Aumenta pobreza extrema en América Latina en 2022
Aumenta pobreza extrema en América Latina en 2022
Cepal – Alia2
La pobreza extrema ascenderá a 82 millones de personas en América Latina en 2022, a pesar de un descenso de la pobreza en general, en un contexto de desaceleración económica y alta inflación, advirtió este jueves la Cepal.
«No se ha logrado revertir los impactos de la pandemia en materia de pobreza y pobreza extrema y los países enfrentan una crisis silenciosa en educación, que afecta el futuro de las nuevas generaciones», afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), al presentar el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022.
De acuerdo a la Cepal, en 2021 la tasa de pobreza de América Latina alcanzó el 32,3% de la población total, marcando una disminución de 0,5 puntos porcentuales (pp) respecto a 2020. En 2022, el porcentaje bajará apenas, a 32,1% o 201 millones de personas.
Pero este año, la pobreza extrema llegará a 13,1% u 82 millones de personas, cuando en 2021 esa cifra se ubicaba en 12,9% de la población regional.
La explicación para este incremento de la pobreza más aguda son los «efectos combinados del crecimiento económico, la dinámica del mercado de trabajo y la inflación».
Si se compara con 2019, el año previo a la pandemia, habrá 12 millones de personas más en pobreza extrema y 15 millones más en situación de pobreza, según la Cepal.
Los niveles proyectados de pobreza extrema en 2022 representan «un retroceso de un cuarto de siglo para la región», agregó el organismo regional con sede en Santiago.
En educación, América Latina y el Caribe sufre las consecuencias del prolongado tiempo en que las escuelas se mantuvieron cerradas durante los dos primeros años de la pandemia: en promedio, 70 semanas de cierre de los establecimientos educativos frente a 41 semanas en el resto del mundo. Las consecuencias de este gran apagón educativo ya son visibles, de acuerdo a la Cepal.
En América Latina y el Caribe, los jóvenes (de 18 a 24 años) que no estudian ni trabajan de forma remunerada aumentó de 22,3% en 2019 a 28,7% en 2020.