Ecuador | Lasso: armas, drogas, evasión – Por Alex Ron, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Alex Ron(*), especial para NODAL
«Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo.»
Friedrich Nietzsche
En 2022, Ecuador registró un incremento de homicidios en 82,5 %, el crecimiento más alto de toda Latinoamérica. Tuvimos 4603 asesinatos, llegando a una tasa de 25 muertes violentas por cada 100000 habitantes. De acuerdo a la ONU, en el continente americano se concentra el 37% de homicidios de todo el planeta, con apenas 8% de la población mundial. Somos una región violenta, y vivimos en un país donde la población está secuestrada por el miedo.
Un día más de clase en la academia, nuevo experimento con mis estudiantes. Ahora debatimos sobre el decreto 707 emitido por el gobierno de Guillermo Lasso permitiendo el porte y tenencia de armas para civiles. Les planteo a los chicos un escenario ya no tan hipotético, ¿qué harían si a la universidad empiezan a llegar algunos de sus compañeros armados?
Los estudiantes se miran algo desorientados, algunos manifiestan que sentirían un poco de recelo, otros hablan de temor e incluso algunos son más radicales y dicen que dejarían de asistir porque no conocen cómo podrían reaccionar sus compañeros bajo determinadas circunstancias.
Le pregunto a Stephanie, una chica pelirroja, que lleva un piercing en la nariz: qué harías si tu novio empieza a portar una pistola y la lleva a todas partes. Matizo, claro él te dice que es por seguridad y que jamás te causaría daño. La chica responde que aceptaría porque es necesario protegerse. Voy hurgando más, le pregunto: imagínate que te despiertas junto a él y encuentras en el velador, una magnum. ¿No te afectaría un poco, no te sentirías vulnerable? Stephanie suspira, se queda en silencio, luego con tono de voz agudo responde: me sentiría un poco amenazada, nunca se conoce a nadie por completo. Le diría que si va a seguir portando armas no voy a continuar con él.
Al final de “Bowling for Columbine”, el director del documental Michael Moore entrevista a uno de los íconos del cine en Norteamérica, Charlton Heston, quien además de actor fue presidente de la Asociación Nacional del Rifle, un grupo de fanáticos de las armas de fuego. Una de las frases más conocidas de Heston la pronunció cuando se retiró de la organización armamentista empuñando un Winchester 1866, “sólo me lo quitarás de mis manos frías y muertas”. En la parte final de la entrevista Moore le muestra a Heston la foto de una niña de seis años quien fue asesinada por uno de sus compañeros de aula en una de las tantas matanzas en escuelas y colegios de Estados Unidos. El entrevistador le pregunta, ¿qué les diría a los padres de la niña asesinada? Heston, guarda silencio, su expresión es de cierto fastidio, luego abandona la habitación. El mutismo es la respuesta desde el poder cuando la violencia toca el absurdo, en ese punto nadie se hace responsable de la muerte de gente inocente.
Estados Unidos posee 300 millones de armas circulando en una población de 320 millones de personas, en 2023 se han registrado 130 tiroteos masivos, 1,5 por día. Clinton y Obama fracasaron en su intento por controlar la tenencia y porte de armas, el ethos de la tierra de la libertad es el miedo, el consumo y la violencia. Biden ha iniciado otra cruzada para desarmar a la sociedad norteamericana mientras su gobierno está inmerso en el conflicto armado de Ucrania. Demasiadas contradicciones en la nación más violenta del mundo, allí la cultura del miedo y las armas parece haber ganado la partida.
El presidente Lasso escribe un tuit para justificar el decreto 707 que permite el porte y tenencia de armas, para civiles. “Ustedes tienen un enemigo, la delincuencia.” Después de unos minutos borra el tuit y redacta otro. El presidente es un blooper gobernando, un lapsus inacabado que exuda ignorancia, violencia y corrupción. Lo que para Lasso sí esta claro es que el problema del narcotráfico y la violencia en Ecuador es de la sociedad civil y no de su gobierno. Lasso aprovecha la ola de violencia para enfrentar el miedo fomentando la compra y uso de armas. El pueblo pide paz y seguridad, el presidente le ofrece armas para que los ciudadanos se enfrenten a bala con los delincuentes. La mayor ventaja de gobernar pueblos aterrorizados es que los políticos pueden imponer cualquier estupidez, Lasso aplica este axioma al pie de la letra.
El experto de CIDE, Pérez Ricart, sostiene que “la ecuación de más armas es igual a más violencia no es válida en cualquier contexto, pero más armas en lugares violentos, como las ciudades latinoamericanas, sí propiciarían un aumento importante en el número de homicidios, suicidios, accidentes y en general muertes por armas de fuego.” Obviamente Ecuador ya no es una isla de paz, sino un país donde la gente vive permanentemente en estado de excepción. La ecuación apunta a que el decreto 707 provocará un recrudecimiento de los problemas de seguridad ciudadana y un aumento exponencial de muertes violentas.
La evidencia estadística que respalda el desarme de las sociedades civiles en el mundo es contundente. Según Gun Violence Archive, en EE. UU durante 2020 se dio un aumento en venta de armas del 65%. Ese mismo año el número de asesinatos llegó a 19400 homicidios, se dio un incremento del 25% con relación a 2019.
Casi todas las universidades en Ecuador se han pronunciado en contra del decreto 707 de Lasso, además gremios de profesionales de la salud, grupos feministas y ecologistas están totalmente en contra de esta medida. ¿Quiénes apoyan a Lasso en este suicidio colectivo? Solamente las cámaras de comercio y producción, algunos sectores de la prensa y CREO.
Eugenio Weigend, experto en prevención de lesiones por armas de fuego, asegura que muchos grupos que apoyan la flexibilización del porte de armas de fuego han creado el relato de que armando a civiles se da una equidad entre delincuente y ciudadano. Obviamente ésto es una falacia porque el factor sorpresa, es una gran ventaja para el asaltante que ya llega convencido de lo que va a hacer. El agredido, en cambio, tiene pocas posibilidades de sobrevivir si es que intenta defenderse y peor atacar.
Cuando Guillermo Lasso llegó al poder nos habló del Ecuador del encuentro, hoy nos vende armas para defendernos de sicarios y asaltantes. Lasso nos pide que nos encontremos con los límites más destructivos de nuestro ser, prácticamente nos obliga a comprar un arma para no terminar como mártires anónimos de una guerra sin sentido. Ecuador sobrevive dentro de una paradoja: posee una reserva internacional de 10000 millones de dólares mientras el crecimiento de las muertes violentas es el más alto de la región. Al mismo tiempo, tenemos un presidente que fue acusado de evasión de impuestos en “Pandora Papers” y que tiene un cuñado vinculado a la mafia albanesa. Definitivamente su eslogan de campaña debió ser: ARMAS, DROGAS, EVASIÓN.
(*) Escritor y catedrático universitario