América Latina apuntala estrategia para frenar mortalidad prematura por hipertensión

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Las enfermedades cardiovasculares (ECV) se mantienen como la primera causa de muerte prematura en América, al ser responsables de cerca de 2 millones de fallecimientos cada año, un problema de salud pública que ha llevado al continente a revolucionar su estrategia contra la hipertensión, el principal factor de riesgo.

«De cada 100 casos de ECV, ataques al corazón o de enfermedad cerebrovascular, conocida también como derrame cerebral, 60 son por hipertensión. Entonces, si se va a apostar por algo, se tiene que buscar cuál es la prioridad y la prioridad en la región es el tema de la hipertensión», dice a Efe Pedro Ordúñez, asesor en enfermedades no transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y líder del programa HEARTS en las Américas.

«La gente se muere y muere prematuramente. La hipertensión en América no solamente es frecuente sino que es grave, afecta a muchas personas desde edades muy tempranas, los discapacita y es una carga enorme para las familias, para los bolsillos y para los sistemas de salud», agrega el experto.

Por eso y con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se conmemoró el pasado 17 de mayo, los organismos internacionales de salud han subrayado que la presión arterial elevada representa más del 50 % de las ECV.

«Y, desafortunadamente, en esta región, más de una cuarta parte de las mujeres adultas y cuatro de cada diez hombres adultos tienen hipertensión», según la OPS.
Un 30 % de la población de América sufre hipertensión

Cada año ocurren cerca de 2 millones de defunciones por enfermedades cardiovasculares en América, de las cuales medio millón corresponden a personas menores de 70 años, lo que se considera una muerte prematura y evitable.

«La situación es grave. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todos los países de la región, desde Canadá hasta Argentina, incluyendo el Caribe (…) Y la hipertensión arterial es el principal factor modificable o aliviable frente a esta situación», insiste Ordúñez.

Se estima que al menos el 30 % de la población de América presenta hipertensión (una presión arterial igual o por encima de 140/90 mmHg) y en algunos países ese porcentaje llega a superar el 48 %, lo que significa que alrededor de 250 millones de personas del continente padecen de presión alta.

La alarmante situación en el continente fue confirmada en el «Primer análisis mundial exhaustivo de las tendencias de prevalencia, detección, tratamiento y control de la hipertensión», dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en el que se abarca el periodo 1990-2019.

Ese estudio muestra que algunas de las tasas más altas del mundo se registran en América, con Paraguay en el primer lugar de prevalencia en mujeres (un 51 % de población con hipertensión en 2019), en una lista en la que entre las 10 primeras naciones también se incluye a Dominica (50 %), República Dominicana (49 %), Santo Tomé y Príncipe (48 %), Jamaica (48 %) y Haití (48 %).

En cuanto a hombres, aparecen entre los primeros 10 lugares Paraguay (62 %) y Argentina (54 %).

Primer paso: Prevención

Los expertos señalan la urgencia de acciones encaminadas a la prevención, especialmente la reducción del consumo de sal y de alcohol y el combate de la obesidad.

Aunque la OMS recomienda un consumo diario de menos de 5 gramos de sal (menos de 2 g de sodio) por adulto, América está muy por encima del nivel recomendado, con una ingesta diaria de entre 8,5 g y 15 g por persona.

Se estima, por ejemplo, que los argentinos consumen de 10 a 12 gramos diarios de sal, los costarricenses 11,3, los brasileños 11, los estadounidenses 8,7 y los canadienses 7,7.

Segundo paso: Diagnóstico y control

Se calcula que «la mitad de los hipertensos no saben que lo son; de los que saben que son hipertensos, más o menos la mitad recibe tratamiento; y de los que reciben tratamiento, solamente la mitad controla adecuadamente su presión», explica a Efe el epidemiólogo colombiano Sergio Beltrán.

En esto coincide Ordúñez, al alertar que la falta de una detección temprana es el principal factor que impide tener la presión arterial controlada.

El problema, de acuerdo con el asesor de la OPS, es que «la mayoría de los países no tiene un programa efectivo de detección, entonces se tiende a culpar al paciente por no llevar hábitos saludables, pero la realidad es que el sistema de salud no está listo para detectar oportunamente y de una manera precisa».

«Los sistemas de salud tienen que crear las condiciones para detectar, tratar y seguir a la gente. Las personas tienen el derecho a recibir buena atención porque sabemos qué hay que hacer, cómo hacerlo y con qué hacerlo», añade.

Tercer paso: Estrategia regional e implicación de sistemas de salud

Para Beltrán, también director médico de la unidad de Medicina General en Sanofi para Colombia, Perú, Ecuador y Centroamérica, si se diagnostica temprano, se toma el tratamiento adecuadamente y se mantienen controles periódicos, la salud «puede estar prácticamente igual de buena que alguien que no tenga hipertensión».

Con ese ánimo, la OMS ha implementado la iniciativa HEARTS en las Américas, un modelo presente en más de 20 países y 1.400 centros de salud de toda la región para el manejo de las ECV y que se enfoca en el control de la hipertensión desde la atención primaria.

Ordúñez, líder del programa, remarca la responsabilidad de los sistemas de salud porque la estrategia busca no solo modificar los hábitos de los pacientes sino también las prácticas médicas, además de plantear una estandarización del tratamiento farmacológico y una medición de la presión con dispositivos de precisión.

El modelo HEARTS también propone la estratificación del riesgo, lo que incluye herramientas como una calculadora online para detectar la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular en personas entre 40 y 74 años.

Entre los que se han adherido a HEARTS están Argentina, Bahamas, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, Guyana, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Dominica, Santa Lucía, Surinam, Guatemala, Panamá y Trinidad y Tobago.

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