Paraguay | Tranquilas elecciones derivaron en violencia – Por Adolfo Giménez

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Tranquilas elecciones derivaron en violencia

Por Adolfo Giménez (*), especial para NODAL

Una tranquila campaña electoral para elegir al nuevo presidente de la República derivó repentinamente en protestas violentas en las principales ciudades del país.

Los resultados preliminares de las últimas elecciones del pasado 30 de abril confirmaron al abogado Paraguayo Cubas como la nueva figura política, con una gran capacidad de movilización. Su organización, Cruzada Nacional, se convirtió de manera sorpresiva en la tercera fuerza política con el 23 por ciento de los votos.

La transmisión de resultados electorales provisorios  de la Justicia Electoral arrojó que Santiago Peña, del Partido Colorado, obtuvo el 42 por ciento de los votos y Efraín Alegre, de la Concertación Nacional, 27 por ciento.

Cubas, conocido como “Payo”, es un exsenador que había sido expulsado del Parlamento por conducta violenta, con agresiones a colegas y otros incidentes callejeros con la policía y personas diversas. Es un político de discurso furibundo que mezcla casi todas las tendencias políticas y representa al líder antisistema, ataca diariamente a los políticos, a los jueces,  denuncia  la corrupción y pide la pena de muerte. Casi no hay parámetro para calificar con alguna claridad su tendencia política, reivindica el autoritarismo, no es de izquierda, tampoco se proclama neoliberal.

Apenas 24 horas después de cerrarse las urnas comenzaron sus simpatizantes a manifestarse con violencia en varios departamentos del país por supuesto fraude electoral y piden auditoría y conteo manual de votos. Lo mismo hicieron otros candidatos de la oposición. Hubo choques con la policía que arrojó varios heridos, quema de vehículos y saqueos.

La aparición de Cubas, de su movimiento y de la cantidad de votos que obtuvo, tiene una relación directa con la desconfianza creciente hacia las instituciones del Estado, la elevada corrupción en todos los niveles y el crecimiento de la desigualdad y de la economía informal, además de la alta concentración de la riqueza. Esto sería como la demostración de la crisis de un sistema representativo de democracia que no soluciona los graves problemas nacionales que afecta a la mayoría de la población.

El otro dato contundente de los recientes comicios es la casi desaparición de la izquierda y de la centroizquierda progresista. El Frente Guasu (FG) , liderado por el expresidente Fernando Lugo, se presentó dividido. Su consecuencia fue que  de tercera fuerza pasó al sexto lugar. El resultado electoral fue desastroso, solamente eligió una senadora y una diputada.

Esta situación de completo decaimiento es consecuencia de un trabajo político muy institucionalista (y muchas veces conciliador) dejando el discurso contestatario e irreverente a cargo de Cubas y otros políticos que lograron atraer a los jóvenes, a personas de sectores populares sin trabajo, sin educación y en condiciones de vida cada vez peor.

Después del 30 de abril el escenario político muestra la consolidación de un amplio bloque opositor de centro derecha y la vigencia de un poderosos aparato electoral del Partido Colorado que, sin embargo, ahora está rodeado por una oposición que en su conjunto tiene más votos, pero que nunca ha logrado alcanzar la unidad para enfrentarlo.

En esta ocasión no pasó desapercibida la intervención directa de la embajada de Estados Unidos en el proceso electoral. Convocó a reuniones a Peña y Alegre y aplicó sanciones al actual presidente del Partido Colorado, el expresidente Horacio Cartes (1913-1818), jefe político de Santiago Peña, por lavado de dinero y otros delitos. Esta intervención formaría parte de una agenda relacionada con la disputa con China, sostener el tradicional fuerte vínculo con Paraguay y el monitoreo permanente al lavado de dinero.

La economía paraguaya está fuertemente marcada por el dinero procedente del narcotráfico. La irrupción de ese dinero en el mercado local impacta sobre los intereses de la oligarquía tradicional, ocasionando una relación de acuerdos y conflictos. No podría hablarse todavía del surgimiento de una narcoburguesía, no tiene los contornos de una clase o grupo con objetivos políticos definidos. Lo más evidente son los narcodólares, por miles, millones, que representan capital y en consecuencia política. Para ello se utilizan las estructuras partidarias.

El Estado sigue siendo oligárquico, la burocracia se presta o se vente al que lo requiera y paga. La burocracia desarrolla sus propios intereses y cuida que se mantenga en funcionamiento el sistema.

Payo Cubas, con sus contradicciones y limitaciones (y riesgos), representa la esperanza de miles de jóvenes que comenzaron a manifestarse denunciando fraude y anunciaron que continuarán las movilizaciones en los próximos días. Pero empiezan a surgir problemas. Además de las denuncias de vandalismo en las últimas protestas, organizaciones de mujeres y de los derechos de la niñez  y adolescencia denunciaron al dirigente Rafael “Mbururu” Esquivel, de Cruzada Nacional, quien está en prisión imputado por abuso de menor y otros delitos.

De acuerdo a los resultados provisorios “Mburu”, como se lo llama, fue electo senador. Es un personaje conocido como agitador y organizador de asentamientos pobres y villas, calificado y tildado por algunos sectores de la sociedad como “lumpen”.

De confirmarse los resultados, la proclamación oficial de Santiago Peña de parte de la Justicia Electoral  tardará algunas semanas. Peña se caracterizó durante la campaña por un discurso conciliador y pacífico, con un programa económico muy similar al del actual presidente Mario Abdo Benítez, aunque ya lanzó señales de profundizar algunas medidas neoliberales como la “ampliación de la salud” entendida como la creación de un sistema mixto.

Las organizaciones sindicales, estudiantiles o campesinas participaron con muy poco peso en la última campaña electoral, demostrando su debilidad y dispersión históricas.

La situación política después de las elecciones se va encuadrando más a lo que es la realidad del país, a las variantes de su estructura económica y social.  Una oligarquía tradicional que controla las instituciones del Estado, además de concentrar el poder económico y político, junto a una creciente ampliación de la pobreza y la desigualdad. Una contradicción y un conflicto que se demuestran con claridad con las movilizaciones de miles de jóvenes que cierran rutas y calles de manera entusiasta, desatando una  ira y una frustración contenidas, aunque todavía con poca claridad política. 2 mayo 23.

(*) periodista paraguayo.

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