Chile | Acto recuerda último plano del camarógrafo Henrichsen, asesinado por golpistas en 1973

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Acto recuerda último plano del camarógrafo Henrichsen, asesinado por golpistas en 1973

Este jueves, un centenar de personas, con autoridades y entidades de memoria conmemoraron la muerte del argentino, justo en el punto en el que lo asesinaron en el centro de Santiago en el llamado “Tanquetazo” hace justo medio siglo, a escasos 200 metros del palacio presidencial de La Moneda, donde una placa metálica honra su memoria.

El último plano registrado por el camarógrafo y periodista argentino Leonardo Henrichsen fue el de su propio asesinato, un disparo directo y sin provocación alguna percutido hace 50 años atrás por el entonces suboficial del Ejército chileno Héctor Bustamante, parte de las tropas sublevadas en el llamado “Tanquetazo” que el 29 de junio de 1973 desplegaron la primera intentona golpista contra el gobierno constitucional del socialista Salvador Allende (1908-1973).

Mientras preparaba junto a su colega Jan Sandquist una entrevista al senador del Partido Comunista (PC) Volodia Teitelboim, Henrichsen escuchó desde el extinto Hotel Crillón en Agustinas 1035, en pleno centro de Santiago, las primeros tiros del Regimiento Blindado N°2, unidad que inflamada por la ultraderecha chilena y miembros de la organización terrorista Patria y Libertad, intentó derrocar el régimen democrático con seis tanques y algunos vehículos de transporte de infantería.

Tras salir a la calle en busca de registro, Henrichsen capturó en su encuadre final imágenes que mostraron, según relató el documentalista Patricio Guzmán en su película la Batalla de Chile, “la verdadera cara de un sector del Ejército chileno, dos meses antes del golpe final”.

Este jueves, un centenar de personas, con autoridades y entidades memorialistas, conmemoraron la muerte de Henrichsen, justo en el punto en el que lo asesinaron en el centro de Santiago, a escasos 200 metros del palacio presidencial de La Moneda, donde una placa metálica honra su memoria.

“Es un argentino comprometido con las causas de la democracia que fue asesinado por su compromiso por la verdad. Leonardo está en la memoria del pueblo chileno. Simboliza la dignidad de los periodistas que son capaces de poner su vida en peligro para contar la verdad”, reivindicó a EFE el presidente del Comité Ciudadano de Memoria Democrática, Francisco Estévez, tras el acto de recuerdo.

Un signo de futuro

Henrichsen, herido brutalmente por el agente que descendió de un jeep militar plagado de soldados, cayó frente al Banco Central. Las imágenes del homicidio, el acto vil que se da en medio de un Santiago convulso y atemorizado, fueron reveladas con posterioridad en Argentina y difundidas un mes después en Chile, generando gran impacto a nivel nacional e internacional.

La búsqueda de justicia por este asesinato quedó atrapada en un clima deteriorado, donde la conspiración y la traición en contra del entonces Gobierno chileno, orquestada desde los más diversos poderes, planificaban su arremetida final.

Recién en 2005 la identidad del asesino fue revelada, aunque en 2006 el delito fue prescrito y la investigación abierta en 2007 no concluyó tras la muerte de Bustamante en 2008.

“Este acto, esta muerte, en varios aspectos es un signo. Fue un signo del futuro porque, pese a hechos como este, se mostró consecuencia de Allende, que era capaz de morir por sus convicciones y quiso resolver por la vía democrática”, dijo a EFE el coordinador del Comité Ciudadano de Memoria de Democrática, Francisco Estévez.

“Fue un signo en tanto se vio la cara más abyecta de los políticos de ultraderecha, fue un signo de la represión que no tenía reparo alguno en disparar a matar, un signo de amenazada de muerte para la prensa que buscaba contar la verdad. Todos son signos de lo que va a venir. Por eso es importante recordar esta fecha, porque no solo es una memoria de Leonardo, es también una memoria propia, de un país que tuvo que enfrentar lo que pasó”, reflexionó Estévez.

Rostro de la prensa

El ‘Tanquetazo’ fracasó. El resto de las Fuerzas Armadas no se plegó a la acción comandada por el coronel Roberto Souper, gracias al talante del excomandante en Jefe del Ejército y férreo constitucionalista, general Carlos Prats González. En las filas leales de esa mañana de junio, estaba también el oficial Augusto Pinochet, quien se sumaría luego a encabezar la conjura que terminó con la democracia en Chile el 11 de septiembre de 1973.

Entre julio y septiembre de ese año, las aguas en Chile se agitaron cada vez más. A la fecha múltiples historiadores de distinto signo reconocen en la prensa un rol preponderante para generar el clima, hecho indiscutido una vez que salió a la luz el financiamiento que la Agencia Central de Inteligencia (CIA – por sus siglas en inglés) inyectó a El Mercurio para desestabilizar a la opinión pública.

Pero la prensa fue más que eso. Fue también camarógrafos como Henrichsen, que se empeñaron en dar testimonio veraz de su circunstancia histórica.

“Es muy importante recordar el rol de la prensa, de periodistas, fotógrafos y camarógrafos en los meses previos y durante el golpe. Es un hito muy relevante que nos trae al presente la acción valerosa que tuvieron tantos periodistas y comunicadores de contarle al mundo lo que ocurría en Chile, en el caso de Leonardo, el llamado ‘Tanquetazo’”, reivindicó a EFE la presidente nacional del Colegio de Periodistas, Rocío Alorda.

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