América Latina celebra con marchas el Día Internacional de las y los Trabajadores

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1 de mayo: las estrecheces de la región resuenan en marchas

Las marchas en los países de América Latina clamaron el Primero de Mayo por las necesidades no atendidas que afectan a los trabajadores y familias. Hubo manifestaciones en varias ciudades por el Día del Trabajo con distintas reivindicaciones, pero con un elemento en común: las estrecheces económicas que alimentan el malestar social.

El presidente boliviano, Luis Arce, encabezó el lunes la marcha por el Día del Trabajo junto a la Central Obrera Boliviana y anunció un aumento de salarios para afianzar su alianza con los mayores sindicatos mientras enfrenta un creciente clima de malestar social.

En tanto, en Venezuela, miles de trabajadores se manifestaron en reclamo de un aumento del sueldo mínimo casi 14 meses después del último incremento y en momentos en que la mayoría no puede satisfacer sus necesidades básicas.

Mientras en Chile, hubo algunos disturbios, en Colombia, las marchas del Día del Trabajo transcurrieron de forma tranquila. La novedad de este año fue el discurso desde el balcón del presidente Gustavo Petro, donde invitó a mantener las movilizaciones sociales para apoyar las reformas del gobierno. “No basta con ganar en las urnas”, arengó. “Los invito a estar en la primera línea de la lucha por las transformaciones de Colombia”, dijo Petro.

En Argentina las consignas fueron contra el Fondo Monetario Internacional, al que la izquierda considera responsable del ajuste económico y la pobreza.

BOLIVIA

El presidente Arce caminó varias cuadras junto a Juan Carlos Huarachi, líder de la Central Obrera (COB), y ambos participaron de una concentración en una plaza que tuvo un tinte oficialista. En paralelo, los maestros estatales enfrentados con el gobierno desde hace seis semanas marcharon por otras calles.

Arce llamó a la “unidad de los trabajadores en torno a la COB para contrarrestar a quienes pretenden dividirla” y dijo que su gobierno “es fuerte porque los sindicatos son fuertes”.

El gobierno afronta un complicado panorama económico por la escasez de dólares, la caída de las exportaciones de hidrocarburos, el millonario subsidio a la gasolina importada y una merma en las reservas internacionales.

Los maestros estatales demandan mejores salarios y la contratación de más profesores y el diálogo con el Ministerio de Educación ha sido infructuoso hasta ahora. El lunes, 10 maestros se ataron a cruces de madera en la sede del sector y otros dirigentes se han declarado en huelga de hambre para reclamar atención a sus demandas.

A pesar de estar afiliados a la Central Obrera, los maestros denunciaron que esa organización no los representa.

El aumento del 5% elevó el salario mínimo a 2.362 bolivianos, equivalente a 340 dólares. La ministra de Trabajo, Verónica Navia, dijo que el incremento busca compensar la inflación del año pasado que fue de 3,2%.

Por su parte, los empresarios señalaron que el aumento llega en momentos de incertidumbre económica y afirmaron que subirá el desempleo. La falta de empleo formal empuja a mucha gente -incluso con formación universitaria- a buscar ingresos en la economía informal. Según expertos de cada 10 trabajadores, ocho no están registrados.

“Todo está caro, todo sube; el aumento no compensa», dijo a The Associated Press Margarita Pinel, un ama de casa que hacía compras en un popular mercado de La Paz.

VENEZUELA

En Caracas, los manifestantes portaban carteles con lemas como “¡Salarios y pensiones dignas ya!» y muchos coreaban la consigna “No es Bloqueo, esto es saqueo”, en alusión a las sanciones estadounidenses a las que el gobierno de Nicolás Maduro suele atribuir la crisis económica que azota al país.

Unos 1.000 trabajadores intentaron llegar a la sede de la Fiscalía General para expresar su preocupación, pero la policía antimotines les cerró el paso apoyada por camiones blindados.

En marzo del año pasado Maduro elevó el salario mínimo a 130 bolívares al mes, equivalente entonces a unos 30 dólares y actualmente a 5,25 dólares. En la práctica apenas alcanza para comprar un kilo de arroz, una docena de huevos y un kilo de azúcar.

“Nos dicen que no pueden aumentar la pensión por las sanciones, que no hay cómo; pero si hay muchos dólares para robar”, dijo a AP Isabel Montilla, una jubilada de 67 años, que marchaba por Caracas de la mano de una de sus nietas.

Horas después, en un discurso ante sus seguidores, Maduro anunció su decisión de incrementar un bono de alimentación -que se paga a los trabajadores que prestan servicios en el sector público y privado- de 15 a 40 dólares. Además, sumó otro por 20 dólares para un total de 60 dólares, ambos con el propósito de compensar en parte el salario mínimo, que sigue sin variación. Maduro prometió, sin dar detalles, indexar mensualmente esos bonos devengados en bolívares a la tasa oficial de cotización del dólar.

Los bonos son blanco de críticas de los trabajadores porque no tienen incidencia en otros beneficios contractuales tales como vacaciones, primas de antigüedad y el bono legal y obligatorio de fin de año -que solía ser el motor financiero de las familias en diciembre. Además, sigue siendo insuficiente para adquirir la denominada cesta básica de alimentos, estimada en unos 510 dólares por el no gubernamental Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas).

Como suele ocurrir en Venezuela cada 1 de mayo desde 1999, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez asumió el poder, también hubo marchas de militantes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, una de las mayores agrupaciones sindicales pro-oficialistas.

CHILE

Por su parte, en la capital Santiago hubo dos marchas: la tradicional y una convocada por la Central Clasista de Trabajadores de la que se desprendieron grupos de encapuchados que saquearon algunos locales, encendieron neumáticos y lanzaron bombas incendiarias a la policía.

Los incidentes ocurrieron en algunos puntos de la principal avenida de Santiago cuando ya había pasado la marcha oficial, con unos 2.000 participantes.

La Central Clasista de Trabajadores, fundada en 2018, se autodefine como “anticapitalista”. Durante la marcha que convocó el año pasado hubo desmanes y una joven reportera recibió una bala en su rostro. Murió 11 días después.

ARGENTINA

En Argentina, el Día del Trabajo estuvo capitalizado por sindicatos y partidos de izquierda que arremetieron contra el Fondo Monetario Internacional y condenaron el acuerdo que el organismo suscribió con el gobierno de Alberto Fernández para refinanciar la deuda heredada de la administración de Mauricio Macri (2015-2019), al considerar que condiciona las políticas económicas y genera un fuerte ajuste.

“Tendremos que seguir luchando hasta que erradiquemos las imposiciones del FMI que buscan condenar a generaciones enteras. No lo vamos a permitir», dijo el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma, Hugo Godoy, en un acto celebrado en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.

El malestar social se ha agudizado en un contexto de acelerada inflación y de cara a las elecciones generales de octubre en las que el peronismo se juega su permanencia en el poder.

Argentina está entre los países con mayor aumento del costo de vida del mundo. En marzo, la subida de precios fue del 7,7% y en la comparación interanual el incremento alcanzó el 104,3%. Ello agudizó la pobreza, que hoy afecta a casi 40% de la población.

En tanto, organizaciones sociales como el Bloque Social por el Trabajo cocinaron grandes ollas de comida en las calles de la capital. Sus líderes se lamentaron porque el gobierno “traicionó” a las clases populares con la disparada de los precios, la devaluación del peso, los bajos sueldos y la falta de suficiente ayudas sociales.

Infobae


Entre exigencias y nuevas promesas, América Latina se manifiesta en el Día de los Trabajadores

Desde diferentes latitudes de la región latinoamericana, los ciudadanos salieron a las calles para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores, exigir mejoras salariales, reformas laborales y de pensiones, mientras algunos líderes de izquierda aprovecharon la ocasión para alentar a sus bases a impulsar profundos cambios sociales.

El grito fue unánime: mejores condiciones. En América Latina los trabajadores se hicieron sentir para denunciar desigualdades e injusticias, mientras otros apoyaron las reivindicaciones sociales que sus líderes políticos prometieron.

Colombia: Petro advierte que coartar reformas puede llevar a «una revolución»

En Colombia, el presidente Gustavo Petro convocó a las calles para apoyar las «reformas del cambio» que impulsa su Gobierno y que carecen del apoyo necesario en el Congreso para su aprobación. En un discurso pronunciado desde el balcón de la Casa de Nariño, sede presidencial, Petro defendió las reformas presentadas por sus ministros al Congreso: la agraria, la de salud, la laboral y la de pensiones.

«No podemos retroceder, dejar perder el impulso de los millones de colombianos que fueron a las urnas a cambiar a Colombia. No podemos dejar solas las grandes reformas del cambio», expresó Petro, que aprovechó la ocasión para arremeter contra sus críticos en el Congreso.

«Hemos tratado de cumplir esa directriz del pueblo que se expresó en las urnas, que supo que era el momento de dejar la barricada para ir por millones a las urnas porque era allí desde donde se podía cambiar la historia de Colombia», manifestó el mandatario, el primero de izquierda del país sudamericano.

El presidente además criticó, como ya lo ha hecho en el pasado, a «unas élites que se han acostumbrado al pensamiento del esclavista no ven en el otorgamiento de derechos la libertad, al contrario (…) creen que cuantos más derechos se le entreguen al pueblo, menos libertad».

Por esto, según él, «el pueblo no puede dormirse, no basta con ganar en las urnas, el cambio social implica una lucha permanente y esa lucha se da con un pueblo movilizado». Al mismo tiempo hizo un llamado a liderar dichas reivindicaciones a los jóvenes, los trabajadores y la clase obrera.

Varias de las reformas progresistas de Petro están estancadas en el Congreso, donde no cuenta con la mayoría y recientemente rompió con la coalición de partidos que tenía en el Congreso. El presidente argumentó que para impulsar las reformas debía reformar al gabinete de gobierno y removió a siete ministros.

«Creían que Petro acorralado se bajaría (de) la idea de la gran transformación, del cambio social (…) y que no molestaría más (…) pero ese no es nuestro destino, nuestro destino es lograr triunfar en las reformas», expresó.

El mandatario aprovechó la audiencia en plaza para atacar a los medios de comunicación que criticaron la reforma de salud que impulsa su Gobierno. «Son mentirosas las frases de los medios de comunicación que repiten una y otra vez diciéndole al pueblo que tenemos uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Qué gran mentira, qué manera de engañar», expresó.

En una clara advertencia a sus adversarios, Petro aseguró que «el intento de coartar las reformas puede llevar a una revolución».

«Me pregunto si ha llegado la hora de que el pueblo trabajador tome decisiones, ya no simplemente proteste, sino que se decida a gobernar, un gobierno que tiene que ser de mayorías, de un pueblo movilizado», agregó el colombiano.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el incremento de dos bonos, uno de 40 y 20 dólares mensuales, dedicado a la alimentación que reciben trabajadores activos y otro para pensionados y otros sectores.

«Yo creo, y es la propuesta que les hago, (…) llevar el Cestaticket (bono de alimentación) a 40 dólares mensuales y el bono de guerra a 20 dólares, además del salario», comentó Maduro en Caracas por el Día Internacional del Trabajador.

El último aumentó que recibió el bono de alimentación fue en marzo de 2022, cuando pasó de 3 bolívares (unos 0,7 dólares) a 45 bolívares (cerca de 1,8 dólares actualmente). Esta sería la apuesta, según Maduro, para aplicar un «plan de emergencia» y de «resistencia» que permita la «recuperación del salario» en los convenios colectivos.

«Debemos llegar más temprano que tarde, tengan la seguridad y la confianza que vamos a llegar más temprano que tarde a la recuperación total del salario, pero ahora tenemos que resistir y resistir con fuerza», añadió Maduro.

«Vamos paso a paso compañeros, yo quisiera tener los recursos para hacer más, pero estamos haciendo más con menos, lo que golpea las sanciones, lo que golpea la corrupción, porque al daño y la herida que ha creado el bloqueo diariamente se sumó una espantosa corrupción de gente a la que le dimos toda la confianza, y utilizó sus cargos para robar al país», agregó.

Los gremios venezolanos se movilizaron en Caracas para exigir salarios dignos. El último aumento salarial fue en 2022, cuando pasó de 7 a 130 bolívares. Entonces, el salario mínimo representaba unos 30 dólares, pero la moneda venezolana se desvalorizó 82% desde entonces, según estimaciones independientes.

En la actualidad la canasta alimentaria ronda los 510 dólares y el país tiene una inflación interanual de 501%, según el independiente Observatorio Venezolano de Finanzas. Venezuela arrastra desde hace una década una profunda crisis económica que ha sido agravada por las sanciones internacionales, que incluyen un embargo petrolero.

“Mientras el Gobierno juega al desgaste nosotros nos mantenemos en la calle por nuestra dignidad, por un salario digno. En caso de no tener respuesta, porque ya llevamos 10 años en esto, los trabajadores nos vamos a organizar para el cambio político en este país”, aseguró el líder sindical, Mauro Zambrano.

Argentina: la inflación ahoga a trabajadores

En Buenos Aires, movimientos sociales peronistas y de izquierda conmemoraron el Día del Trabajador en rechazo al acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los trabajadores argentinos pidieron «la derrota del ajuste y el pacto del Gobierno con el FMI apoyado por todos los partidos patronales».

El líder de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, Juan Grabois, señaló en Twitter, refiriéndose a las manifestaciones, que «inundan la 9 de Julio para recordarles a todos que lucharon, luchan y lucharán por Tierra, Techo y Trabajo en la calle, gobierne quien gobierne». Y reivindicó: «No al ajuste. Fuera al FMI. Paguen la deuda con el pueblo».

Por su parte, el presidente Alberto Fernández celebró que su Gobierno cuenta con «el desempleo más bajo en décadas (6,3 %) y muchas provincias tienen pleno empleo» y que «la patria sigue creciendo con más oportunidades para el pueblo».

Pero Argentina tiene una inflación anual del 104,3 %, una de las más altas del mundo y representa una caída del poder adquisitivo de los salarios, en un país con alta informalidad laboral y una pobreza que registró el 39,2 % en 2022.

La central sindical, la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a «un gran consenso político» y mostró su apoyo a la candidatura presidencial de Sergio Massa, el actual ministro de Economía. Otras organizaciones acusan a la CGT de apoyar «el desastre económico» que vive la mayoría de los trabajadores en Argentina.

Brasil: ‘Lula’ anuncia el aumento del salario mínimo

Aumentar el salario mínimo y elevar la exención del impuesto sobre la renta para los trabajadores de menores ingresos, fueron los anuncios más importantes del presidente brasileño, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, durante su discurso por el Día de los Trabajadores.

Lula prometió que presentará en el Congreso una ley de ajuste anual del salario mínimo para que se ubique por encima de la inflación, mientras que la exención del impuesto sobre la renta aumentaría gradualmente hasta 2026 para los trabajadores que ganen hasta 5.000 reales, unos 1.003 dólares, al mes.

En Brasil, los trabajadores que obtienen hasta 1.903,98 reales al mes no pagan el impuesto sobre la renta, pero la norma no se actualiza desde 2015, aumentando la presión fiscal sobre los brasileños con menos salario.

El brasileño anunció que la exención del impuesto sobre la renta se extenderá a las personas que ganen hasta 2.640 reales al mes, y el salario mínimo aumentará de 1.302 reales a 1.320 reales a partir de este 1 de mayo.

‘Lula’ anunció la creación de un grupo de trabajo para reglamentar a los repartidores a domicilio y conductores vinculados a aplicaciones móviles como Uber, Didi o Cabify, un reclamo de años que hacen varios sectores sociales y sindicatos.

France24

 

 

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