Honduras | Xiomara Castro recibe a la jefa del Comando Sur de EEUU
Jefa del Comando Sur discutirá con Xiomara Castro sobre defensa y seguridad
Temas claves en materia de defensa y seguridad abordará este miércoles la presidenta Xiomara Castro con la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, horas después de su arribo al país.
La primera mujer que ostenta este cargo en la historia de las Fuerzas Armadas estadounidenses llegará a la capital de Honduras a las 10:00 de la mañana.
“Derechos humanos, profesionalización de las Fuerzas Armadas, modernización de equipo de las Fuerzas Armadas, transparencia, corrupción, fortalecimiento en la lucha contra el narcotráfico, contra el crimen organizado, protección del medio ambiente y el rol de la mujer en las Fuerzas Armadas son los otros tópicos que abordarán ambas autoridades en la importante reunión de trabajo”, informó Manuel Zelaya Rosales, ministro de Defensa.
Al ser el Comando con operaciones en América Latina, Honduras se torna un punto muy importante en el trabajo de seguridad, defensa y combate al tráfico de drogas, confiaron desde Casa Presidencial.
Asimismo, se indicó que la estadía de Richardson será corta, pero abarcará otra reunión con la junta de comandantes de las Fuerzas Armadas de Honduras y el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya.
El gobierno de Estados Unidos ha dado un voto de confianza al gobierno de Xiomara Castro. Primero con la presencia de la vicepresidenta Kamala Harris en la toma de posesión y luego con la reunión que sostuvieron el 18 de febrero la presidenta de la República y la Encargada de Negocios de EUA en Honduras, Colleen A. Hoey.
La jefa del Comando Sur no brindará declaraciones tras concluir la reunión con Castro, pero sí una reacción de un integrante del gabinete.
Xiomara Castro devuelve nacionalidad hondureña a padre Tamayo expulsado por oponerse al golpe de Estado
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, devolvió la nacionalidad hondureña al sacerdote José Andrés Tamayo, a quien se le removió por las autoridades impuestas y afines al golpe de Estado contra Manuel Zelaya Rosales el 28 de junio de 2009.
La tarde de este 22 de febrero de 2022, la Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización comunicó que analizaron las actuaciones en perjuicio de Tamayo, de tal forma, anunciaron que a través de la resolución No. 321-2022 dejan sin valor el acto administrativo contenido en la resolución 1457-2009. En ese escrito se cancelaba de forma ilegal la carta de naturalización del sacerdote Tamayo y eliminaban la nacionalidad hondureña.
En el contexto del golpe de Estado, fueron amenazados, perseguidos, golpeados, hostigados e investigados por los tribunales de justicia todas las autoridades políticas, líderes sociales y funcionarios que se manifestaron contra el golpe de Estado e integraron el Frente de Resistencia Popular.
El sacerdote de origen salvadoreño Andrés Tamayo fue víctima de persecución, por ejercer su derecho a la protesta y exigir el retorno al orden democrático. Desde el 2006, Tamayo fue naturalizado hondureño y cumplió con todos los requisitos, además tenía más de 22 años de vivir en Honduras.
El padre José Andrés Tamayo Cortez recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos de Honduras 2003. En una ceremonia el 18 de abril en San Francisco, California, Estados Unidos, recibió uno de los seis premios ambientales Goldman 2005.
El reconocido líder religioso se ganó el cariño y aceptación de la población hondureña por su apoyo a los sectores desprotegidos, además de brindar acompañamiento religioso, parte de su lucha fue salir a la defensa de los bosques cuando dirigió el Movimiento Ambientalista de Olancho.
En vez de reconocer su valiosa labor en defensa de la voluntad y los derechos del pueblo, el documento expone que las autoridades de ese tiempo lo denunciaron por el delito de sedición y lo declararon “indigno” de ser hondureño.
En consecuencia, provocaron la expulsión del sacerdote vulnerando su derecho a la dignidad humana, derechos civiles y políticos, asimismo su derecho a la libertad de asociación, expresión y a la protesta, la defensa de sus derechos y las garantías del debido proceso.
PROMESA DE REFUNDACIÓN Y RECONCILIACIÓN
La presidenta Xiomara Castro, mencionó que la devolución de la ciudadanía hondureña al padre Tamayo, es parte de su compromiso en reparar los actos en contra de las víctimas del golpe de Estado, el respeto a los derechos humanos y el Estado de derecho.
“Como parte de la refundación de nuestro país, haciendo justicia a un hombre que ha sido un bastión muy importante de una lucha que se emprendió durante muchos años en defensa de los bosques y derechos humanos, es un sacerdote que nos acompañó en momentos tan difíciles, hoy padre Tamayo tengo el honor de devolverle su nacionalidad”, dijo Xiomara Castro en una conferencia en Casa Presidencial donde entregó su certificado al Padre Tamayo.
La subsecretaría de Estado en el Despacho de Justicia, Carmen Haydeé, manifestó a través de un tuit que, tras 12 años del golpe de Estado, el camino de la reconciliación debe ir de la mano de la verdad y la justicia, reconociendo a los que lucharon en defensa de la dignidad popular como hizo el padre Tamayo.
12 años después del Golpe de Estado en Honduras, el camino a la reconciliación debe basarse en la búsqueda de la verdad y la justicia, así como en el reconocimiento de aquellos que, como el Padre Tamayo, valientemente lucharon en defensa de la dignidad popular. #XiomaraSiCumple
— Carmen Haydeé (@flophaydee) February 22, 2022
En septiembre de 2009, el padre Tamayo manifestó que “la iglesia prohíbe que yo siga caminando con el pueblo, estoy en las manos del pueblo, soy del pueblo y seguiré caminando para el pueblo”.
Los medios afines al golpe de Estado manifestaban en aquel tiempo que Tamayo era un “zelayista” por oponerse a los abusos y atropellos que sufrió el pueblo luego del golpe de Estado.
El 28 de mayo del 2011 cuando el expresidente Zelaya retornó a Honduras, después de dos años de haber sido defenestrado, el exdirector de Migración y Extranjería, Venancio Cervantes, había advertido que el sacerdote solo tenía ocho días para permanecer en Honduras, porque había sido expulsado por participar en “desórdenes junto a los zelayistas”.