Colombia: las sombras del fraude – Por Marina Urrizola, especial para NODAL

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Así llega Colombia a las Presidenciales 2022

Por Marina Urrizola*

Las próximas elecciones presidenciales de Colombia, podrían mover fichas impensadas en el tablero electoral de la región y se llega a las mismas con diversas opiniones agitando el fantasma de fraude, poniendo al país y su sistema electoral en una situación casi inédita.

Para colocar el tema en contexto es necesario comenzar con un dato reciente, aportado por la Misión de Observación Electoral (MOE), reconocido actor de la sociedad civil colombiana, quienes afirman: “este es el periodo electoral más violento de los últimos 12 años”.

La culminación de la negociación del Acuerdo de Paz de 2016 implicó la creación de las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CITREP), que involucran a las regiones más afectadas por el conflicto armado interno, determinándose la asignación de 16 curules de paz (bancas en la legislatura), que debieron efectivizarse en las elecciones presidenciales de 2018.

Sin embargo, al igual que otros aspectos del acuerdo, quedaron sin efecto. Las masacres continuaron y fueron justamente los líderes sociales, los referentes comunales, las voces independientes y en período electoral los propios candidatos quienes fueron blanco de los ataques.

Dentro del período constitucional correspondiente, se llega al estado actual del cronograma electoral 2022, donde se estableció el 13 de marzo para las Elecciones Legislativas, presentando las mismas una serie de particularidades que es necesario remarcar.

Junto a la elección de representantes para ambas cámaras que integran el Congreso, lo cual implica dos categorías, Cámara de Representantes y Senadores, se incorporó la elección de los 16 curules de paz.

Esta vez se agregó la instancia optativa de selección de candidato presidencial, dentro de las fuerzas políticas que decidieron presentarse a modo de primaria -o interna- de las tres alianzas principales. Por lo tanto, en las Elecciones Legislativas se pudo votar, según correspondiera, en 5 categorías diferentes.

Para comentar lo sucedido en esa fecha y días posteriores es necesario hacer un paréntesis y describir de manera gráfica y sintética el funcionamiento del conteo rápido y del escrutinio en el sistema electoral colombiano. Al momento del cierre de cada mesa electoral, se cuentan los votos y se llenan entre otros documentos, 3 actas denominadas E-14. Estas tienen el mismo contenido y diferentes destinos: una es destinada para el conteo rápido, otra se envía a la comisión escrutadora (tienen diferentes niveles: locales, regionales, nacional) y la restante es subida al sitio oficial de la Registraduría Nacional), teniendo carácter de respaldo digital.

El recuento rápido da los resultados en la misma noche de la elección pero NO tiene validez legal, es solo de carácter informativo.

La transmisión de esas actas se realiza por teléfono, es decir, el encargado de la tarea en cada local de votación, va leyendo los resultados de cada acta y en los centros de totalización (símil call center), los operadores van anotando lo recibido en una planilla denominada formato de transmisión de datos. Esta luego debe ser escaneada, pasando así al software encargado de la totalización y divulgación de resultados.

Históricamente este recuento ha presentado entre el 3 o 4 % de diferencia con el escrutinio definitivo, producto de la propia precariedad del sistema utilizado.

Hay que resaltar que el escrutinio definitivo es el único que tiene validez legal y es de carácter público. Lo realizan las comisiones escrutadoras, que verifican y consolidan (reúnen y suman) los votos depositados en las actas que van llegando, para luego generar actas generales que son elevadas a una instancia siguiente. Es una de las instancias principales de reclamación.

En las Elecciones Legislativas se dieron una serie de circunstancias que generaron voces de alerta y reclamos encontrados, llegando los mismos hasta la intervención del presidente Iván Duque, que de haberse concretado hubiera invalidado la elección en general.

Del seguimiento de la documentación de los organismos oficiales se identificó en el recuento rápido (sin valor jurídico) que 22.255 actas de escrutinio (formularios E-14) tenían inconsistencias en el llenado y fallas en el diseño de los formularios E-14 que dificultaron la trasmisión de los datos. Esto afectó principalmente a una de las alianzas electorales, posiblemente por su ubicación dentro del mismo y errores en la divulgación inicial de datos electorales.

Estas falencias, que no son menores y los reclamos que se desprenden de ellas, inicialmente surgieron durante el conteo provisorio (sin valor jurídico), siendo la Alianza Pacto Histórico, el principal damnificado dado que coalición aparecía con cero voto en más de 20 mil mesas.

A su vez y en paralelo se venía realizando el escrutinio definitivo (con valor legal), donde fueron subsanados los errores al trabajar las comisiones escrutadoras sobre las actas impresas en cada mesa electoral con la reasignación de los votos correspondientes para cada alianza y partido político.

Así se contabilizaron más de 400 mil votos para la alianza Pacto Histórico, no siendo la única fuerza política beneficiada, pero sí, el escrutinio definitivo, determinó una nueva configuración en la asignación de bancas de congresistas.

La situación descripta (que es la estrictamente apegada a la norma), sumado al espectro político que representa la alianza mencionada, dio lugar a que se agitara el concepto de fraude ya que se ha puesto al recuento o conteo rápido -carente de valor legal- como un instrumento para satisfacer la supuesta necesidad de inmediatez en los resultados electorales reclamados por la sociedad.

Para la Elección Presidencial la Registraduría Nacional ha sumado al Plan de Garantías Electorales, acciones que modifican el protocolo inicial y que deberían mostrar un fuerte impacto en el resultado. Entre ellas se incorpora un nuevo diseño de los formularios que simplifican el llenado y la transmisión de los mismos.

Dejando fuera un abanico amplio de temas técnicos que merecen desarrollo, auditorias, simulacros y transmisión, que resultan imposibles de ser contemplados en solo un artículo, podemos afirmar que en el proceso de las Elecciones Legislativas de Colombia, si se produjeron errores, se subsanaron y se implementaron protocolos para evitar su repetición.

Pero no hubo fraude y no se debería prever este escenario en las Elecciones Presidenciales, en tanto y en cuanto se ajusten todas las instancias a la normativa electoral vigente y se respete el tiempo necesario para la realización del escrutinio definitivo con la debida fiscalización y carácter público.

Es en esta instancia donde juegan un rol fundamental las Misiones de Observación Internacional acreditadas y su llamado a que se espere los resultados oficiales.

*Analista técnica electoral argentina en observatorios nacionales y regionales

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