Luisa González, presidenta – Por Gabriela Rivadeneira Burbano
Luisa González, presidenta
Por Gabriela Rivadeneira Burbano*
Estamos a un mes de que el pueblo ecuatoriano acuda a las urnas en este proceso electoral presidencial y parlamentario inesperado, producto de un salvataje político que impidió que el presidente banquero Guillermo Lasso fuera censurado por el parlamento ecuatoriano.
Son ocho binomios presidenciales presentados para esta contienda, siete de esos ocho son representantes de grupos políticos conservadores y de derecha, entre los que cuentan: Jean Topic, un mercenario, comerciante de armas; Otto Sonnenholzner, uno de los cuatro vicepresidentes del fallido gobierno de Lenin Moreno; Villavicencio, un abogado petrolero que se convirtió en denunciólogo contra el correísmo; Yaku Pérez, que aparece en cada proceso electoral vestido de “político alternativo” con fuertes vínculos con ONGs extranjeras; y un par más que no tienen mayor referencia en la política nacional.
Ante la realidad de ser el segundo país más inseguro del continente, con un crecimiento por debajo de la media regional, sobre endeudados y desesperanzados, tenemos el enorme reto de estar a la altura de las demandas del pueblo, tenemos el reto de conquistar la esperanza y el bienestar para las grandes mayorías. Eso lo entendemos desde la Revolución Ciudadana, entendemos que no podemos improvisar, que no podemos fallar y así como fuimos el gobierno de las mayorías en los 10 años liderados por Rafael Correa, donde las mujeres tuvimos un rol protagónico en la esfera pública y no dejamos de serlo en estos últimos 6 años como oposición al neoliberalismo. Lo somos hoy, representadas con la única mujer candidata para los comicios presidenciales. Y es que, frente a los rostros masculinizados que veremos en la papeleta presidencial, aparece punteando y liderando encuestas públicas y ciudadanas la única mujer candidata, la madre soltera, la profesional, la política, la mujer que como buena manabita y ecuatoriana no se amilana ante los patriarcas.
Más allá de romanticismos, los momentos que atravesamos requieren de una pragmática necesaria para ganar en primera vuelta este proceso electoral. Vamos bien, todas las encuestas nos ponen primeros, en las calles la gente sale a respaldar a nuestro binomio; pero no nos confiemos, afiancemos a la interna, abracemos a la militancia, abramos más espacios ciudadanos, posibilitemos alianzas sociales y partidistas, copemos los medios de comunicación con las voces de nuestra dirigencia, de nuestros candidatos y candidatas a asambleístas. Esta batalla electoral no es de una sola persona, es de todas y todos los que creemos que el país de la seguridad y de la justicia social es posible. Hagamos carne el sentir ciudadano, hagamos realidad el país para nuestras hijas e hijos.
A aquellos que llenan las redes sociales con peyorativos repetitivos y mecanizados, les decimos alto y fuerte que llamarnos amantes, incapaces, bachilleres, nuevas ricas, perras, prostitutas, borregas, yeguas, solo nos hace más fuertes. Están abonando a la indignación social y a la de millones de mujeres que sacan sus hogares adelante, que se gradúan a edad adulta, que la batallan desde el campo y la ciudad para hacerse sentir y respetar, para ser cada vez más matrias en medio de patriarcas insolentes e indolentes. Están haciendo que la indignación de los más, proclamen el triunfo de la primera mujer presidenta del Ecuador, porque este 20 de agosto 2023 será histórico para la Patria, será de valentía, será de unidad, será de esperanza y de recobrar el orgullo de ser ecuatorianos y ecuatorianas. Porque este 20 de agosto 2023 en una sola vuelta, Luisa González será nuestra presidenta.
*Expresidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador y primera mujer en ejercer dicho cargo. Directora Ejecutiva del Instituto para la Democracia Eloy Alfaro (IDEAL). Fundadora del Grupo de Puebla. Ha desempeñado distintos cargos de elección popular: concejala, vicealcaldesa, viceprefecta y gobernadora.