¿Qué sigue para el Gobierno de Gustavo Petro? – Por Daniela Pacheco

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¿Qué sigue para el Gobierno de Gustavo Petro?

Por Daniela Pacheco*

A un año del triunfo electoral del presidente Gustavo Petro en Colombia, el primer mandatario de izquierda en ese país, los retos para su Gobierno son múltiples: la implementación de las reformas a la salud, al sistema laboral y al régimen de pensiones; la entrada en vigor del cese al fuego con la guerilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN); y la próxima renovación de 32 gobernaciones y más de mil alcaldías que tiene Colombia.

Retos que tendrá que cumplir en un ambiente abiertamente hostil en el Congreso, y como era de esperarse, de los medios de comunicación tradicionales. El Gobierno de Petro apenas ha logrado aprobar once (cinco aún sin sanción presidencial) de sus 37 proyectos priorizados, la mayoría de ellos durante el primer tramo de la legislatura.

Luego del rompimiento de la coalición oficialista con algunos partidos políticos tradicionales, se hundió la reforma laboral. Las viejas élites empresariales y políticas no ceden en Colombia; quieren mantener intacto el injusto status quo construido durante el siglo XX.

El presidente Gustavo Petro ha insistido en que reformas como la laboral volverán a ser presentadas en la próxima legislatura para su discusión. Sin embargo, en medio de la parálisis legislativa, el presidente y su Gobierno tendrán que hacer una priorización de los proyectos que tienen más viabilidad de ser aceptados, así como trabajar en una nueva coalición de Gobierno, que vaya más allá del membrete y logre una voluntad de apoyo a las reformas, previamente discutidas y concertadas.

Mientras al presidente Petro se le exige moderación y “bajar el tono”, el Congreso, máxima expresión de las élites y de los intereses sectarios, no ha estado a la altura de las circunstancias y hace oídos sordos a las demandas del pueblo colombiano postergadas por décadas y explícitamente manifiestas durante el estallido social de 2021. Las élites colombianas no saben lidiar con alguien “distinto”, cuyo liderazgo sacó a la izquierda de la marginación a la que estaban acostumbrados.

Respecto al proceso de paz con el ELN, los retos no son menos complejos. Gustavo Petro aseguró que la paz entre ambas partes se podría lograr en mayo de 2025. El recién firmado alto al fuego podría aliviar la situación de violencia que padecen varios territorios, pero hay que enfatizar que la guerrilla del ELN es una organización completamente fragmentada, de muchas cabezas, compuesta por múltiples frentes, la mayoría de ellos ligados al negocio del narcotráfico, sin interés en abandonarlo.

Por su parte, las elecciones regionales de Colombia de 2023 se llevarán a cabo el 29 de octubre de 2023, con el fin de elegir los cargos de gobernadores para los 32 departamentos y alcaldes de 1.101 municipios. La persistencia de los clanes políticos en las regiones y el mal desempeño de algunos cuadros dejarían fuera a la centro izquierda de las alcaldías más importantes del país: Bogotá, Cali y Medellín.

Aunque los retos parecen difíciles, no hay ninguna duda en que Colombia está cambiando y un proceso de cambio siempre es controversial. De ser una fuerza marginal, siempre con menos del 10% de la votación, la izquierda avanzó y puso en discusión reformas sociales urgentes; por primera vez se ponen a nivel del pueblo, los temas que realmente le importan y afectan. A pesar de los vientos en contra, la aprobación del presidente Petro ronda el 50% y en el sector de los jóvenes, el 62%.

*Comunicadora social y periodista. Asesora de gobiernos progresistas. Colaboradora del Instituto para la Democracia Eloy Alfaro (IDEAL).

 

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