Capitalismo vegano: multinacionales alimentarias y BlackRock – Por Gustavo Duch

Imagen: JUAN SOTO
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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Capitalismo vegano: multinacionales alimentarias y BlackRock

Gustavo Duch

Tras seducir a la población con las supuestas maravillas de la dieta vegana, las transnacionales de producción de carne y los grandes fondos de inversión aterrizaron en la industria de los alimentos que se presentan como sustitutos

Hasta no hace mucho tiempo, seis o siete décadas atrás, la alimentación mayoritaria de la población rural era austera, equilibrada y sujeta a las posibilidades de sus territorios. En paralelo al desarrollismo y a la concentración de la población en las ciudades, desde centros de estudios, universidades y revistas de prestigio –en coordinación con la industria alimentaria– se difundió el mensaje de la necesidad de mejorar los patrones alimentarios, aumentando el consumo de proteínas, especialmente las de origen animal.

A fuerza de mucha publicidad y propaganda, pensemos en el caso del fastfood, el mensaje permeó culturalmente y se instaló en el imaginario como el patrón a seguir. Para satisfacer esta demanda “creada”, se justificó, se agradeció y se encumbró a la industria alimentaria capaz de producir mucha leche, carne y sus derivados a precios baratos, sin contemplar ni preocuparse por sus desmedidas externalidades.

Se llegó a despreciar y ridiculizar la alimentación y la agricultura tradicional, afectando cuerpos y territorios. De comprar y cocinar alimentos frescos se pasó a los ultraprocesados recalentados en el microondas y la industria salió claramente vencedora. Algo tan íntimo como nuestra alimentación ha acabado delegándose en pocas megaempresas controladas por fondos de inversión.

Sabiendo de lo ocurrido, y ahora que las tendencias alimentarias veganas están alcanzando cuotas importantes, ¿puede ser que se esté repitiendo la historia? ¿Es un éxito inducido culturalmente? Y, si fuera así, ¿son nuevos actores o los de siempre?

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