China construirá su propio “Silicon Valley” en Pekín

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1.- China construirá su propio “Silicon Valley” en Pekín

William Zheng – South China Morning Post

El Centro Internacional de Innovación Científica y Tecnológica de Pekín, supervisado por el Presidente de China, estará terminado en 2025. El gigantesco proyecto pretende ampliar las instalaciones existentes en la ciudad para convertirla en una base científica y tecnológica preeminente.

China quiere competir con otros centros de innovación de categoría mundial, como Silicon Valley, construyendo en Pekín un complejo internacional de innovación científica y tecnológica que estará terminado en 2025. Los planes para el Centro Internacional de Innovación Científica y Tecnológica de Pekín -que será supervisado personalmente por el Presidente Xi Jinping- instaban a Pekín a ofrecer atractivas opciones de visado, permiso de trabajo y residencia de larga duración a través de una «nueva ronda de políticas de facilitación para el talento extranjero».

Según el plan, Pekín debe mejorar su capacidad para «cultivar de forma independiente talentos científicos de alta calidad» ayudando a las facultades y universidades a acelerar la implantación y las mejoras de diversas disciplinas. Las reformas de la enseñanza de la ingeniería tendrán como objetivo mejorar la formación de ingenieros de alta calidad.

China se enfrenta a una creciente presión por parte de Estados Unidos, que pretende competir con China en muchos frentes -especialmente en sectores tecnológicos como la producción de semiconductores-, ya que Estados Unidos sanciona a muchas instituciones y empresas chinas de alta tecnología, medida que Pekín considera parte de un complot para frenar el progreso tecnológico chino.

Las medidas de Washington han impulsado a Pekín a tomar «contramedidas decididas» y a embarcarse en una búsqueda de la autosuficiencia tecnológica, con la esperanza de lograr avances en cuellos de botella clave de la cadena de suministro, como los chips informáticos de gama alta.

El plan será gestionado conjuntamente por 12 agencias gubernamentales, entre ellas el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Gobierno Municipal de Pekín y la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, máximo órgano de planificación económica de China, según un anuncio publicado en sus sitios web.

Según el anuncio, el Centro Internacional de Innovación Científica y Tecnológica de Pekín se convertirá en una «fuente de innovación líder mundial para la ciencia de vanguardia y las industrias emergentes».  Según el plan, las instituciones nacionales de investigación llevarán la voz cantante y los laboratorios nacionales avanzarán en frentes científicos y tecnológicos estratégicos, al tiempo que garantizarán que las principales disciplinas de las universidades de Pekín se sitúen entre las mejores del mundo.

También se espera que las empresas privadas avancen con el desarrollo de Zhongguancun -el «Silicon Valley de Pekín»- hasta convertirlo en un parque científico y tecnológico líder mundial. «Cultivaremos y formaremos un grupo de empresas tecnológicas líderes con influencia mundial, y el número de empresas unicornio se situará entre las principales ciudades del mundo», decía el anuncio.

El plan promete más inversiones para construir agrupaciones de infraestructuras científicas y tecnológicas de categoría mundial, con especial atención al Centro Nacional de Ciencia Integral de Huairou, en Pekín. Pekín organizará un «plan de batalla» para lograr avances en campos clave como la energía baja en carbono, el espacio, las ciencias de la vida, la investigación de la Tierra y la inteligencia artificial.

A pesar de la envergadura del esfuerzo, Pekín pretende mantener el gasto total en investigación y desarrollo en el 6% del producto interior bruto del país, con el 17% de ese gasto dirigido a la investigación básica.

Para 2025, se prevé que la industria de alta tecnología de Pekín cuente con 260 personas dedicadas a I+D por cada 10.000 trabajadores, aportando más de 1,2 billones de yuanes (170.000 millones de dólares) a la economía local, lo que supone un aumento del 13% con respecto a 2022. El año pasado, el gasto chino en I+D superó por primera vez los 3 billones de yuanes, según un informe publicado en marzo por la Universidad Tecnológica de Dalian.

En 2020, el gasto chino en I+D ascenderá a 2,44 billones de yuanes, según el informe, lo que la situará en el segundo puesto mundial, por detrás de Estados Unidos. Pero el gasto nacional total en I+D de China como porcentaje del PIB fue del 2,4%, es decir, el cuarto del mundo por detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania.

Entre los principales centros económicos de China, Pekín, Shanghái y Shenzhen se situaron entre los tres con mayor gasto en I+D, según un estudio de 2019. Mientras que Pekín y Shanghái se han beneficiado de las instituciones nacionales de investigación ubicadas en esas ciudades, Shenzhen ha confiado en gigantes tecnológicos como Huawei para la innovación.

2.- Principio de acuerdo para evitar un default catastrófico de EU

Mirko C. Trudeau*

El presidente estadounidense Joe Biden y legisladores republicanos alcanzaron la noche del sábado un acuerdo que evitará que la mayor economía del mundo caiga en un incumplimiento de pago de la deuda externa, que tendría repercusiones a nivel global.

El acuerdo para elevar el techo de la deuda estadounidense, que había sido fijada en 31,4 billones de dólares, pone fin a un estancamiento en las negociaciones que se prolongaron durante meses y que tensó a los mercados internacionales conforme se acercaba la fecha límite –a partir del 5 de junio el gobierno estaría imposibilitado para cumplir sus compromisos financieros–, por las repercusiones que genera la economía estadounidense sobre el resto del mundo. De no lograrse finalmente el acuerdo, EU podría incurrir en un default, pues el Tesoro estadounidense dejaría de cumplir con sus compromisos financieros el 5 de junio.

El entendimiento se produjo después de que Biden conversó la noche del sábado durante 90 minutos con el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, así como con los líderes demócratas en ambas cámaras del Congreso. Este compromiso, alcanzado el sábado y fruto de arduas tratativas, deberá ser refrendado con carácter de urgencia en el Congreso por el Senado y la Cámara de Representantes.

El borrador del proyecto de ley para elevar el techo de la deuda de Estados Unidos es un «compromiso», «significa que no todos obtienen lo que quieren» pero “»previene lo que podría haber sido un default catastrófico y podría haber llevado a una recesión económica», subrayó el presidente”, destacó Biden en un comunicado.

Los líderes de los partidos se enfrentan ahora a una carrera contrarreloj para lograr que el acuerdo se apruebe en el Congreso, con los republicanos de extrema derecha y los demócratas progresistas criticando las concesiones hechas para sellar el acuerdo.

Estabilidad después de 2024

Una de las piezas más importantes es un acuerdo presupuestario de dos años que mantendría el gasto estable para 2024 e impondría límites para 2025 a cambio de elevar el límite de deuda durante ese periodo, empujando la volátil cuestión política más allá de las próximas elecciones presidenciales. El pacto implica recortes al gasto e incluye requisitos para los programas destinados a los pobres, a lo que se oponían los demócratas. Acabo de colgar el teléfono con el presidente hace un rato, tuiteó McCarthy. Después de que perdiera el tiempo y se negara a negociar durante meses, hemos llegado a un principio de acuerdo digno del pueblo estadounidense.

Los líderes de los partidos se enfrentan ahora a una carrera contrarreloj para lograr que el acuerdo se apruebe en el Congreso, con los republicanos de extrema derecha y los demócratas progresistas criticando las concesiones hechas para sellar el acuerdo.

McCarthy espera que el miércoles la Cámara de Representantes vote el proyecto de ley para elevar el techo de la deuda. Además, el líder republicano informó que conversará de nuevo con Biden y supervisará la redacción final del proyecto, que de no aprobarse orillará a Estados Unidos a incurrir en un incumplimiento del pago de su deuda. El acuerdo incluye liberar el techo de la deuda durante dos años, lo que significa que no habrá necesidad de negociar en 2024, en plenas elecciones presidenciales. Los recortes que querían los republicanos no figuran en el pacto, aunque el gasto no destinado a defensa se mantendrá prácticamente igual el año que viene, y sólo aumentará nominalmente en 2025.

Uno de los principales puntos de desacuerdo entre ambas filas es la petición de los republicanos de condicionar ciertas prestaciones sociales, como la ayuda alimentaria en el trabajo.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que conseguir un acuerdo era crítico para la economía global, al tiempo que enfatizó que Estados Unidos necesita hacer más para reducir su deuda pública.

*Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

SURYSUR

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