2022, ¿Annus horribilis? – Por Gabriel Loza Tellería

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

 

2022, ¿Annus horribilis?

Gabriel Loza Tellería*

El año 2022 pasará a la historia por el momento en que confluyeron tres crisis. La primera, la crisis postcovid’ que reflejó las consecuencias del Gran Confinamiento con la interrupción de las cadenas de abastecimiento mundial y de las políticas expansivas de gasto fiscal para mitigar los efectos en las empresas y en la gente. También se expresó en las medidas posteriores del confinamiento en China con su política de Covid cero, en varias ciudades, que afectó su comercio exterior y el dinamismo de su economía.

A esta crisis, provocada por un factor exógeno como fue la pandemia, se sumaron dos crisis autoprovocadas por el ser humano. La invasión de Rusia a Ucrania y las respuestas de la OTAN mediante sanciones económicas contribuyeron a acentuar los problemas de suministros de las cadenas mundiales, disparó los precios de los combustibles y contribuyó al alza de los precios de los alimentos.

Sin embargo, la cereza de la torta, fue la crisis autoprovocada por la tardía y sobre reacción de los bancos centrales de los países adelantados y de los países emergentes, que ante el aumento de los precios, resultante de los problemas de la oferta mundial, de la expansión de la demanda como consecuencia del aumento del gasto fiscal y de los efectos de la guerra en los combustibles y en los alimentos, elevaron sus tasas de interés con el objetivo de abatir la inflación, como si fuera solamente un problema de expansión de la demanda que habría que contraerla a toda costa y a cualquier costo.

El resultado de la confluencia fortuita de las tres crisis, o la llamada tormenta perfecta, es la crisis de estanflación o la aparición de simultánea de inflación con recesión. Cada crisis, en forma separada, no tendría las consecuencias catastróficas que generaran cuando se juntan simultáneamente.

La estanflación ya se inició en el tercer trimestre de 2022, pero con características diferenciadas y a distintas velocidades que hay tener en cuenta. En primer lugar, está más focalizada en el Reino Unido y en el Area del Euro. El Reino Unido ya empezó con crecimiento negativo en el tercer trimestre y en el cuarto, el Area del Euro lo haría en el cuarto trimestre, junto a una elevada inflación por encima del 10%.

En segundo Lugar, los Estados Unidos están con una inflación moderada que esta declinando lentamente, pero con un crecimiento todavía bastante moderado. En tercer lugar, los países asiáticos, están principalmente en una situación de bajo crecimiento, pero con inflación moderada.

América del Sur, que como región está con bajo crecimiento y moderada inflación, a nivel de países destaca Chile que está en estanflación y Argentina, con crecimiento moderado, pero con inflación cercana a 100% que la ubica en la disputa del primer lugar del campeonato mundial de la inflación con Turquía.

Lo que viene el 2023 es pronóstico reservado. Es la cosecha de lo sembrado en un mal año. Pero si, adicionalmente’ los países adelantados siguen subiendo sus tasas de interés de política monetaria, como amenazaron sus bancos centrales, lo más probable es que se mantengan en un escenario con inflación relativamente alta y crecimiento cercano a cero (EEUU) o de recesión (Area del Euro).

Si la situación continua todo el año, es probable que arrastren o influyan en algunas economías emergentes a la estanflación, aunque el producto y el comercio mundial todavía crezcan entorno al 2%, que, aunque no es negativo es una tasa promedio que reflejaría un estancamiento. Si, por último, el sector financiero y las empresas tecnológicas aumentan su aversión al riesgo o entran en pánico, el panorama se complicaría afectando a los países emergentes más endeudados.

Para enfrentar esta crisis hay que ir a sus raíces. China ya entendió que su política de aislamiento de Covid cero es un fracaso y esta abriendo su economía. Los Bancos Centrales comprendieron que hay que atenuar el incremento de sus tasas de interés, algunos empezaron a frenarlas y es muy posible que algunos bancos tiendan a disminuirlas, atenuando el impacto financiero de sus improntas subidas. Por último, que el espíritu de la navidad y el don de la cordura influya para suspender las acciones bélicas y así desarticular las crisis que dieron lugar a esta crisis catastrófica.

*Ex Presidente del Banco Central de Bolivia, Ministro de Planificación del Desarrollo y Director de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (UDAPE). Es economista y Master en Administración de Empresas. Funcionario Internacional de la Comunidad Andina. Consultor de organismos internacionales como PNUD, OIT, FONPLATA

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