Repsol y sus primeros impactos ambientales en Perú – Por Sandro Chávez

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Repsol y sus primeros impactos ambientales en Perú

Sandro Chávez*

A casi dos meses de ocurrido el desastre ambiental en nuestro litoral, de total responsabilidad de la trasnacional española Repsol, derramando según MINAM, unos 11,900 barriles de petróleo, la empresa ha señalado que tienen un avance de 89% de su cronograma de limpieza y acciones de primera respuesta frente al derrame de petróleo.

El director de la empresa, Jaime Fernández-Cuesta ha dicho que “no existirían residuos en el fondo del mar” y que, incluso, “no debería haber afectación en los fondos marinos a consecuencia de este derrame”, lo cual ha sido refutado por un grupo de buzos, quienes han comprobado que la contaminación en el fondo marino si existe, al mostrar cangrejos, ostras y almejas embarrados de petróleo que lograron extraer, lo que muestra que no solo las aves y mamíferos fueron afectados, sino también muchas especies más, que no son tan visibles.

SERFOR ha informado que hasta el momento han registrado la muerte de 461 animales (312 en playas y 159 rescatados), sin embargo, muchos pescadores, voluntarios, medios de comunicación, entre otros, han seguido reportando el hallazgo de un mayor número de animales muertos, a lo que se suman las especies contaminadas y la desaparición de nutrias que se observaban en la zona de Ancón.

Lo que queda claro hasta ahora, es que aún falta mucho por limpiar como el hidrocarburo acumulado todavía en la zona conocida como Pasamayo, para los Biólogos, las bahías y ensenadas son lugares de alta biodiversidad, así como de importancia para pesca artesanal, muchas de ellas han sido afectadas por el derrame, que probablemente el petróleo se ha depositado en el fondo marino y debe ser removido.

Los primeros impactos de la contaminación por el derrame de petróleo en el ecosistema marino costero afectado, es lo que venimos observando en estos días. Esta primera fase, es un nivel de intoxicación provocado por la presencia del petróleo en la superficie principalmente, que ha afectado a las aves, mamíferos, invertebrados, entre otras especies, así como el plancton marino, todo ello contaminando directamente, al quedar embarradas las especies por el petróleo, pero en otros casos, contaminándose, al ingerir su alimento que ya se encontraba contaminado de petróleo, generando la muerte de muchos de ellos.

En una segunda fase, la intoxicación será crónica (la presencia del petróleo en el fondo marino contribuirá a ello), será lo que veremos en los próximos días, meses y años, pues afectará al resto del ecosistema, por acumulación del contaminante que ingresa a la cadena trófica impactando en la comunidad marina, afectando su población y su alimentación, pues lamentablemente el frágil equilibro del ecosistema ha sido alterado y tardará varios años para su recuperación y remediación, siempre y cuando se le brinde todos los cuidados y mantenimiento para que ello pueda suceder.

Lo ocurrido con el desastre ambiental, nos plantea algunas reflexiones que deberíamos ir contemplando, por ejemplo, más allá de las multas, las indemnizaciones y lucro cesante que Repsol está en la obligación de pagar de inmediato, la acción de limpieza, recuperación y monitoreo que los diversos organismos como OEFA, SERNANP, OSINERMIN y SERFOR vienen realizando, ante la pasividad y demora de Repsol de asumir sus responsabilidades, hoy se implementan con recursos del estado, en la mayoría de los casos, provenientes de sus propios presupuestos que inicialmente estaban planificados para otras actividades y que por emergencia han tenido que echar mano del mismo, y seguramente el estado, si hace bien las cosas en materia legal, serán recuperados, pero para ello pasará algún buen tiempo para que se concrete.

A la luz de lo que hemos visto con este desastre ambiental y de otros casos que se producen en el País, existe la necesidad de exigir legalmente una fianza a todas las empresas que hoy desarrollan actividades que implican un potencial peligro para nuestros ecosistemas, dicha fianza, debería ir a un fondo que pueda ser utilizado justamente, ante cualquier desastre que pueda ocurrir y que lamentablemente no estamos exentos de que suceda, de tal forma que el dinero que se use, sea de las empresas que operan y no del estado que tanta falta le hace.

Finalmente, debemos entender que la recuperación del ecosistema marino costero afectado, se va a dar en el mediano y largo plazo, que no se agota solo con la limpieza, sino que habrá que realizar acciones de recuperación y remediación, por lo que será preciso instalar un programa de monitoreo permanente de la salud del ecosistema, en la que se pueda ir evaluando el avance de su recuperación y las posibilidades del desarrollo de actividades como la pesca artesanal, a fin de saber si se encuentran aptas para su uso y aprovechamiento.

(*) Biólogo, ex Jefe del SERNANP, Pdte. Comisión Ambiental Nacional Colegio de Biólogos del Perú

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