Pueblos indígenas y comunidades denuncian desalojo, tráfico de tierras y destrucción de sus bosques en Latinoamérica

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Por Alexa Eunoé Vélez ZuazoSeries de Mongabay(*): La huella de los menonitas en Latinoamérica

“Han comprado nueva tierra y cortan madera donde estaban nuestros ancestros”, narra una fuente desde el Meta en Colombia. “Los mbya vivimos de lo que nos da los bosques, pero acá ya no queda casi nada”, dice un poblador indígena de una comunidad asentada en medio del Bosque Atlántico Alto Paraná (BAAPA), en Paraguay. “Ellos talan miles de hectáreas”, dice un integrante de Kabi Habin, cooperativa de apicultores de Quintana Roo, en México. Estos testimonios tienen algo común: señalan a las colonias menonitas como responsables de la deforestación en sus territorios o municipios. Muchos de quienes hablan con nosotros temen hacerlo públicamente por miedo a represalias.

Las denuncias de parte de comunidades indígenas, campesinas, ejidos y población local señalan que grandes extensiones de terrenos han sido deforestados para introducir soya, maíz y sorgo en cinco países de Latinoamérica: Bolivia, Colombia, México, Paraguay y Perú. Un equipo de Mongabay Latam, Rutas del Conflicto de Colombia y El Deber de Bolivia investigó estos casos, primero con imágenes satelitales para detectar las alertas de deforestación recientes, y luego con reportería en territorio.

Las más de 500 mil alertas de deforestación, generadas entre enero y octubre de este año, llevaron a los periodistas a cinco puntos críticos donde hallaron bosques talados sin autorización, ocupación de territorios de comunidades originarias, tráfico de tierras, amenazas y varias denuncias que datan de años atrás.

La expansión de la agricultura mecanizada que desarrollan los menonitas ya viene siendo fiscalizada por distintas autoridades en Latinoamérica.  El director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de Bolivia, Eulogio Núñez, confirmó,  en un evento público, que algunas colonias han violado los límites de sus propiedades para ampliar sus campos de cultivo. Citó el caso puntual de la colonia Valle Verde, en el municipio de San José de Chiquitos, donde “intentaron extenderse más allá de lo legal y eso no está permitido. Incluso, donde querían extenderse es una tierra fiscal”, detalló Núñez.

¿Cuál es la magnitud de la presencia de los menonitas en la región? Un estudio científico reciente, Pioneros piadosos: la expansión de las colonias menonitas en América Latina, analiza la ocupación de este grupo religioso que emigró de Europa. El mapa de la presencia menonita elaborado para el estudio calcula que en América Latina hay alrededor de 214 colonias menonitas que “cubren una superficie total de unos 3,9 millones de hectáreas”, más que la superficie total de Holanda, se lee en la publicación. Los tres países que albergan la mayor cantidad de colonias son Bolivia con 90, México con 65 y Paraguay donde se han contabilizado 25. El primer país al que llegaron fue México en 1922.

Resumen de las colonias menonitas por país. Crédito: Extraído de la publicación Pious pioneers: the expansion of Mennonite colonies in Latin America.

El autor principal del estudio, Yann le Polain de Waroux, quien es investigador del Departamento de Geología de la Universidad McGill de Canadá, le dijo a Mongabay Latam que la expansión continuará, si se tiene en cuenta que “mientras haya colonias donde el valor de tener familias grandes es importante y al mismo tiempo el valor de ser agricultoras es importante también, entonces estas personas van a necesitar tierras y potencialmente tener que crecer y hacer nuevas colonias. Todavía hay impulsos para buscar nuevas tierras dentro de Latinoamérica y fuera de Latinoamérica también”.

En la mira de las autoridades ambientales

Reconocer la presencia de una colonia menonita en una imagen satelital no es complicado cuando se observa su presencia en los mapas. Usualmente tienen patrones de ocupación marcados por la aparición de líneas rectas o vías, a partir de las cuales se van abriendo cuadrantes destinados a tierras agrícolas. La especialista en Sistemas de Información Geográfica de la organización ambiental ProPurús, Carla Limas, que ha analizado la ocupación menonita en la región Ucayali, en la Amazonía de Perú, se refiere a las líneas trazadas por los menonitas como ejes agrícolas, “porque son las líneas de las cuales nacen las parcelas”. Cuando se observan esos patrones desde lo alto se asemejan a grandes cicatrices en medio del bosque.

La pérdida de cobertura forestal en los territorios de estas colonias ha llamado la atención de las autoridades ambientales. En la Amazonía de Perú, por ejemplo, las colonias instaladas en las regiones de Loreto y Ucayali enfrentan investigaciones fiscales. En Padre Márquez (entre Loreto y Ucayali), la fiscalía investiga la deforestación de 338 hectáreas; en Masisea (Ucayali) el caso gira en torno a la pérdida de 894 hectáreas y 1400 hectáreas en la colonia de Tierra Blanca (Loreto). Un punto en común une a estos tres casos: los antecedentes de tráfico de tierras detrás de la adquisición de los terrenos.

El caso de Tiruntán, que es una de las historias investigadas para este especial, se enfoca precisamente en el tráfico de tierras detrás de la adquisición de las propiedades y en la investigación por cambio de uso de suelo sin autorización. Además, se revelan las reuniones que están sosteniendo los líderes de las colonias menonitas y sus abogados en las más altas esferas políticas para conseguir legalizar su ocupación.

En Paraguay, la fiscalía atendió una demanda presentada por un poblador que denunció cómo maquinarias de una colonia menonita derribaron por lo menos tres hectáreas de bosques y destruyeron un estero en plena reserva de la comunidad Pindo’i. Mientras aguardan por una sentencia, las más de 600 alertas de deforestación indican que la pérdida de bosque continúa.

En Colombia, los reclamos de las comunidades indígenas sikuani del Meta por las tierras ancestrales ocupadas por colonias menonitas fueron también atendidas por Cormacarena, la autoridad ambiental. Hay tres procesos sancionatorios registrados por la tala de bosques de galería y la contaminación en nacederos de agua. Y aunque los menonitas asumieron ante la autoridad compromisos para la recuperación de los bosques afectados, las comunidades denuncian que la deforestación no se ha detenido.

“Deforestaron lo que yo creo que es casi una hectárea de árboles cerca de Itwitsulibo. Incluso la madera todavía sigue ahí, no la han recogido”, dice el Gobernador Alexander Álvarez del Territorio Ancestral Itwitsulibo.

En México y Bolivia, colonias menonitas se han instalado y han comprado tierras de la selva maya y de la Amazonía que han dejado de ser rápidamente bosques para convertirse en campos agrícolas. En Quintana Roo, en México, se denuncia que algunos menonitas se están convirtiendo en ejidatarios para lograr su cometido y en Bolivia organizaciones ambientales indican que en algunos casos se hacen pasar por campesinos para obtener títulos de tierras y luego explotarlas. Solo en México, en 2018, la autoridad ambiental determinó que se realizó un cambio de uso de suelo en al menos 1316 hectáreas forestales sin contar con autorización.

Las denuncias y patrones de ocupación del territorio se repiten en varios de los países incluidos en este especial. De hecho, las colonias menonitas se han movido de un punto a otro dentro de la región. Así lo explica Yann le Polain de Waroux con dos ejemplos: “Veo como dos movidas. Una es de menonitas mexicanos, de las viejas colonias de Chihuahua, por ejemplo, que se encuentran con condiciones cambiantes de inseguridad, problemas de agua y sequía que están buscando una salida. Ellos son los que se ven en Colombia y también ahora en nuevas colonias en Argentina. La otra son las colonias bolivianas, con un crecimiento impresionante, que algunos están en Perú y están buscando nuevas tierras dentro de Bolivia pero también afuera”. ¿Cuál será el impacto de estas colonias menonitas en las tierras de Latinoamérica?

(*) Esta investigación transfronteriza es coordinada por Mongabay Latam en alianza con Rutas del Conflicto de Colombia y El Deber de Bolivia.

Mongabay Latam

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