Elecciones en Colombia: Elementos de juicio y no bombas emocionales – Por Juan Manuel López
Por Juan Manuel López*
Si Petro gana la presidencia, hoy no se sabe qué medidas o programas adelantará; pero sí que lo que intente despertará la reacción de todo el ‘establecimiento’. Si algo han permitido estas elecciones es ver claramente que los colombianos no estamos acostumbrados a recibir elementos de juicio para hacer análisis y tomar decisiones con razones críticas y racionales sino a recibir un bombardeo de motivaciones emocionales.
Decían que presidente López ‘ponía a pensar a los colombianos’. Definitivamente eso no lo están haciendo ninguno de los dirigentes políticos actuales.
Es obvio que en 120 palabras no se puede trasmitir sino una opinión ya formada y no un elemento para un análisis. Y, por deformación natural, así se involucran o trasmiten más emociones que información. En ese sentido, las redes virtuales y sobre todo el Twitter contribuyen a que se deje de lado el proceso de reflexión y se reaccione como lo pretende quien lo lanza.
Además no está dentro de la polarización y la costumbre electoral nuestra, el asumir que el voto es un derecho y una responsabilidad que requiere una decisión personal en base a criterios y elementos de juicio ponderados según las convicciones e intereses de cada uno; por el contrario, la pregunta que se hace tanto el individuo a sí mismo como cuando se pide sugerencia o consejo es ‘¿por quien voto?, y muy pocas veces ‘¿por qué votar por esto o por lo otro?’
Hasta cierto punto es obvio que si no se presentan propuestas, no se pueden presentar argumentos para defenderlas. Y hasta dónde van estas campañas el único que presenta propuestas es Petro. Fuera de los lugares comunes de ‘estar contra la corrupción’, ‘acabar la politiquería’, ‘luchar contra la pobreza y el desempleo’ etc., todos los demás candidatos y precandidatos no tiene más invitación para que se vote por ellos que el no ser Petro. Pero ni aún dentro de esta ‘estrategia’ tan elemental contribuyen con algún elemento de juicio o información de contenido, diferente de mensajes que buscan motivar emocionalmente al elector.
Por su parte Petro no intenta contribuir a salir de la polarización emotiva, ya que los temas que toca poco los complementa con explicaciones que ilustren el porqué o el cómo serían opciones interesantes o convenientes para el país. Pareciera que los réditos que éste manejo le han dado hasta ahora, lo llevan a presentar propuestas que parecen más destinadas a reafirmar su posición de ‘amenaza al establecimiento’ que a justificar la necesidad del cambio que el en principio propone.
Lo único seguro en el momento es que, si gana la presidencia Petro, no se sabe qué medidas tomará o qué programas adelantará; pero sí se sabe que cualquier cosa que intente despertará la reacción de todo el ‘establecimiento’ (entendiéndose por éste quienes tiene los poderes bajo éste regimen) . Y que si gana cualquier alternativa a Petro, serán los movimientos sociales los que obstacularizarán cualquier iniciativa de gobierno.
El votante solo expresará su posición en un enfrentamiento que continuará más allá de las elecciones. Posición no fundamentada en análisis y conclusiones derivadas de reflexiones y criterios reales, sino inducida, como toda manipulación, por campañas publicitarias engañosas, basadas en este caso en estimular sentimientos o emociones agresivas.
Ni las elecciones al Congreso (que probablemente muy poco cambiará), ni las presidenciales, nos acercarán a una solución para la tragedia que vive Colombia (la de las instituciones, la de la gente, y ahora la de la polarización).
Mientras no aparezcan dirigentes interesados en empoderar a los votantes capacitándolos para tomar decisiones propias y fundamentadas, las elecciones nunca serán un escenario que concilie el enfrentamiento social entre los que exigen un cambio y los defensores del statu quo.
*Analista político-económico, estudió Economía Política en la Universidad de Sydney en Australia. Ha sido columnista para KienyKe, Dinero.com y El Heraldo. Publicado en Las2Orillas