Mujeres indígenas que defendieron el ambiente y los territorios de Latinoamérica durante 2022

Foto: Santiago Romaní
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Mujeres indígenas que defendieron el ambiente y los territorios de Latinoamérica durante 2022

Durante 2022, en Mongabay Latam hicimos especial énfasis en conocer sus historias y reconocer sus aportes. Son mujeres que trabajan por la seguridad alimentaria de sus familias y comunidades, que no descansan por defender y salvar al bosque, que han demostrado que el conocimiento ancestral es importante y muy valioso para el rescate y preservación de la biodiversidad. También están aquellas que han sido amenazadas, perseguidas y criminalizadas por defender la vida, la libertad, los derechos colectivos de sus pueblos y lo que ancestralmente les pertenece.

En Mongabay Latam realizamos una selección de 10 de estas grandes historias sobre mujeres indígenas que encabezan la lucha por la naturaleza en América Latina.

10. El grano del mar: la Nación Comcaac preserva pastos marinos y despierta la comida ancestral que obtienen de ellos

La tradición indígena comcaac narra que, después de navegar durante un buen tiempo por las aguas del Canal del Infiernillo, un mensajero llegó a su territorio ancestral a bordo de una balsa extraña. La gente recibió la embarcación con pico de pato y cola de otra ave; ahí viajaba el enviado de un gran espíritu que esparció semillas de pasto marino por todo el canal. Dio permiso a la comunidad para recolectar, usar y cuidar de ese pasto.

El Canal del Infiernillo, ubicado entre la costa del estado de Sonora y la Isla Tiburón —la más grande de México, sagrada para el pueblo comcaac y parte de su territorio ancestral por decreto presidencial—, es un sitio Ramsar que se caracteriza por la presencia de camas de pasto marino, esteros de manglares y pequeños parches de arrecifes de coral en donde habitan y se alimentan especies que son la base para la pesca comercial y artesanal de la región.

Miles de años más tarde de aquel misterioso encuentro, en 2022, una conservacionista, una científica y una cocinera tradicional —junto a una comunidad entera— trabajan no solo por ampliar las zonas con pasto marino, sino también por el renacimiento del nutritivo alimento ancestral que pueden obtener de él: sus semillas.

9. El oro de los humedales: mujeres indígenas murui-muina reforestan palma de canangucha en zonas degradadas de Colombia

A María Célsida Biguidima se le entristece el rostro cuando habla de su territorio. La deforestación ocasionada durante años por actividades agropecuarias, extractivas e ilícitas le preocupan enormemente, igual que a todo su pueblo: el murui-muina. Por ello, en el municipio de Puerto Leguízamo, en Colombia, reunió a más de 20 mujeres para actuar. Juntas crearon un semillero para reproducir palma de canangucha (Mauritia flexuosa), especie que ha sido fuertemente deforestada en el país y que es fundamental para su cultura. En menos de un año han logrado reproducir 2 500 ejemplares que se siembran gradualmente en áreas degradadas de su territorio. Aseguran que salvar a las cananguchas es garantizar agua limpia para los pueblos. Además, sus frutos son un alimento base en la dieta del pueblo indígena amazónico y están experimentando con él para transformarlo en distintos productos.

8. “Nuestro huerto es el bosque”: mujeres y familias Maya Qʼeqchiʼ rescatan semillas nativas en Guatemala

Para las mujeres de Chinabenque y Seacacar, dos comunidades maya qʼeqchiʼ, en el municipio El Estor, en Guatemala, tener un pequeño huerto familiar ha significado la posibilidad de compartir con otros lo que antes no había. Al inicio de la pandemia del Covid-19, cuando las familias tenían dificultades económicas, fueron las mujeres quienes se organizaron para, entre todas, reunir las semillas que tenían a la mano e intercambiarlas para que cada una pudiera hacer crecer un poco de lo mismo: tomate, cilantro, chile, algunas hierbas y otras hortalizas. Con el tiempo y el apoyo de dos organizaciones lograron tener financiamiento internacional para trabajar por la seguridad alimentaria de sus familias con la creación de más huertos —este año lograron 35—y la propagación de semillas nativas. Su producción de alimentos es sostenible y resiliente al cambio climático, a la vez que rescatan y valoran los conocimientos ancestrales de producción agropecuaria, para la transferencia de conocimientos de los ancianos a los jóvenes y niños.

7. El origen de las abejas: la importancia del conocimiento ancestral indígena para salvarlas en Colombia

En el área no municipalizada de Mirití–Paraná, ubicada al norte del departamento del Amazonas, en Colombia, Carmenza Yucuna Rivas lidera una investigación sobre las diversas especies de abejas junto a 36 mujeres de las 12 comunidades que conforman el resguardo indígena. Todas trabajan en rescatar y documentar —con la ayuda de los testimonios de nueve abuelas y abuelos sabedores de los pueblos— el origen de las abejas en la cultura y su importancia para el territorio y el medio ambiente. Los cantos y cuentos tradicionales rescatados, así como los dibujos que ellas mismas hicieron y la información científica que reunieron han servido para sensibilizar a las comunidades sobre la importancia de las abejas para la vida.

6. Tukupu: las mujeres Kariña guardianas de los bosques en Venezuela

Tukupu es la primera empresa forestal indígena de Venezuela. Cecilia Rivas, originaria del pueblo kariña, lidera los procesos de manejo sustentable y restauración de 7 000 hectáreas de la Reserva Forestal Imataca, al sureste del país. Su propósito es detener la destrucción y extracción de recursos por parte de empresas que trabajaban sin el consentimiento y sin ningún beneficio para las comunidades que han habitado el bosque ancestralmente. Además, este proyecto se convirtió en un espacio para la capacitación, sobre todo, de las mujeres que participan activamente del desarrollo del territorio y la conservación de la biodiversidad. Entre sus logros, destacan la creación de 12 viveros comunitarios y familiares, la restauración de 312 hectáreas de bosque, ha reforestado otras 113 y 10 hectáreas adicionales para la forestería análoga, una técnica para restaurar los bosques degradados.

5. Ecuador: tres lideresas indígenas amazónicas que denunciaron agresiones y amenazas hace cuatro años siguen reclamando justicia

En marzo de 2018, el colectivo Mujeres Amazónicas, conformado por lideresas de diferentes nacionalidades indígenas de esa región, llegó a Quito para exigir que se respeten las consultas previas y se reparen los daños ambientales en sus territorios. Protestaron frente al palacio de Carondelet, sede presidencial ecuatoriana, y entregaron al gobierno de Lenín Moreno un mandato en rechazo a la extracción petrolera. Cuando regresaron a sus tierras, dos de sus integrantes fueron agredidas. A Salomé Aranda le apedrearon la casa y a Nema Grefa la amenazaron de muerte. Tan solo dos meses antes de la marcha en Quito, Patricia Gualinga —también integrante de las Mujeres Amazónicas— ya había sido atacada en su casa en Puyo, Pastaza. Las tres, atacadas por defender su territorio y oponerse a actividades extractivas dentro de ellos, interpusieron denuncias ante la Fiscalía, pero ningún caso ha avanzado. A la fecha, siguen temiendo por sus vidas.

4. Perú: la escuela para jóvenes lideresas que busca romper barreras para las mujeres yanesha

Cecilia Martínez tiene claro que los retos para las mujeres indígenas, dentro de sus territorios, son diversos y complicados. También sabe que participar activamente en la toma de decisiones y ganar espacios en las estructuras organizativas son metas que pueden alcanzarse cuando se trabaja en colectividad. Por eso creó una escuela de liderazgo. En ella, las jóvenes yanesha que estudian los últimos años de secundaria, reciben herramientas para continuar con su preparación académica fuera de sus comunidades y después regresar para trabajar en ellas. Esta escuela también cuenta con bancos de germoplasma y viveros para recuperar los recursos no maderables que utilizan en la elaboración de las artesanías yanesha.

3. Malquia Dahua: la lideresa quechua denunciada por la empresa estatal Petroperú

Malquia Dahua, lideresa y monitora ambiental quechua, fue denunciada por la empresa Petroperú en el 2019 por delitos contra la libertad, secuestro, robo agravado y delito contra la seguridad pública por entorpecimiento al funcionamiento de servicios públicos. Ese año se desató un conflicto social con la empresa por el acceso a la electricidad pues, sin previo aviso, esta cambió sus condiciones y les recortó el servicio de doce a ocho horas. Los pobladores de Andoas, en la Amazonía peruana, protestaron pacíficamente. Esa manifestación fue la que llevó a que Malquia Dahua, junto a seis dirigentes indígenas más, esté siendo perseguida y criminalizada hoy por el Estado. Dahua vive en Nuevo Porvenir, una comunidad indígena en la zona de influencia del Lote 192 en donde, entre cuatro empresas operadoras, acumulan multas cercanas a los 15 millones de dólares por contaminación ambiental. En su trabajo como monitora, Dahua ha documentado y reportado los derrames, roturas de ductos y zonas afectadas por el petróleo.

2. Mujeres indígenas colombianas protegen Lagos de Tarapoto de la pesca sin control

Los Lagos de Tarapoto —en el departamento de Amazonas, al sur de Colombia— son un aula viva para las mujeres amazónicas. En sus aguas, ellas reconocen que no solo habitan los peces que son alimento para sus familias, sino que en estas se encuentran la historia y la cultura de los pueblos indígenas a los que pertenecen, además de ser el sitio en donde se fecunda toda la vida del territorio. Por ello, Lilia Isolina Java, lideresa del pueblo cocama, asegura que en esos espacios, indudablemente, “se desaprende para aprender”. Así ha sido también para los pescadores de la zona. De usar redes enormes que atrapaban todo lo que había a su paso, trabajaron en generar acuerdos para respetar la vida de este sistema de humedales. Para lograrlo, el proceso ha tomado más de 20 años. Y Lilia Isolina Java ha estado al frente. Hoy, una veintena de mujeres trabaja en el monitoreo, vigilancia, concientización y restauración para preservar los lagos.

1. Saweto: la interminable batalla de las viudas de una comunidad ashéninka contra la impunidad

En la comunidad indígena Alto Tamaya-Saweto, en Perú, la criminalidad, las amenazas y los asesinatos mantienen atemorizada a la población ashéninka. En septiembre de 2014, cuatro de sus dirigentes fueron asesinados a manos de taladores ilegales. Sus viudas y comuneros han sido víctimas de amenazas en su búsqueda de justicia y el bosque por el que lucharon los líderes caídos ha vuelto a ser invadido por madereros ilegales y grupos crecientes de cocaleros. Aun con la zozobra y el temor que esto les ha ocasionado, las mujeres no se han rendido.

Nota origina en Mongabay

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