Empate inútil con pacto inútil en Perú – Por Rudecindo Vega Carreazo
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Rudecindo Vega Carreazo*
1. Los ataques de la oposición al Ejecutivo no provocarán la renuncia del presidente; la vacancia, por ahora, no cuenta con los votos suficientes; la acusación constitucional por traición a la patria carece causal y fundamento y; en cualquier caso, la línea sucesoria constitucional, incluso contra la voluntad del Perú Libre (PL), corresponde a la vicepresidenta Dina Boluarte antes que al Congreso. Difícil, no imposible, sortear algunos de estos temas, pero en corto plazo no será. La oposición sabe que su camino es más tortuoso y largo por más malabares que hagan en su controlada Comisión de Constitución.
2. Por otro lado, la arremetida del ejecutivo y PL contra la oposición, sea contra la presidenta del Congreso y/o contra su Junta Directiva, imposible que prospere en el seno del mismo Congreso controlado por la oposición y; en el caso de la disolución congresal requiere precisamente dos negativas de voto de confianza a dos gabinetes que este congreso difícil le dé al Ejecutivo. El gobierno sabe que sus balas de plata y de oro, con este medroso y angurriento congreso, podría no utilizarlos jamás por más provocación que haga con la designación de sus gabinetes.
Todo cuestionamiento, ataque, chongo o grito mutuo “será” para la tribuna, nada práctico puede prosperar a partir del retorno del presidente Castillo al redil de PL. No está preso del ideario del partido sino de los votos que controla su líder Vladimir Cerrón. Ello, no es malo, incluso sería bueno, si supusiera un acuerdo político entre el presidente y PL respecto de la agenda gubernamental y un mejor equipo de gobierno. Sin nada de ello, el presidente cede ante PL para durar y salvarse; PL cede ante el presidente a convivir con un gabinete oscuro de asistentes y asesores con una retahíla de denuncias. Si el pragmatismo de PL, no su ideología, determinó que Castillo sea su candidato presidencial sabiendo que no era de izquierda ni estaba preparado, ahora por conveniencia, oportunismo y porque el presidente “es influenciable” prefiere articularse y agazaparse en el gobierno sin importar la desviación del gobierno a una política de centro derecha y con denuncias abiertas de corrupción.
Igual ocurre con la oposición congresal, más allá del vedetismo y figuretísmo de algunas figuras, nada podrá hacer contra el presidente mientras no logre los votos para sus iniciativas.
Han quedado desnudos en su angurria vacadora, su estandarte, la presidenta del congreso, se ha chamuscado en su impericia y prepotencia. Cualquier salida al caso, hoy, por voluntad de ellos mismos, pasará por otro congresista que asuma la transición o incluso, contra su voluntad también, hasta por la vicepresidenta Boluarte. Peor todavía, todos los sondeos que informan de una baja aprobación del presidente informan también que el congreso y su presidenta están peor. La ciudadanía, está muy clara, si se va el presidente también debe irse el congreso. No aceptaría “cambiar mocos por babas”. Imposible que alguien se quede, se irían todos. Y claro, muchos congresistas tampoco quieren irse antes de tiempo.
En un empate inútil de esas características, donde no importa el país, ambas fuerzas pactan y deciden retirar sus denuncias mutuas, los protagonistas fotografiados: la presidenta del Congreso y el vocero de PL. Es un pacto inútil porque nuevamente no están para nada los intereses del Perú, la agenda y el equipo gubernamental sino los intereses de quienes no desean perder los 5 años para gobernar y estar en el congreso. Por otro lado, ese pacto, en términos del líder de PL, es un óbito fetal, ha nacido muerto, porque la oposición le ha quitado el piso a la presidenta del congreso y una ministra del gabinete y la bancada de Juntos por el Perú le han quitado el piso a PL.
Ayudaría mucho despercudir la crisis política, limpiarla de corrupción y sacudirla de absurdos ideológicos, si se reconociera que el gobierno con el gabinete Torres, abdicó de su propuesta de cambio y de izquierda y se ha convertido en un gobierno de centro derecha con algunos miembros de izquierda y otros ministros prontuariados. Debo decir además, que un gobierno con una agenda de ese tipo y un mejor equipo, es mejor para el país. Lo curioso es que esa derecha sin ideas y programa se niega a reconocerlo como gobierno afín y alineado y la izquierda se divide, como siempre, en apoyo, oposición y aislamiento. Si el gobierno tuviera cintura política, hace tiempo, ya hubiera ganado el debate político y tranquilidad gubernamental. Soy un convencido que impulsar los cambios ofrecidos en la segunda vuelta es mejor que repetir la propuesta de la primera vuelta o abrigar la propuesta de la derecha. Puede haber un cambio en democracia sensato, pero se requiere sensatez en el gobierno y la oposición, en PL y los partidos opositores y, esa sensatez, lamentablemente, es algo escaso en nuestros líderes, partidos y autoridades para acordar un pacto que beneficie al país. Un pacto político con agenda clara para el país y con equipos claramente concertados es más útil que ese óbito fetal que nos han querido vender como pacto, diálogo o tregua como quiera llamársele.
Un pacto inútil para garantizar ese empate inútil es lo que nos regalan nuestros líderes y autoridades, nada bueno es de esperar, va contra toda regla de buen gobierno y de negociación. No gana ninguno de los dos, no ganan los dos como sería lo ideal, lo peor, pierden gobierno y oposición y arrastran el futuro del país. Ese pacto para mantener un empate inútil nos lleva a un terrible desgobierno nacional, podrán aguantarlo y querer darle soporte y estabilidad, pero difícil que la ciudadanía y la sociedad civil de todas las tendencias los soporte por 5 años.
Estaremos a merced de un penoso, vergonzoso y doloroso desgobierno del Ejecutivo y Legislativo. Sombrío nuestro porvenir. Y lo más preocupante es que las posibles salidas auguran un duro, igual o peor escenario que el actual, porque de darse nuevas elecciones para el presidente y el congreso elegiríamos entre los mismos actores y partidos y con las mismas desastrosas reglas electorales responsables de esta crisis. No me canso de insistir, desde la sociedad civil, los gremios y las instituciones sociales nos corresponden impulsar salidas pensando en el Perú. Aprovechemos el tiempo de este autodestructivo empate inútil para hacer algo beneficioso por nuestro Perú. Si el Acuerdo Nacional no funciona impulsemos nuestros espacios de acuerdo y concertación. Los políticos están en su propio nudo y círculo vicioso nos corresponde construir una salida para ellos y con ellos, sin perder tiempo, para no vivir en esta eterna pena, vergüenza y dolor por el futuro de los peruanos y nuestro Perú.