A 30 años del hallazgo de los Archivos del Plan Cóndor: “Es la historia de un proceso social»

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A 30 años del hallazgo de los ‘Archivos del Plan Cóndor’: “Es la historia de un proceso social y una víctima obstinada como líder”

El 22 de diciembre se cumplen 30 años del hallazgo de los ‘Archivos del Terror’. Los documentos prueban el pacto criminal que coordinó las acciones de represión de las dictaduras militares del Cono Sur durante las décadas de los ’70 y ’80. Los ‘Archivos del Terror’ constituyen la más importante colección de documentos recuperados sobre el terrorismo de estado en el continente y han servido como prueba en numerosos juicios internacionales.

Luego de 15 años de investigación liderada por el pedagogo y abogado paraguayo Martín Almada, en 1992 se encontraron alrededor de 700.000 páginas de documentos secretos en una comisaría abandonada en las afueras de Asunción. El hallazgo que prueba la existencia del Plan Cóndor tiene una estrecha relación con la historia personal de su descubridor, quien recibió el Premio Right Livelihood en 2002, y hoy tiene 85 años.

“El hallazgo es la historia de un proceso social con una víctima obstinada como líder”, dice María Stella Cáceres, educadora, periodista y segunda esposa de Almada. Desde hace más de 20 años, Cáceres dirige la Fundación Celestina Pérez de Almada y el ‘Museo de las Memorias’ de Asunción, instalado en un antiguo centro clandestino de represión donde el propio Almada, entre muchos otros, fue detenido y torturado.

Los ‘Archivos del Terror’, como también se conoce a este patrimonio documental, fueron declarados ‘Memoria del Mundo’ por la UNESCO en 2009. A nivel internacional, el hallazgo fue decisivo en la búsqueda de justicia para las víctimas, aportando evidencia fundamental en numerosos casos judiciales internacionales, como los ‘Juicios por la Verdad’ y la ‘Megacausa Cóndor’.

Treinta años después del hallazgo y en un contexto regional donde presidentes electos son destituidos y detenidos, líderes políticos son proscriptos quedando fuera del juego electoral, y sectores conservadores ganan espacio con un discurso explícito contra los derechos humanos, esta información no solo es relevante para la historia. “Ante los actuales procesos sociales y políticos de nuestros países, la memoria es fundamental para defender nuestras democracias en el presente y el futuro”, dijo Cáceres.

El camino hacia el hallazgo

En 1974, la inteligencia militar del Plan Cóndor clasificó como “subversiva” la tesis titulada “Paraguay: Educación y Dependencia”, producida por Martín Almada en el marco de sus estudios doctorales en la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Bajo la acusación de “terrorista intelectual”, fue secuestrado y sometido a torturas a lo largo de los tres años que duró su cautiverio. Durante ese tiempo falleció su esposa, la educadora Celestina Pérez, producto de repetidas torturas psicológicas.

Tras una fuerte presión internacional, Almada fue liberado en 1977 y asilado en Panamá. Fue luego contratado por la UNESCO en París, donde vivió exiliado junto a sus tres hijos. Al regresar a Paraguay una vez restablecida la democracia, reclamó conocer sus antecedentes penales. Le respondieron que no existían y le negaron que alguna vez haya estado privado de su libertad. A instancias de la figura de Habeas Data, incorporada en la Constitución paraguaya de 1992, Almada inició una investigación que contó con el respaldo del juez José Agustín Fernández.

Junto a su segunda esposa, María Stella Cáceres, su equipo de colaboradores de la Fundación Celestina Pérez de Almada y amigos/as internacionales, Almada siguió los indicios recogidos durante los años de encierro y exilio.

El 22 de diciembre de 1992 se dispuso el operativo que condujo al hallazgo de los “Archivos del Terror” en el Departamento de Producciones de la Policía Nacional, en la ciudad de Lambaré. Se encontraron miles de documentos probatorios de la existencia del Plan Cóndor, entre ellos, actas de la reunión internacional celebrada en Chile en noviembre de 1975, referida a la llamada Operación Cóndor. Entre los documentos también había fichas de detenidos, detenidos desaparecidos, informes confidenciales de delatores, pedidos de búsqueda de gobiernos y autoridades militares y policiales de los países de la región, declaraciones de detenidos, controles a partidos políticos, grupos estudiantiles, sindicales, religiosos, controles telefónicos y vigilancia domiciliaria, entrega de prisioneros, grabaciones de conferencias, discursos, programas radiales y fotografías de opositores políticos, inclusive de niños y adolescentes detenidos y torturados.

Por sus denuncias, Almada ha enfrentado ocho juicios por parte de represores bajo la acusación de calumnias. Tales demandas fueron desestimadas en todos los casos luego de años de tensa tramitación y riesgos. Por su coraje en la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de justicia contra los torturadores, Martín Almada fue galardonado con el Right Livelihood Award en 2002. La distinción le fue concedida en el Parlamento Sueco al cumplirse 10 años del hallazgo de los “Archivos del Terror”. El galardón no solo le ha significado reconocimiento, sino también protección. “En Paraguay mi cabeza costaba 50, 100 dólares máximo. Pero desde el momento en que recibí este Premio Nobel Alternativo, las autoridades me miraron de otra manera”, indicó Almada.

Este acervo documental está disponible para su consulta pública en el Museo de la Justicia emplazado en el Palacio de Tribunales de Asunción. Desde el año 2009 cuenta con la categoría “Memoria del Mundo” de la UNESCO. En 2017, con motivo del 25º aniversario de su descubrimiento, el gobierno paraguayo lo declaró Bien de Patrimonio Cultural Nacional. “Invito a conocer los documentos del Archivo del Terror, oficialmente Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos en el Museo de la Justicia, sede del Poder Judicial de Asunción. Allí esta nuestra contribución a la Historia. Nosotros seguimos en campaña contra la impunidad por verdad, justicia y reparación. ¡Dictaduras nunca más!”, declaró Almada desde su casa en Asunción, a días del trigésimo aniversario.

Right Livelihood

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