¿Desdolarización o dolarfobia?: ambas – Por Alfredo Jalife-Rahme
¿Desdolarización o dolarfobia?: ambas
Alfredo Jalife-Rahme
La militarización del dólar y sus letales sanciones, que han orillado a la multipolaridad de las divisas –encabezadas por dos prominentes bloques, los BRICS Plus y la OPEP Plus–, desembocaron en la dolarfobia, que es más grave que la desdolarización per se.
EU militarizó al dólar contra los pletóricos países sancionados, mientras que los BRICS Plus geopolitizaron la desdolarización que desembocó en la dolarfobia.
George Lei, Tania Chen y Jacob Gu exponen en Bloomberg –vinculado a los globalistas neoliberales y al megaespeculador George Soros– que “China lleva al yuan a escala global en un intento de repeler al dólar militarizado” cuando “una serie de nuevos arreglos promueven a la divisa china conforme los riesgos geopolíticos se derraman a las finanzas internacionales (https://bloom.bg/3B1mKYy)”.
Los tres reporteros colocan en relieve los nuevos acuerdos vinculados al yuan que “se extienden desde Rusia y Arabia Saudita hasta Brasil y aún con Francia”.
Si bien es cierto que EU permanece como el “claro hegemón financiero”, tales movimientos “ayudan a China a tallarse un mayor lugar en el sistema financiero internacional”.
Aducen que las “severas sanciones contra Rusia revelaron la nueva (sic) voluntad de EU de militarizar al dólar”, lo cual ha sido más perjudicial que la promoción del yuan chino como “un polo alternativo para las finanzas, comercio y empréstitos (sic)”.
Según el think tank CEPR, con sede en Washington, en su publicación Las consecuencias humanas de las sanciones económicas: ¡casi una tercera parte (¡mega-sic!) de la economía mundial es sujeta a las sanciones de EU! (https://bit.ly/3NIrgT2).
La triada de Bloomberg arguye que el uso del yuan “en contratos para todo, desde petróleo al níquel, ha tomado velocidad, con la triplicación de su participación en las finanzas globales desde el fin de 2019”, lo cual “se ha agregado debido a las sanciones que atraparon a Moscú” y “cuya consecuencia ha sido el surgimiento de 32 veces (¡mega-sic!) el pago de las exportaciones rusas el año pasado”.
La triada de marras relata cómo el yuan ha iniciado su odisea global cuando las primeras visitas de Xi Jinping fueron con sus principales abastecedores de energía, Arabia Saudita y Rusia –sin contar las visitas de Lula y Macron a Pekín, que dieron pie a nuevos acuerdos comerciales donde brilló intensamente el yuan, además de la iniciativa pacífica de China en reconciliar a dos potencias energéticas del Medio Oriente: Arabia Saudita e Irán.
En contraste, a EU “se le multiplicaron los puntos candentes desde pleitos sobre globos espías hasta la tecnología de los semiconductores”.
La triada reconoce que existe “preocupación entre algunos (sic) países secuestrados al dólar y al euro”, lo que aprovechan Rusia y China para brincar la cárcel de la plataforma internacional de pagos Swift con sus propias plataformas todavía embrionarias: MIR y CIPS (https://bit.ly/3pciene).
En otro artículo, Shawn Donnan y Tom Hancock, de Bloomberg (https://bloom.bg/4188S9u), exhiben que China sola ha otorgado empréstitos a 22 (sic) países emergentes (sic) por 185 mil millones de dólares de 2016 a 2021 –¡en cuyo mismo periodo el FMI desembolsó la cifra inferior de 144 mil millones!–, lo cual favorece la internacionalización del yuan.
China ostenta el primer lugar en las mayores reservas de divisas y oro (¡sin contar su territorio autónomo de Hong Kong, con casi 500 mil millones de dólares!), frente a EU: cuarto lugar con 716 mil millones (https://bit.ly/41aFpf3).
Justamente Jim O’Neill, quien acuñó el término de BRICs, comenta que un yuan totalmente internacional “no sucederá al menos que China permita mayor libertad de su divisa tanto en inversiones internas como foráneas”.
La triada señala que el yuan “no es totalmente convertible” y que existe “control de los flujos de capital en China (a mi juicio, por temor a los desregulados capitales golondrinos al estilo argentino).
El célebre mercader monetarista Stephen Jen aduce que “existe ahora una guerra de desgaste entre EU y China, en inversiones y finanzas”.