuntural. Pero cabe preguntarnos que si lo que llevaba a niveles tan bajos de desempleo es una obra de semejante envergadura, la solución implicaría una alternativa de ese nivel. Por lo tanto, lo coyuntural es el buen nivel de empleo y no el desempleo. De esta forma tenemos Tacuarembó en 11,8 % de desempleo en junio, Durazno 11,7 % y Rivera 10,5 %. El único que está bajo en relación al resto, pero llegó a estar a la mitad, es Florida, que en la última medición llega a 7,4 %, cuando hace unos meses no pasaba el 5 %. No podemos dejar de observar que cuanto más al norte de la Ruta 5 nos vamos, el problema se acrecienta en cifras y por los menores niveles de desarrollo y alternativa productivas más intensivas en mano de obra y generación de valor agregado.

La informalidad también es una realidad estructural de la frontera con Brasil, las cifras se mantienen altas y debe ser parte de una política de empleo ausente.

Algunos datos para analizar a nivel departamental. En Artigas en 12 meses se triplicó el desempleo y los niveles de informalidad son altísimos. Existen importantes problemas, 4 de cada 10 artiguenses están desempleados o son informales. Y cuando se da un leve ajuste a la baja en la informalidad, sube el desempleo.

En Rivera, donde la informalidad es gravísima, el desempleo pasó de 6,4 % en junio de 2022 a 10,5 % en junio de 2023. Los datos muestran que hay alrededor de 25.000 personas con problemas de empleo, desempleados o informales. Son casi la mitad de la población económicamente activa.

Por otra parte, está el litoral. Río Negro tuvo casi una duplicación del desempleo, llegando a 14,8 %. Si sumamos desempleados e informales, 1 de cada 3 activos tiene problemas. Soriano no es la excepción y tiene altos niveles de informalidad que llegan al 35,8 %.

Paysandú pasó de tener un desempleo en torno del 7,5 %, a llegar casi al 12 %.

Pero Durazno, Flores y Florida, que tenían niveles muy bajos, y que dada la dispersión amerita ver varios meses, ya consolidan aumentos importantes en el desempleo. Rocha, Maldonado y San José también ven deteriorados sus niveles de desempleo e informalidad.

Ausencia de una política laboral y monetaria

Tenemos un nivel de atraso cambiario de tal magnitud que nos ubica como el tercer país en el mundo con moneda sobrevaluada. Alcanza con ver quiénes ocupan el primer y segundo lugar en el podio para ver la magnitud. Pero en una inflación que se intenta mantener, parece que este desajuste del mercado de trabajo ya es asumido como parte de la realidad que el gobierno impone como parte de su política monetaria y económica.

El costo del ajuste es demasiado alto, pero también lo son las consecuencias que hoy tiene la realidad que le pega directamente a la competitividad.

La coyuntura de los commodities hizo que los grandes exportadores no se vieran totalmente afectados, pero ya el acumulado es importante y los reclamos se hacen sentir. Un ajuste puede ser un efecto complejo y golpear la inflación y los ingresos reales que, a diferencia de las grandes exportaciones, no llegan a una recuperación real prepandemia. Pero a eso se le suma ausencia de medidas para atender la crisis de frontera y de zonas con complejidades estructurales, como también la ausencia de políticas de empleo diferenciales que son necesarias para combatir los altos niveles de desempleo, informalidad y subempleo que tanto golpean a las clases medias y bajas generando pobreza, marginalidad y afectaciones sobre la calidad de vida.

Caras y Caretas

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