Bolivia propone a Argentina, Chile y México crear una «alianza del litio»

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Bolivia propone a Argentina, Chile y México crear una «alianza del litio»

Sputnik

El Gobierno del Estado Plurinacional organizó el foro «Perspectivas del litio desde América Latina», en el cual las máximas autoridades en temas de energía de cada país acordaron avanzar en la institucionalización de un espacio que los reúna para optimizar la explotación de este metal.

Bolivia fue la anfitriona del foro virtual «Perspectivas del litio desde América Latina», que contó con la participación de las máximas autoridades en materia energética de Argentina, Chile, México y el Estado Plurinacional, además de la la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Luego de que cada país compartiera su experiencia, el ministro de Hidrocarburos boliviano, Franklin Molina, anunció que en 2022 se realizará un congreso internacional para afianzar una alianza en las naciones explotadoras de litio, con el objetivo de industrializarse y beneficiar a sus poblaciones.

El foro permitió conocer la trayectoria y las perspectivas de cada país. Están los casos de Argentina y Chile, que desde hace décadas explotan sus yacimientos de litio, el cual exportan empresas privadas sin darle valor agregado.

En cuanto a Bolivia, durante el Gobierno de Evo Morales (2006-2019) se impulsó la industrialización del litio bajo el patrocinio del Estado, con la finalidad de que la mayoría de las ganancias de este recurso no renovable quede en el país. Un camino similar pretende seguir en México el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se apresta a aprobar una ley para crear la empresa mexicana de litio.

En los hechos, las legislaciones de Chile y Argentina avalan la privatización de este recurso como cualquier otro mineral. Esto lleva a que las empresas transnacionales encargadas de su explotación y comercialización rechacen seguir exportando a Rusia, en el marco de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y sus aliados a raíz del conflicto en Ucrania.

Por este motivo, Rusia intentaría acceder a mayores cantidades de litio boliviano, según informó al Senado de ese país Vladislav Demidov, vicejefe del departamento de Metalurgia del Ministerio de Industria y Comercio.

Según informó a Sputnik el viceministro de Comercio Exterior e Integración boliviano, Benjamín Blanco, Bolivia no tiene restricciones para exportar litio a Rusia. Según Blanco en 2021 el 44% de las exportaciones de carbonato de litio boliviano fueron destinadas a Rusia, por unos 4,4 millones de dólares; mientras que el 100% de las exportaciones en enero y febrero de 2022 fueron al gigante euroasiático, por un monto de 2,3 millones de dólares.
La necesaria industrialización del litio

«Desde América Latina, somos conscientes de que existen importantes desafíos que imponen hoy una nueva agenda de transición energética, dirigida hacia las energías renovables y la electromovilidad», las cuales se hace necesario desarrollar ante «las crecientes disputas geopolíticas, que lamentablemente gobiernan hoy las relaciones internacionales», dijo el ministro Molina al cierre del foro, realizado el 13 de abril.

Molina reflexionó que, en este contexto, le toca a los países dueños de las mayores reservas globales de litio valerse de su explotación para mejorar notoriamente la calidad de vida de sus ciudadanos, así como impulsar un desarrollo industrial postergado desde hace décadas en la región.

Argentina, Chile y Bolivia cuentan con más del 60% de las reservas mundiales de litio.

«Existen riesgos ciertos de implementar en el sur global un nuevo ciclo de dependencia tecnológica y financiera, que nos relegue una vez al lugar de proveedores de materias primas, reproduciendo el antiguo esquema de ser simples receptores de inversiones internacionales para la instalación de enclaves mineros», dijo el ministro boliviano.

Sin mencionarlos por su nombre, Molina se refirió a los casos de Argentina y Chile, que desde hace años venden su litio sin generar valor agregado en sus territorios. Disponer de tanta cantidad de un metal tan preciado no reporta beneficios notables para sus poblaciones.

«A la luz de las distintas experiencias históricas recogidas en cada uno de los países dueños de importantes reservas litíferas, cabe que nos preguntemos de cara al futuro qué resultados concretos tienen los países que a fines del siglo pasado recibieron inversiones para insertarse en el mercado mundial como proveedores de carbonato de litio», dijo el ministro. Argentina, por ejemplo, comenzó a explotar su litio en 1998.

«Es posible divisar hoy nuevos esquemas, que tengan carácter verdaderamente sustentable. Debemos, además, impulsar en la región procesos de industrialización del litio dirigidos a abastecer nuestros propios planes de transición energética», agregó Molina.

Para responder a esta y otras cuestiones, el ministro anunció que este año se realizará el Congreso Internacional de Litio, de modalidad presencial: «Se trata, en definitiva, de afianzar de manera conjunta un nuevo espacio institucional de carácter regional, con formato totalmente abierto, participativo, que comprometa principalmente la defensa de la soberanía nacional de cada uno de Estados miembro sobre las reservas litíferas de sus pueblos».

El litio latinoamericano

El foro abrió con la exposición de la directora de la División de Recursos Naturales de la CEPAL, Jeannette Sánchez Zurita. Indicó que la transición energética y la producción de vehículos eléctricos demandarán más litio, utilizado para desarrollar las baterías de estos aparatos. Por ello, consideró necesario que los países con grandes reservas optimicen sus mecanismos de extracción, industrialización y comercialización de este metal.

Por su parte, la ministra de Minería de Chile, Marcela Hernando, informó sobre las condiciones en que explota su litio. Detalló que en su territorio disponen de 63 ambientes salinos, con potencial en 18 salares. El salar de Atacama, en el norte, es el más importante.

La ministra admitió que Chile gana poco por la explotación de este metal, al cual se lo vende sin otorgarle más valor. Asimismo, comentó que el Gobierno de Gabriel Boric deberá realizar estudios para evaluar la sostenibilidad social y ambiental que rodea a su extracción.

Indicó que el flamante Gobierno de Boric pretende avanzar en la nacionalización, por medio de la creación de una empresa estatal de litio para explotarlo con respeto a las comunidades locales y al medio ambiente.

En el caso de Argentina, el subsecretario de Coordinación Institucional de la Secretaría de Energía, Guillermo Usandivaras, comentó que la legislación local avala que las minas de litio sean adquiridas por cualquier agente privado, ya sea nacional o extranjero, vía concesiones mineras provinciales, según el Código de Minería de la Nación.

Destacó que el Estado argentino impulsa investigaciones para avanzar en el ensamblado de baterías, la producción de celdas y baterías de litio.

En cuanto a México, su secretaria de Energía, Rocío Nahle García, comentó que este país cuenta con 1,7 millones de toneladas métricas de reservas de litio, según el Instituto Geológico de los Estados Unidos. Dijo que disponen de 36 concesiones de este metal, de las cuales 27 se encuentran activas, controladas por 10 empresas extranjeras.

México también desea concretar la producción de baterías de ion de litio, robots industriales para la producción de ánodos y cátodos, así como el ensamblaje de baterías para vehículos eléctricos, que el Estado mexicano pretende fabricar.

El caso del litio boliviano

Aunque Bolivia aún no alcanza el desarrollo fuerte de una industria del litio, da pasos firmes en esa dirección desde que el expresidente Morales la definió como «estratégica». Esto obedece a que, según Molina, este metal «convierte a nuestra América Latina en un actor fundamental en el contexto energético mundial, porque más de la mitad de las reservas mundiales se encuentran ubicadas en Bolivia, Argentina y Chile».

Bolivia dispone de 21 millones de toneladas métricas certificadas, fundamentalmente en el salar de Uyuni, departamento de Potosí.

Molina destacó que el Estado implementa un plan de tres fases: «1) Investigación científica, pilotaje, explotación y producción de recursos evaporíticos; 2) Implementación tecnológica para las plantas industriales; y 3) Industrialización del litio». Actualmente se sigue en el punto 1.

Según esta proyección, para 2025 Bolivia será «un competidor importante en la industria del litio», aseguró el ministro.

Las necesidades del mercado ruso

Según una publicación del diario Página Siete, el vicejefe del departamento de Metalurgia ruso Vladislav Demidov sostuvo que ante la suspensión de la exportación de litio por parte de Argentina y Chile, «la única posibilidad de recibir este mineral es de Bolivia».

Según el funcionario, la enorme industria rusa recibía carbonato de litio de Chile, Argentina, China y Bolivia. Ahora solamente le quedan los últimos dos proveedores.

El ingeniero Ricardo Cardona, del Comité de Defensa del Patrimonio Nacional (Codepanal), también participó del foro. Dijo a Sputnik que «aunque Argentina y Chile tienen Gobiernos de izquierda, ya no están mandando litio a Rusia, porque las empresas que los explotan son de Europa u otros países».

En este sentido, enfatizó que «cuando dejas la explotación en manos de transnacionales, llevan una política diferente a la del Gobierno nacionalista, ya sea de Chile o de Argentina. Por ello, ahora Rusia confía en que Bolivia le venda carbonato de litio».

Sobre el anuncio del ministro Molina de realizar un próximo congreso internacional, sostuvo que «hay que incorporar a los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Tiene que haber una CELAC del litio. Para integrarla, no debería ser condición ser productor o tener reservas de litio, sino tener mercado».

Cardona calculó que para 2030 América Latina tendrá 700 millones de habitantes, con un mínimo de 300 millones de motorizados que funcionen con combustibles fósiles. La conversión de esos vehículos en eléctricos requeriría un gran mercado de baterías de litio, evidenció.

Por ello, consideró que la región debe alcanzar la producción de baterías de litio, «que no hacen ni Chile ni Argentina. Bolivia tiene que hacerlas, a partir de estas experiencias». Y adelantó que México seguirá el camino del Estado Plurinacional, a pesar de que no dispone de las ingentes reservas que hay en Potosí.

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