Brasil | Lula inició su gobierno con freno a las privatizaciones y defensa ambiental

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Lula inició su gobierno con freno a las privatizaciones y defensa ambiental

Juraima Almeida – CLAE

En su primer día en funciones como presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva frenó procesos de privatizaciones, restableció medidas de protección ambiental y combate a la deforestación en la Amazonía, revocó un decreto que permitía la minería en áreas indígenas y normas que facilitaban el acceso a las armas durante la administración de Jair Bolsonaro.

El nuevo mandatario firmó una resolución para mantener el programa de ayudas sociales Bolsa Familia en 600 reales –unos 113 dólares–, promesa conseguida luego de una trabajosa negociación con el Congreso en diciembre para garantizar recursos excepcionales. Además, firmó un reajuste del salario mínimo con incremento de mil 212 reales a mil 320 reales (unos 249 dólares),

El nuevo presidente revocó los procesos de privatización de ocho estatales, entre ellas Petrobras y Correos, iniciados durante la administración de Jair Bolsonaro.

Lula firmó una serie de decretos que intentan fortalecer la protección de la Amazonía, cuya destrucción anual promedio creció 75 por ciento respecto a la década anterior durante la administración de Bolsonaro, y de otros biomas.

Instituyó una comisión interministerial permanente de prevención y control de la deforestación, al mismo tiempo que ordenó reactivar el Fondo Amazonía, creado en 2008 para captar donaciones destinadas a inversiones de preservación de la floresta.

Por otra parte, determinó que sean revisadas en un plazo de 30 días las numerosas decisiones de Bolonaro que impusieron confidencialidad sobre informaciones y documentos de la administración pública, calificadas como un retroceso sobre la política de transparencia pública.

Asimismo decidió, mediante decreto, suspender por los próximos 60 días la concesión de nuevas licencias para cazadores, tiradores y coleccionadores (CAC) civiles, categoría que multiplicó sus miembros con las flexibilizaciones de su predecesor y reunía en julio pasado un arsenal de más de un millón de armas, casi el triple que las 350 mil 600 registradas en diciembre de 2018, según el Instituto Sou da Paz.

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