Seis petroleras de occidente ganaron 200 mil millones de dólares en 2022
Seis petroleras de occidente ganaron 200 mil mdd en 2022
Alfredo Jalife-Rahme
En México existe un axioma penalista “a confesión de parte, relevo de pruebas” que no tuvo más remedio que practicar el Financial Times (FT), portavoz de la monarquía globalista neoliberal, hoy en franca retirada, al publicar en un artículo especial las fabulosas ganancias históricas de seis petroleras occidentales: tres anglosajonas BP, ExxonMobil y Chevron; la angloholandesa Shell; la francesa Total y la noruega Equinor, que obtuvieron más de 200 mil millones de dólares en 2022: “sus mayores ganancias de cualquier año en la historia (sic) de la industria”.
El globalista y palafrenero de la etérea “energía verde”, FT –adonde en forma ignominiosa fueron Videgaray y Peña a regalar a sus oficinas (sic) el petróleo soberano de México–, se lamenta de la falta de “compromiso de los ejecutivos, políticos e inversionistas (sic) con el acuerdo climático de París”.
Los productores y los políticos de Occidente (sic) padecen el “efecto Rashomon” –de confusas narrativas contradictorias sobre un mismo fenómeno–, ya que tras “años de presionar al Big Oil (nota: las trasnacionales petroleras de Occidente) para disminuir su producción, los líderes políticos de Londres, Berlín y Washington cambiaron su giro (sic) el año pasado conforme aumentaban los precios, exhortando a las empresas a estimular su producción” para paliar los faltantes hidrocarburos de Rusia.
¿No será la teóricamente idílica “energía verde” toda una estratagema de la propaganda geopolítica anglosajona para someter a Rusia que depende de sus ingresos: algo así como un “dumping teórico y práctico”, como derrotó a la URSS en 1989?
Lo más políticamente incorrecto que puede existir en Occidente a escala transregional y, en menor medida, en el resto del planeta, es atreverse a poner en tela de juicio a la “energía verde” con la que la dupla anglosajona de EU/Gran Bretaña –con el apoyo irreductible del grupo Soros, Bloomberg y Davos, más la “agenda 2030″– impuso su “pensamiento único” mediante el concomitante exorcismo de cualquier escepticismo aséptico, como el del temerario ingeniero en computación rusoestadunidense Dmitry Orlov.
Mientras el Larry Fink, mandamás de Black Rock, se lamentaba en Davos del desplome del simplista acrónimo de tres letras ESG (environment, social, governance: ambiente, social, gobernanza), la más fanática trasnacional anglosajona, BP, “es la segunda vez que revierte su plan para alejarse del petróleo en favor de la producción de energía limpia (sic)”. Ya desde “inicios de 2000, su mandamás lord John Browne lanzó su estrategia “Más allá del petróleo” que sucumbió en 2008 ante el pico del barril a 150 dólares”.
Por cierto, la farisea ambientalista BP contaminó el Golfo de México con la derrama de su plataforma Deep Water Horizon en 2010 que cobró 11 (sic) vidas y dañó el ecosistema, también de la parte mexicana (sic) en la etapa aciaga del entreguista y hoy prófugo Felipe Calderón , quien se hizo de la vista gorda de las incobrables indemnizaciones.
FT admite que “el petróleo domina al mundo” cuando los productores de petróleo/gas esquisto/lutita de EU “dominó la lista con el mejor desempeño de S&P 500 de 2022”. La frase clave la profiere Mike Wirth, mandamás de Chevron: “El petróleo controlará (sic) al mundo mañana y cinco años desde ahora, 10 años desde ahora, 20 años (¡megasic!) desde ahora”.
Cabe recordar la degradante imagen de Condoleezza Rice –asesora en Seguridad Nacional y secretaria de Estado con Baby Bush, y luego alta funcionaria de Chevron– aleccionando a los antimexicanos entreguistas Enrique Krauze Kleinbort y Emilio Lozoya Austin.
México fueron reivindicados el presidente López Obrador y sus aliados en materia energética: desde la recuperación del petróleo hasta la soberanización del litio.