El oficialismo logró imponer a los titulares del Senado y de Diputados

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El oficialismo impuso a los titulares de Diputados y del Senado brasileño

El oficialismo de Brasil obtuvo este miércoles una importante victoria en el Congreso, donde la oposición de derecha es muy fuerte, al obtener para sus aliados las presidencias de ambas cámaras, determinantes para la gobernabilidad del presidente Luiz Inácio Lula de Silva.

Primero el socialdemocrático Rodrigo Pacheco (PSD) fue reelecto como presidente del Senado al imponerse en primera vuelta de votación secreta al bolsonarista y liberal Rogério Marinho (PL), por 49 votos a 32.

Pacheco contó con el respaldo de Lula da Silva (PT) y de seis partidos: PSD (15), MDB (10), PSB (4), PDT (3) y Rede (1). En el primer mandato, Pacheco también fue apoyado por Planalto, cuando el presidente era Jair Bolsonaro (PL).

Marinho, que fue ministro de Desarrollo Regional de Bolsonaro, era el candidato de la oposición al Gobierno de Lula y aglutinó a su favor al ala Bolsonaro del Senado y alineó a Bloque PL (13), PP (6) y Republicanos (4).

Marinho también cosechó votos dentro de los partidos que oficialmente se alinearon con Pacheco. En vísperas de las elecciones, tres senadores del partido del presidente del Senado, el PSD, dijeron que votarían a Marinho.

Debido a esta falta de unidad entre las bancadas, la elección fue reñida. Rogério Marinho recibió más apoyo público individual porque Pacheco fue el blanco de una campaña de los bolsonaristas en las redes sociales contraria a su reelección.

Una senadora informó de que recibió más de 2.000 correos electrónicos en un solo fin de semana con las frases: «elemento maligno vota a Pacheco» y «serás expulsado de la vida política», según publicó el portal de noticias G1.

Como contrapunto a la red bolsonarista, artistas, como Caetano Veloso, declararon en redes su apoyo al presidente del Senado.

A diferencia de la elección de Pacheco, la reelección como presidente de la Cámara de Diputados, el centrista Arthur Lira, se daba por descontada, porque se sabía que contaba con el respaldo de 496 legisladores de diversas extracción, sobre 513 miembros del cuerpo. Finalmente, a la hora de la votación, fueron 464 los votos que lo consagraron.

Lira, que representa a una coalición informal de partidos conservadores conocida como «Centrao» (el gran centro), es el tercer cargo institucional del país, detrás de Lula da Silva y del vicepresidente, Geraldo Alckmin.

Pero además el líder de la Cámara Baja, decide si admite o rechaza los pedidos de juicio político («impeachment»).

De todas formas, con la elección previa a esta elección de autoridades de los legisladores electos en las últimas elecciones, los números que consecharon Pacheco y Lira no son representativos de cómo se reparte el poder en ambas cámaras.

El PL de Bolsonaro tendrá 99 de los 513 escaños de la Cámara de Diputados, la mayor bancada que haya tenido cualquier partido desde 1998. En el Senado, que renovó un tercio de sus 81 asientos en los comicios, será la segunda fuerza con 13, detrás del PSD, que reclutó nuevos senadores en las últimas horas.

Lula es consciente de la realidad política: «Nosotros no mandamos en el Congreso, nosotros dependemos del Congreso», dijo a sus ministros el mes pasado, recordó este miércoles en un despacho la agencia AFP.

La fragmentación de las cámaras, con nada menos que 23 partidos, también dificultará las negociaciones del gobierno con el legislativo.

Por su parte, Bolsonaro señaló anoche, durante una aparición pública en un acto en Orlando (Estados Unidos), que la elección en el Senado es «muy importante» y, augurando una victoria de sus candidatos, que no se produjo, interpretó que eso hubiera significado «la vuelta a la normalidad, una cierta pacificación», y ratificó su «esperanza en la elección de Marinho», que finalmente fue derrotado.

De todos modos, lo más trascendente que dijo el expresidente de ultraderecha fue el vaticinio de que el Gobierno de Lula da Silva «no durará mucho», tras lo que aseguró que no abandonará la política.

«Puede estar seguro de que en poco tiempo tendremos noticias. Si este gobierno sigue en la línea que ha mostrado en estos primeros 30 días, no durará mucho», advirtió Bolsonaro el martes por la noche a sus seguidores desde el salón de baile de un restaurante situado en un centro comercial de Orlando, Florida, en un evento organizado por el grupo Yes Brazil USA, una organización conservadora de la diáspora brasileña en Estados Unidos.

Antes de las respectivas elecciones de los titulares de ambas cámaras, los diputados electos tomaron posesión, en medio de protestas de algunos parlamentarios bolsonaristas contra la posible elección de Pacheco en el Senado.

Los diputados, entre ellos Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, levantaron dentro del recinto carteles con la frase «Pacheco Não» (Pacheco no).

La toma de posesión de los legisladores se dio en medio de un fuerte operativo de seguridad, menos de un mes después de la asonada en Brasilia protagonizada por miles de seguidores radicalizados de Bolsonaro.

«Estaremos listos para actuar en escenarios diversos, desde los más simples a los más complejos, en caso de que sea necesario», dijo el secretario de Seguridad Pública de Brasilia, Sandro Avelar, citado en un comunicado, reportó AFP.

El operativo de seguridad determinó que los accesos a la Explanada de los Ministerios, donde está el Congreso, el palacio presidencial y el Supremo Tribunal Federal, estuvieran cerrados al tránsito, y solo se permitió el acceso a personas autorizadas.

Esto se explica porque el 8 de enero, miles de bolsonaristas disconformes con la victoria de Lula sobre el exmandatario ultraderechista en las presidenciales de octubre invadieron las sedes de los poderes públicos, arrasaron con parte de la infraestructura, rompieron mobiliario e invaluables obras de arte, y dejaron grafitis llamando a un golpe de Estado.

Más de dos mil personas fueron detenidas, y casi un cuarto de ellas ya fueron imputadas.

En la apertura anual de los trabajos del Supremo Tribunal Federal, la presidenta de la corte Rosa Weber prometió este miércoles que los culpables de la asonada «serán responsabilizados con el rigor de la ley», en tanto que aseguró que la democracia brasileña continúa «inquebrantable».

Télam


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