Se declara alerta amarilla ante intensas lluvias
Casi toda Costa Rica en alerta amarilla ante incremento de lluvias
El Pacífico, Zona Norte y Valle Central de Costa Rica están en alerta amarilla ante el incremento de la lluvias, que pueden hoy llegar a ser torrenciales debido a la segunda onda tropical de la temporada.
Además de esa condición, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) decretó alerta verde (informativa) para la zona del Caribe de esta nación centroamericana, con buena parte de sus suelos saturados por las continuas precipitaciones de las últimas semanas durante la temporada lluviosa. La alerta amarilla (precaución) indica que el peligro crece y se sabe que el fenómeno va a afectar a la población, por lo que establece activar procedimientos preestablecidos de los organismos de socorro y tomar precauciones específicas según los planes de emergencia existentes en sus hogares, lugares de trabajo o comercios. Asimismo, estar atentos a la información que brindan las instituciones oficiales lideradas por la CNE, establecer y reforzar redes de vigilancia, monitoreo e investigación e insta a los organismos de socorro a preparar recursos de búsqueda, rescate y asistencia.
Las lluvias asociadas a la onda tropical número dos comenzaron este miércoles, pero esta jornada producto de su cercanía al territorio nacional y otras condiciones atmosféricas propias de la época lluviosa van a provocar aguaceros sobre el país, apuntó Lidier Esquivel, de la CNE.
El pronóstico del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) refiere que la presencia de polvo del Sahara en el Mar Caribe ocasionó condiciones muy estables y con pocas nubes, mientras precisa que la segunda onda tropical está sobre Panamá, muy cerca de Costa Rica.
Para este jueves el IMN vaticina tormentas en buena parte del país, sobre todo en horas de la tarde.
Debido a las condiciones climática, la CNE llamó a tomar precauciones a las personas que habitan en zonas de alto riesgo, cercanas a ríos, quebradas o laderas que pueden ser inestables.
También a los conductores que transiten por las carreteras durante la tarde y noche, porque las intensas precipitaciones pueden provocar deslaves y caída de piedras.