Argentina | El cuarteto, emblema de la música popular, celebra 80 años
El cuarteto nació de la fusión de la tarantela italiana y el pasodoble español. «En sus comienzos, la formación característica fue a partir del sonido del violín, el piano, el acordeón y el contrabajo. El objetivo del primer cuarteto característico fue hacer bailar y hacer alegrar a la gente con el baile, hacerlos olvidar por un rato de todos los problemas cotidianos, y eso sigue pasando, entre otras cosas, porque aquella madre baile, ha sembrado bien sus raíces rítmicas, para que el cuarteto siga vigente”, explica la artista Vivi Pozzebón, encargada de las entrevistas en el documental Madre baile.
Hace algunos años, el gobierno de Córdoba declaró el 4 de junio como Día del Cuarteto, reconociendo de ese modo al cuarteto como parte integrante del patrimonio cultural provincial y como un género folklórico musical propio, característico y tradicional de la provincia en todas sus manifestaciones. La fecha elegida fue en conmemoración del primer show que brindara el Cuarteto Leo. “Todo comenzó allá por 1943, cuando Augusto Marzano, decidió formar el inolvidable Cuarteto Característico Leo”, cuenta.
Vivi Pozzebón es percusionista, cantante y compositora y recientemente ganadora del Premio Gardel en la categoría «Álbum Instrumental-Fusión-World Music», por Tamboreras por el mundo Volumen 1, un trabajo que forma parte del recorrido que la artista cordobesa viene realizando con talleres, encuentros, entrevistas, registros audiovisuales, colaboraciones. Además, junto a Carolina Rojo, realizó Madre baile, un documental que habla sobre el origen etno musical del cuarteto y el rol de la mujer en el género.
EL GÉNERO MUSICAL TAMBIÉN ES CONOCIDO COMO «TUNGA TUNGA»
“El género tuvo como primer protagonista al Cuarteto Leo, el primer conjunto característico, donde se destacó como pianista Leonor Marzano, que fue la creadora desde el piano, del ritmo de lo que hoy denominamos cuarteto o el tunga tunga como decimos en Córdoba”,
cuenta. “Es decir, el ritmo de cuarteto se origina en el piano y en las manos de ella, en su mano izquierda marcando el pulso y la derecha el contrapulso, ese es el origen rítmico de ese género tan característico de Córdoba y, sin embargo, la Leo, estuvo siempre muy invisibilizada. A partir de la película logramos visibilizar una historia que no se conocía”, historiza en Cacodelphia.
“Hasta no hace mucho, pocos sabían quién era la Leo, por eso primero surgió la canción, que compuse en 2011 y que le dio nombre a mi segundo disco solista y también al documental, donde destacamos su trabajo y el origen etno-musical de esa música popular cordobesa. Hasta acá había pocas cosas documentadas sobre el cuarteto, que es una música popular poco documentada y recién ahora se lo está revisando y se lo está poniendo en valor”, señala.
Madre baile fue filmado en Córdoba capital y en el paraje Pozo del Tigre (Córdoba) entre 2018 y 2020, y contó con la participación de Eduardo Gelfo, Carlitos “Pueblo” Rolán, Marta Gelfo, Martín Rolán, Negro Videla, Miguel Puch, Martín Rosel, Daniel Franco, Beto Guillén, Emeterio Farías, Silvia Robles, Roberto Maldonado Costa, Víctor Pintos, Pablo Ramos, Andrea Lacombe, entre otros y otras referentes del ritmo.
“Uno de los ejes importantes que atraviesa el documental es dar cuenta de la participación de las mujeres dentro género. A partir de entrevista a diferentes personalidades del género, indagamos sobre el origen del cuarteto y sobre la presencia de la mujer en el mismo”, expresa.
Madre baile se estrena en septiembre en La Plata. Será en el marco del ciclo de cine y música organizado la productora “Por la Huella”, que busca dar espacio a realizadores audiovisuales que trabajaron temáticas relacionadas a la música popular, se proyectará con entrada libre y gratuita en La Salamanca.
La señora del piano saltarín
Leonor Marzano
nació un 24 de octubre de 1921, en la provincia de Santa Fe. Fue la única hija de Augusto Marzano y Josefa Bonesso. Luego de la muerte de su madre a su madre a la edad de 10 años, Leonor se traslada a Cruz del Eje con su padre Augusto, y más tarde a Córdoba Capital, donde se convertiría en la madre del cuarteto cordobés. Hacia 1938, Augusto Marzano, tocaba el contrabajo en una orquesta llamada “Los Bohemios” de la que se apartó en 1943, para fundar la banda que daría inicio a “El Cuarteto Leo”.
Era muy jovencita la Leo cuando subió por primera vez a un escenario y por lo que ahora sabemos fue parte indispensable del swing del cuarteto. Su swing era inconfundible, sabías que era la Leo la que estaba tocando, porque todo el mundo dice que le pegaba muy fuerte a las teclas y te hacia bailar, por eso la llamaron ‘la señora del piano saltarín’. Imaginemos que en aquellos tiempos no había propalación del sonido, entonces, era todo a pura mano”, describe Pozzebón.
“Musicalmente tuvo mucha influencia en el sonido de la banda donde hacía arreglos y componía, o sea, que su presencia fue muy importante. Ahora esa presencia no se refleja ni en las tapas de los discos, por eso nunca en toda la historia del cuarteto, se puso en evidencia que la Leo era por ella”.
En la capital cordobesa, Leonor Marzano estudió piano en el conservatorio del Carril, y tras 8 años de estudio, comenzó a integrar la orquesta de su padre. “Cuando ella comenzó imaginó que sería ´la hija de´, porque el que tuvo la idea de hacer esta formación de cuarteto fue su papá. Ella en ese momento era una chica veinteañera que iba con su padre, ellos se quedaron viudo de su mamá y su padre, no quiso dejarla sola en la casa y de ese modo la incluyo en los bailes de fin de semana”, relata Pozzebón. “Después se casó con Miguel Gelfo, que era el acordeonista y entonces pasó a ser ´la señora de´, nunca fue Leonor, por eso con la canción y el documental le hicimos dar un paso al frente”, suma.
La ópera prima de Carolina Rojo y Vivi Pozzebón aborda la relación entre las mujeres y el mundo del cuarteto. En ese sentido, la cantora y compositora cordobesa, aseguró que “después de la Leo, hubo muy pocas más mujeres, porque en el cuarteto, como en muchos géneros musicales, predomino la presencia masculina”.
“En los años ’70, surgieron ´Las Chichí, un trío de mujeres que surgió a partir del desprendimiento de Chébere, grupo que nació antes de la dictadura y que duro un año y medio. Después hubo que esperar hasta los años ´90, que apareció ´La Gata Noelia’, quien logró un protagonismo interesante en un género, que desde sus inicios siempre fue liderado por los hombres”, repasa.
“Cuando hicimos la película algunas mujeres mientras filmábamos decían una cosa y cuando se apagan las cámaras decían otra. Es decir, hay todavía muchos recelos de algunas cosas, que no se pueden decir, porque, entre otras cuestiones, el cuarteto tiene mucho de familiar. Por eso nadie quiere hablar mal de la familia y de ese modo cuesta hoy todavía, que se digan algunos asuntos”, cuenta.
Sobre este tema, señala que hubo muchos tabúes que impidieron que la mujer suba al escenario, algo que hoy de a poco vamos dejando atrás. «Leonor, como muchas otras mujeres de la época, tocaba el piano puertas adentro, y acaso si su madre no hubiera muerto tan temprano, la historia hubiese sido otra. Pero sucedió que su mamá murió y su padre para no dejarla sola la subió al escenario”, resalta.
“Actualmente está Magui Olave, prima de Rodrigo, Lorena Jiménez, la hija de la Mona, las chicas de Banda Mix, es decir, hay más presencia femenina, no solo como cantantes, sino como instrumentistas, por ejemplo, en la banda de la Mona Giménez toda la sección de percusión es femenina”, ejemplifica.
Muchos prejuicios
El cuarteto nació un sábado de 1943 en Colonia Las Pichanas en el auditorio de LV3, donde se presentó el Cuarteto Leo como una novedad. A la semana siguiente el grupo regresó a esa ciudad cordobesa y ya nadie puso resistirse al tunga tunga creado por Leonor. “Luego de aquello se comenzó a tocarse en distintos pueblos del interior de Córdoba, hasta que empezó a sonar en las radios y de eso modo logró ganar más audiencia en Córdoba capital. En los años de dictadura hubo mucha razzia, no dejaban tocar y no se pasaba cuarteto en las radios y hoy es la música más representativa de la provincia”, relata.
“Sin embargo, es un género, sobre el cual todavía pesan hoy muchos prejuicios, incluso hay quienes en Córdoba ven al cuarteto, como algo inferior, inclusive, entre los músicos se sostiene esa idea. Y no son pocos los que creen que es fácil de tocar y eso no es así, el cuarteto es una música folclórica que requiere de toda una sabiduría y un swing que merece mucho respeto”, dice.
Vivi es orinda de un pueblo llamado ‘Los Surgentes’, que se encuentra casi al límite de Santa Fe. Acerca de eso narra que «de allí a comienzos de los años ‘90, me fui a estudiar composición musical a la Universidad de Córdoba, donde todavía hoy no hay una carrera de música popular. En esos años había una resistencia total con el género, se decía que tocar cuarteto era rebajarse y el que comenzó a cambiar esa idea, fue Rodrigo, quien puso al cuarteto en otro plano”.
Soy cordobés
“Rodrigo fue el primer antropólogo musical del cuarteto, el primer pensador dentro del cuarteto y el primero que hablo de su historia. ‘Soy cordobés’, es como un himno del género, donde nombra toda la historia del género, aparecen allí la Leo y los cuatro grupos principales de Córdoba: ‘El cuarteto Leo’, Carlitos «Pueblo» Rolán, ‘El cuarteto de oro’, donde comenzó a cantar la Mona Giménez y el ‘Cuarteto Berna´, toda esa historia aparece en su famosa canción”
, repasa.
Rodrigo Alejandro Bueno nació en Córdoba el 24 de mayo de 1973 y murió en un accidente de tránsito el 24 de junio de 2000. Fue conocido como el Potro Rodrigo o solamente Rodrigo, con el cual instaló el sonido del cuarteto en todo el país. “El cuarteto es muy localista y el que rompió con ese parámetro es Rodrigo, quien logró que escuchen distintas edades y distintos estratos sociales, Rodrigo fue quien logró romper con muchas fronteras. Creo que él quería llevar el cuarteto al mundo, lamentablemente se fue muy pronto, porque hoy sería un Carlos Vives, es decir, una figura internacional de la canción”, afirma.
Patrimonio cultural
Actualmente, se está trabajando en la creación del Instituto Nacional del Cuarteto, por un lado; y por otro, en la postulación del género ante la UNESCO, para ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
“Desde el año pasado una comisión viene trabajando para conseguir destacar al cuarteto como patrimonio cultural y también para llevarlo a las escuelas para que forme parte del curriculum y de ese modo tener al cuarteto dentro de la curricula de los colegios”, dice Pozzebón. Dichas acciones apuntan a salvaguardar esta expresión cultural y artística tan característica de la provincia y posicionar a Córdoba como cuna del cuarteto.