Debate presidencial en Brasil | Sin la presencia de Lula, Bolsonaro y otros candidatos buscaron que haya balotaje

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Sin Lula en debate, Bolsonaro y otros candidatos buscaron que haya balotaje

Por Pablo Giuliano

Sin la presencia del favorito a vencer en las elecciones del 2 de octubre, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el segundo debate televisivo entre los candidatos brasileños organizado por el canal bolsonarista SBT giró en torno a críticas al gobierno del presidente Jair Bolsonaro, que intentó hablar para los más pobres para evitar, como dicen las encuesta, que el líder del Partido de los Trabajadores sea electo en primera vuelta.

El debate contó con la presencia de Bolsonaro, y de los candidatos con menos de 10% de los votos como Ciro Gomes, las senadoras conservadoras Simone Tebet y Soraya Thornicke, el multimillonario ultraliberal Felipe Dávila y un personaje desconocido para el gran público como un autodenominado sacerdote ortodoxo defensor de Bolsonaro llamado Padre Kelmon, del controvertido ultraderechista Partido Trabalhista Brasileño (PTB).

«El expresidiario no se animó a venir, no puede estar en la calle ni el el debate», fustigó Bolsonaro, que según Datafolha está a 14 puntos de diferencia de Lula, que puede vencer el domingo en primera vuelta.

El líder del PT, por su parte, había avisado que no iba a ir al debate debido a que ya había estado en el canal SBT hace dos días y que sí confirmó su presencia para el jueves por la noche en el de la TV Globo.

Al mismo tiempo que el debate se realizaba en los estudios de Osasco, en el Gran San Pablo, del canal bolsonarista SBT, Lula estaba en el barrio de Itaquera, en el extremo este de la ciudad, en un acto con la militancia, vestido con ropa deportiva de su equipo, Corinthians.

El debate de SBT y la revista Veja tuvo la mitad de audiencia que el primero de hace dos semanas, en el canal Bandeirantes.

Bolsonaro se mostró más tranquilo que en el primer debate, reforzó su discurso antiizquierda y a favor de las armas
«Cobarde» fue la calificación hacia Lula que le dieron Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), y SImone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB).

Todos los candidatos menos el extravagante Padre Kelmon fustigaron al presidente Bolsonaro por los escándalos de corrupción.

Bolsonaro y Kelmon se juntaron en el debate para vincular a Lula con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al que acusaron de ser protegido del Partido de los Trabajadores. Kelmon reemplaza como candidato al condenado y preso por promocionar el asesinato de un juez de la corte Roberto Jefferson, el presidente del PTB, partido que fue invitado por tener representación parlamentaria.

«La izquierda destruye familias y el aborto es un asesinato», disparaba Kelmon para ayudar a Bolsonaro en el debate, en una de las situaciones más escandalosas de los debates de la democracia brasileña.

Gomes, con 7% en los sondeos, y Tebet, con 4%, apelaron al elector para evitar que Lula gane en primera vuelta y fustigaron la figura de «voto útil» que el PT está llevando adelante.

El laborista Gomes acusó de «corruptos» a Lula y Bolsonaro y dijo que el actual presidente «perdió la oportunidad dorada» tras vencer en 2018.

Bolsonaro y Kelmon se juntaron en el debate para vincular a Lula con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al que acusaron de ser protegido del Partido de los Trabajadores
«Bolsonaro y su incompetencia permitió el regreso de Lula», dijo Gomes, cuya campaña está más centrada en Lula que en el ultraderechista.

El ultraliberal Dávila, del Partido Novo, dijo que Lula «es un barrabás liberado por el Supremo Tribunal Federal» para disputar esta elección.

Bolsonaro se mostró más tranquilo que en el primer debate, reforzó su discurso antiizquierda y a favor de las armas y se desentendió del presupuesto secreto que el oficialismo domina en el Congreso para distribuir partidas en forma discrecional entre los legisladores de la derecha y del bloque conservador llamado Centrao.

Enfocó su discurso en las mujeres pobres y en la defensa de los subsidios que da el gobierno a 21 millones de familias, que es el electorado que prefiere a Lula, según las encuestas. «Somos un ejemplo para el mundo, tenemos la gasolina más barata del mundo con la rebaja de precios que llevamos adelante», destacó el presidente del Partido Liberal.

La senadora Thornicke, por su parte, de Unión Brasil, una exbolsonarista, acusó a Bolsonaro de haber desviado dinero para comprar Viagra a las Fuerzas Armadas y aparatos contra la disfunción eréctil.

Télam


Sem Lula, debate no SBT é marcado por baixo nível, desinformação e padre bolsonarista

Por Paulo Motoryn

Desinformação e baixo nível. Essa foi a tônica do debate entre candidatos à Presidência da República transmitido pelo SBT na noite deste sábado (24). Sem a presença do líder das pesquisas, o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT), a discussão foi marcada pelo excesso de pedidos de direito de resposta, por ofensas e pela ausência de propostas reais para resolver os problemas da população brasileira.

O jornalista Carlos Nascimento, mediador do debate, precisou dar uma bronca nos candidatos para lembrá-los de respeitar o tempo de resposta de cada um. Seis candidatos ao pleito deste ano se encontraram no debate dentro dos estúdios do SBT, e que também teve participação do site Terra, da emissora CNN Brasil, das rádios Nova Brasil FM e Estadão/Eldorado, além da revista Veja.

A presença que mais chamou a atenção foi do candidato Kelmon Luís (PTB). Substituto do ex-deputado Roberto Jefferson (PTB), que teve o registro de sua candidatura negado pelo plenário do Tribunal Superior Eleitoral (TSE), ele colaborou com a pobreza de ideias do debate. Convidado pelo fato de o PTB ter representação no Congresso Nacional, mas sem pontuar nas pesquisas, o autointitulado «padre» se fez presente para servir de «muleta» ao presidente Jair Bolsonaro (PL).

Desde a primeira pergunta, a dobradinha Bolsonaro-Kelmon usou e abusou da desinformação. Um dos aspectos explorados pela dupla de extrema-direita foi a suposta perseguição do PT a igrejas, o que jamais ocorreu em 14 anos do partido no comando do governo federal. Além dessa, outras mentiras foram ditas pelos candidatos, que não foram rebatidos ou confrontados por informações verdadeiras.

A defesa de Bolsonaro por Kelmon foi tão firme que o suposto padre chegou a afirmar que o atual presidente estava sofrendo um «massacre» dos adversários.  «Estamos vendo um massacre, nunca tinha visto isso na minha vida. Cinco partidos que se juntaram para bater em um Presidente da República com falácias, mentiras, inventando», disse. Ele ainda defendeu políticas sociais e econômicas tomadas pelo governo de Bolsonaro.

O debate também foi repleto de ofensas e, por consequência, pedidos de direito de resposta pelos candidatos. Bolsonaro, por quatro vezes, Soraya Thronicke (União Brasil) e Ciro Gomes (PDT) (uma vez cada um) tiveram solicitações aceitas pela organização do debate. Entre as acusações consideradas ofensivas, estão acusações de corrupção e xingamentos.

Ciro insistiu nas críticas ao PT e na equiparação de Lula e Bolsonaro. Segundo ele, o «lulopetismo» é responsável pela «morte do jornalismo». O pedetista fez a afirmação depois de ouvir uma pergunta da repórter Tatiana Farah sobre seu posicionamento em um eventual segundo turno entre Lula e Bolsonaro, cenário mais provável de acordo com as pesquisas eleitorais.

«O senhor tem subido de tom nas críticas que tem feito ao ex-presidente Lula. Uma parte de seus eleitores, entretanto, já declarou voto útil no petista. Para onde vai o PDT em um eventual segundo turno. Se o PDT aderir ao PT, o senhor vai deixar a legenda?», questionou Farah. «Como é que nós estamos em um debate, eu me apresentando como candidato à presidente e sou agora convidado a refletir sobre o movimento que teoricamente eu deveria fazer», declarou Ciro.

Lula não foi ao debate organizado por um grupo de veículos de comunicação e transmitido pelo SBT. O candidato petista trocou a participação por uma série de motivos. O principal deles é a realização de dois atos na periferia de São Paulo, um no Grajaú, na zona sul, e em Itaquera, na zona leste.

Brasil de Fato

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