Concentración de la riqueza y desigualdad en Colombia – Por Horacio Duque

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Concentración de la riqueza y desigualdad en Colombia

Horacio Duque*

El tema de la concentración de la riqueza es uno de permanente actualidad dada las consecuencias de la imposición del modelo económico neoliberal que se reflejan en una elevadísima concentración de la riqueza en una súper oligarquía con sofisticados privilegios.

En nuestro caso, el tema ha sido objeto de estudio y reflexión por reconocidos especialistas. En una época fue clásico el texto del economista Julio Silva Colmenares sobre los verdaderos dueños del país: oligarquía y monopolios en Colombia (1977).

Hernando Agudelo Villa, el prestigioso líder de los sectores liberales de izquierda, también estudió el tema y fruto de sus reflexiones. La Cámara de Representantes publicó en 1979 el texto “Concentración de la riqueza y del ingreso en Colombia”, que es una compilación Jorge Mario Eastman con prólogo Alfonso López Michelsen

En épocas recientes Luis Jorge Garay, uno de los estudiosos más reconocidos del país, ha trabajado este tema con el experto en temas fiscales Jorge Enrique Espitia, y como resultado han publicado una rigurosa investigación titulada “Dinámica de las desigualdades en Colombia”, que desmonta la inocencia que siempre se les ha atribuido a los ricos sobre la profunda desigualdad de nuestro país.

La exministra Cecilia Montaño en reciente nota ha comentado este trabajo en los siguientes términos:

Para empezar, señala López, el decil 10 de ingresos lo dividen Garay y Espitia, entre los ricos, los súper ricos y los súper – súper ricos y sus conclusiones, después de analizar impuestos reales y nominales de personas naturales y jurídicas basadas en los análisis de las declaraciones de renta en el período 2000-2018 tomadas de la Dian, son punto de referencia de una inmensa y necesaria controversia en Colombia.

Lo autores, agrega, parten de una innegable realidad: Colombia no es solo uno de los más desiguales de la región más inequitativa del mundo, sino que presenta todas las desigualdades posibles, de ingreso, de riqueza, de tierra y entre territorios. ¡Aterrador!!

Pero más grave aún, plantea López, esta realidad se enfrenta a una muy baja presión tributaria que llegará al 13% de impuestos sobre PIB en 2022, gracias a las decisiones de este gobierno cuando en los países de la Ocde este dato es 34%.

Y la pregunta que plantean Garay y Espitia al analizar los impuestos que pagan personas jurídicas y personas naturales, es en qué medida la tributación efectiva contribuye, o no, a redistribuir el ingreso y la riqueza en el país.

Sobre las empresas, personas jurídicas, encuentran los autores, que en el caso colombiano el crecimiento real del Patrimonio Bruto y del Patrimonio Líquido de las empresas en el periodo 2000-2017 fue cercano a 6%, dos puntos porcentuales superior al crecimiento promedio de la economía nacional.

Es decir, cita López, “(…) que la tasa de retorno del capital (r) hubiera sido mayor a la tasa de crecimiento económico (g). Este hecho, en términos de Piketty (2014), coadyuvaría automáticamente desigualdades arbitrarias e insostenibles en la riqueza que podrían terminar socavando valores básicos de un Estado Social de Derecho”. Y el 95% de la riqueza de personas jurídicas se concentra en las empresas más ricas, mientras que en las empresas más pobres esta proporción es de 0,001%.

No sorprende que el coeficiente Gini de la riqueza en empresas es 0,974 y entre el año 2000 y el 2017 la riqueza se ha concentrado entre las empresas más ricas, afirma López; peor desigualdad que la observada en la tierra que ya es aberrante.

El libro muestra que el decil 10 de las empresas más ricas concentran el 94% del ingreso bruto y los sectores que más concentran ingresos brutos son el sector comercio (26%), sector financiero (18%), la industria manufacturera (17%) y la administración pública (14%). Además, el Gini de ingresos brutos fue de 0,959. No se sabía que los comerciantes fueran tan ricos.

Pero lo más impactante que derrumba toda la argumentación del actual gobierno uribista, es que la tarifa efectiva de impuestos que pagan las empresas es del 1,9%, mientras que la tarifa nominal es del 31,4%.

Lo más grave es que en 2017, la concentración del ingreso bruto es de 94,1% antes de impuestos y después de impuestos este porcentaje se mantiene inalterado. ¿Gracias a qué? A $27,2 billones de exenciones y regalos del gobierno que deberían haber generado $9 billones de impuestos. Inaudito, agrega con estupor López.

En cuanto a las personas naturales el decil 10 concentró el 46,8% del patrimonio bruto y el 47,63% del patrimonio líquido, mientras que el decil 1 concentró el 0,49% del patrimonio bruto y el 0,36% del patrimonio líquido. El coeficiente de Gini en patrimonio bruto fue de 0,5615 y sobre patrimonio líquido fue de 0,5789 en el año 2014.

Al observar la declaración de renta de las 300 mil personas más ricas del país, se encuentra que el 51% de los ingresos de estas personas son ingresos laborales, mientras que el 24% de estos provienen de los ingresos de capital. ¿Y cuál es la tarifa efectiva de impuestos? Es de 5% mientras las de empresas es de 1,9%. Todos los ricos reciben subsidios especialmente los super ricos, empresas y personas, pero se concentran principalmente en las empresas más ricas.

Los anteriores son los términos del debate sobre la concentración de la riqueza en Colombia que será necesario retomar en los escenarios del debate púbico, como el Congreso de la Republica, al que llega una poderosa bancada parlamentaria progresista.

 *Académico colombiano. Columnista de Anncol.

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