Lo bueno, lo malo y lo que le sobra a la reforma tributaria de Petro – Por Santiago La Rotta
Lo bueno, lo malo y lo que le sobra a la reforma tributaria de Petro
Santiago La Rotta – El Espectador*
La primera gran reforma del gobierno de Gustavo Petro, según analistas, es un buen paso para mejorar la equidad y progresividad del estatuto tributario. Sin embargo, critican que no establece un panorama de en qué se van a gastar los nuevos recursos. ¿Cómo puede mejorar la iniciativa?
La propuesta pretende recaudar unos $25 billones de pesos –unos 6.000 mil millones de dólares-, que provendrían principalmente de las personas naturales con ingresos por encima de los 10 millones mensuales (unos 2-400 dólares). De acuerdo con las cuentas del gobierno, cerca de un tercio del nuevo recaudo llegaría por esta vía, mientras que la otra gran carga sería asumida por las empresas.
Después del estallido social de 2021, las reformas tributarias adquirieron otro calibre: pasaron de ser piezas legislativas que se discutían con algo de afán y casi de espaldas al público a un asunto central en la conversación nacional.
Con el proyecto que presentó el gobierno Petro, menos del 5 % de los hogares colombianos declararían impuesto de renta, un porcentaje que debería ser mayor de acuerdo con Oliver Pardo, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, quien asegura que se debería ampliar más la base del impuesto de renta para que, como sucede en otras economías, la mayoría de la tributación descanse sobre las personas naturales y no tanto sobre las empresas, como sucede en Colombia.
Pardo señala que el proyecto que encabeza el ministro José Antonio Ocampo es un esfuerzo en la dirección correcta hacia la progresividad tributaria, así como en la reducción de la desigualdad en el país.
Ahora bien, la reforma apenas entra a discusión al Congreso, un espacio en el que no solo será sometida a las presiones legislativas, sino también de sectores que buscarán defender sus beneficios, como ha sucedido con cada pieza legislativa de este tipo.
Por ejemplo, durante el congreso de la Andi, que se desarrolló esta semana en
Los expertos coinciden en que uno de los principales puntos positivos del proyecto es que apunta hacia un sistema tributario más equitativo y progresivo. Se aumenta la carga del 1 % de personas con mejores ingresos, que son quienes pueden acceder a descuentos en su declaración de renta a través de instrumentos que no están disponibles para quienes tienen menos recursos, como la medicina prepagada o las cuentas AFC, por ejemplo,
Según María Fernanda Valdés, miembro de la Red de Trabajo Fiscal, es positivo el nuevo impuesto a las exportaciones de petróleo, carbón y oro. “Eso es muy novedoso y es una medida contracíclica, pues en los buenos tiempos de precios internacionales es cuando una economía como la colombiana va mejor, así que ahí el Estado tiene que salir a recaudar más”.
Según esta experta, otro aspecto destacable del texto es que poner límites en los beneficios tributarios que se pueden aplicar destraba un cuello de botella acerca de qué beneficios eliminar o conservar. “Eso logra superar unas discusiones eternas e insoportables”.
Pardo lamenta que no se haya incluido nada sobre el IVA, que es un impuesto que no tiene suficiente equidad horizontal. El académico plantea que es necesario revisar qué bienes que hoy tienen una tarifa del 5 % pueden pasar a tributar con 19 % o qué modificaciones hay que hacer entre los bienes excluidos y los exentos. “Es una discusión que el país tiene que dar”.
Pardo también opina que sería bueno abordar en el Congreso la expansión de la base del impuesto de renta: más personas naturales deben tributar, aunque progresivamente, de acuerdo con sus ingresos. Valdés matiza dice que “lo que se hizo fue ideal: empezar con los sectores más privilegiados. Cuando se puedan superar puntos de pobreza, por ejemplo, creo que se puede hablar de qué otros sectores pueden aportar más; pero lo que se hizo ahora es lo ideal”.
Pardo y Valdés consideran que el texto se queda corto en explicar en qué se van a gastar los recursos. O sea, es una propuesta tributaria, pero, a diferencia de otras reformas pasadas, no avanza en los temas fiscales.