China en Latinoamérica: intercambio comercial, yuanes y BRICS – Por Paula Giménez y Matías Caciabue

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

 Por Paula Giménez y Matías Caciabue*

El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por la gobernanza global que tiene como protagonistas a las grandes potencias económicas del G2: EE.UU. vs China. Esta guerra no tiene las características bélicas clásicas, sino que nos encontramos en una guerra multidimensional por todos los medios y por todos los fines, guerra económica, financiera, tecnológica, psicológica, cultural, estratégica, etc.

En este escenario mundial de crisis intercapitalista, sumado a la gran cantidad de recursos naturales, energéticos y materias primas, América Latina se convierte en un importante territorio de disputa. Históricamente este territorio se encontró bajo el dominio de las coronas europeas, luego el capitalismo británico se impuso como gran potencia económica y colonial en la región y finalmente, EE.UU. a través de su doctrina Monroe, tomó Nuestra América como su patio trasero.

Sin embargo, en los últimos años, China viene profundizando y extendiendo su influencia en la región mediante diferentes acuerdos de intercambio comercial y de inversión directa, además de proyectos políticos y económicos como los BRICS o la Ruta de la Seda. En 2021 el valor total del comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica y el Caribe aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones, por valor de 451.591 millones de dólares, según datos oficiales de China. El gigante asiático actualmente es el segundo socio comercial de mayor importancia para la región. En 2021, las exportaciones de América Latina hacia China llegaron a unos 222.582 millones de dólares, lo que representa un incremento del 31,4% respecto al año anterior.

Mayor presencia del yuan en América Latina

Pekín ha mostrado su intención de lograr una mayor presencia del yuan en América Latina a lo largo de la última década, luego de volverse un socio comercial clave en la región y una fuente de financiamiento para algunos países. En 2015, las autoridades chinas firmaron acuerdos de intercambio de inversiones y divisas con Chile, donde anunciaron la apertura del primer banco de compensación en yuanes de Latinoamérica.

China ha logrado acuerdos de compensación en yuanes en otras regiones y en febrero anunció uno en Brasil, su mayor socio comercial en América Latina con un intercambio bilateral que en 2022 alcanzó un récord de US$150.000 millones. Por su lado, Sergio Massa, Ministro de Economía de Argentina, anunció en abril un acuerdo para dejar de pagar las importaciones de China en dólares y comenzar a hacerlo en yuanes, tras activar un swap o acuerdo de intercambio financiero con el país asiático equivalente a US$5.000 millones. En Bolivia, el presidente citó el nuevo uso de yuanes en el comercio exterior de Argentina y Brasil como un posible camino a seguir ante la reducción de las reservas internacionales y escases de dólares.

El objetivo de esas instituciones, también conocidas como clearing houses, es facilitar transacciones internacionales entre la moneda local y el yuan, sin tener que pasar por el dólar como suele ocurrir.

Cumbre de los BRICS

Esta semana se desarrolló en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, la Cumbre de los jefes de estado de los países integrantes del BRICS.

La 15º Cumbre denominada “Los BRICS y África” concluyó, contra todos los pronósticos mediáticos, con el anuncio del ingreso de Argentina, luego de largas discusiones internas. También se resolvió la incorporación de otros cinco países: Irán, Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, que a partir del 1 de enero de 2024, serán miembros plenos.

Argentina viene hace tiempo pidiendo el ingreso al organismo al igual que otras naciones como Indonesia y Arabia Saudita. En total, 67 países habían presentado su solicitud de incorporación.

El gobierno argentino contaba de antemano con el visto bueno de China, Brasil y la India para sumarse a los BRICS. “Defiendo que nuestros hermanos de Argentina puedan participar de los Brics. Vamos a ver en la reunión si será ahora o en dos meses o en el futuro pero es importante que Argentina entre a los Brics. Brasil no puede hacer política de desarrollo industrial sin olvidar que Argentina es un país que tiene que crecer junto con nosotros, que tenga poder de compra”, afirmó el presidente brasileño, cuando aún no se confirmaba la noticia.

Las expectativas respecto de que Argentina lograra ingresar en esta Cumbre y de que se concretara un préstamo del Nuevo Banco de Desarrollo, conducido por Dilma Russef eran bajas, por lo que la Cancillería Argentina confirmó que el Presidente Alberto Fernández no participaría personalmente del encuentro.

Al conocerse la noticia el presidente argentino difundió un mensaje en el que afirmó que “ser parte de los Brics nos fortalece y no excluye otras instancias de integración, y menos todavía la orgullosa pertenencia argentina al sistema multilateral de las Naciones Unidas”.

El ingreso de Argentina está basado en su capacidad para proveer productos alimenticios como soja y cereales, junto con recursos estratégicos como el gas natural, el gas de esquisto, distintos minerales y, sobre todo, el cada vez más valorado litio. Además, Argentina posee un capital científico plenamente consolidado, entre otros aspectos, con especialización en biotecnología y en tecnología logística aplicada.

Además del trabajo sobre nuevos mecanismos para considerar el ingreso de más miembros durante la Cumbre se abordó un tema clave para la alianza: la desdolarización del comercio internacional, su reemplazo por una moneda fuerte como el Yuan chino o por una nueva moneda al estilo del euro de la Comunidad Europea, idea promovida por Lula Da Silva.

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, promueven un modelo de desarrollo con políticas para la erradicación del hambre y la pobreza a escala global para 2030, sustentado en la cooperación Sur-Sur y en la creciente vinculación entre naciones con economías complementarias y con similares objetivos económicos, políticos y sociales. Con estas nuevas incorporaciones el bloque pasará a representar el 36% del PBI y el 46% de la población mundial. Al momento el bloque contribuye con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.

Latinoamérica en la disputa global

Es este contexto internacional el que obliga a China tener que imponer su proyecto estratégico por sobre el de EEUU, en un territorio que histórica, cultural y económicamente estuvo dominado por este último. Es también este proyecto estratégico, ya en marcha, con pretensiones y condiciones para imponer su dominio, el que visualiza a América Latina como una gran región en disputa, por sus recursos naturales (litio, gas, petróleo, minerales, tierras raras), por sus “mercados” de producción y consumo, y por su calificada y “barata” fuerza laboral.

El aumento del comercio y el uso de monedas locales para el intercambio, la incorporación de los países latinoamericanos a la “nueva ruta de la seda”, el ingreso de Argentina al BRICS, el aumento de la Inversión Extranjera Directa, son algunas muestras de que el gigante asiático se toma muy enserio la disputa de este territorio.

Los pueblos de Nuestramérica debemos ser conscientes que si a ambos proyectos estratégicos, si no les imponemos una voluntad política de unidad, asentada en la organización dinámica y consciente de los sectores populares, primará, en uno y otro lado, una estrategia extractivista. Sólo una región políticamente fortalecida y económicamente integrada nos permitirá que el uso de dichos recursos posibilite el bienestar y desarrollo económico de la región. Como nos enseñó el Libertador José de San Martin, “cuando la Patria está en peligro, todo está permitido excepto no defenderla”.

*Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Caciabue es Licenciado en Ciencia Política y Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional UNDEF en Argentina. Ambos son investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) y analistas de NODAL.

 

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