Este miércoles será la recolección de firmas para el referendo revocatorio presidencial

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CNE anunció los puntos de recolección de firmas para el revocatorio

El Consejo Nacional Electoral (CNE) publicó este sábado en su página web los puntos de recolección de firmas para que se apruebe el referendo revocatorio presidencial.

El proceso de recolección de voluntades está pautado para este miércoles 26 de enero, de 6:00 am a 6:00 pm. Para este fin habilitaron 1.200 centros en todo el país.

El lapso de tiempo estipulado por el organismo electoral ha sido severamente criticado por la oposición, y demás activistas sociales, por considerarlo insuficiente. El propio rector del CNE, Roberto Picón, dijo que «no es factible» este cronograma.

«No es factible. Se tendrían que procesar cinco electores por minuto, por 12 horas, en todas las máquinas del país, sin margen de error», indicó el rector en su cuenta de Twitter.

Además, señaló que no hay tiempo para notificar a los ciudadanos los puntos de recolección de las firmas, definidas este fin de semana.

«El proceso se llevará a cabo sin auditoría del software que garantice integridad e inviolabilidad del proceso, sin tiempo para nombrar testigos en los 1.200 puntos, sin medidas de bioseguridad. De haber convocatoria, habría colas de 300 personas en pleno pico de ómicron», añadió Picón.

Por todo ello, el rector apostilló que salvó su voto (se abstuvo) ante este proceso porque «no es factible».

El Nacional


2004, 2016 y 2022: la ruta minada hacia el referendo revocatorio presidencial

El artículo 72 de la Constitución de 1999 establece que «todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables» y que un referendo para revocar un mandato podrá ser solicitado por un número no menos de 20 % de los electores inscritos en la correspondiente circunscripción, transcurrida la mitad del período para el cual fue escogido el funcionario.

En Venezuela (el único país del mundo que lo ha empleado según el Observatorio Electoral Venezolano), el mecanismo constitucional cobró vida a partir del año 2004, cuando fue convocado un referendo contra el mandato presidencial de Hugo Chávez Frías. Luego se intentó contra la presidencia de Nicolás Maduro en 2016, sin éxito por una serie de factores no atribuibles a los promotores y ahora, en 2022, se emprende de nuevo la ruta para revocar al gobernante, en medio de dudas y desconfianza.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció durante la noche del viernes 21 de enero que el próximo miércoles 26 de enero comenzará la recolección de firmas (manifestación de voluntades) para solicitar el referéndum revocatorio en contra del gobernante Nicolás Maduro.

Según un comunicado del CNE publicado en sus redes sociales, con los votos salvados de los rectores Roberto Picón y Enrique Márquez, acordó los términos y condiciones que regirán el procedimiento para la recepción de esas manifestaciones de voluntad de las electoras y los electores interesados en solicitar el referendo, tras la solicitud promovida por el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (MOVER) y otras organizaciones adherentes como Todos Unidos por el Referendo Revocatorio y Derecha Democrática, así como la organización con fines políticos MIN Unidad.

Pero, veamos cómo desde 2004 ha sido la ruta del referendo revocatorio presidencial.

Recolección, reparo y validación

A la pregunta: «¿Está usted de acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular, otorgado mediante elecciones democráticas, legítimas al ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el actual periodo presidencial? 59 % de los electores inscritos (5.800.629 de 14.037.900) respondieron que no, frente a 40,6 % que dijo que sí.

La abstención en la jornada del 15 de agosto de 2004, alcanzó 30,08 %, de acuerdo con cifras del Poder Electoral.

Pero el camino para llegar a las votaciones, impulsadas por la opositora Coordinadora Democrática, no fue sencillo. Tras recogerse las firmas (2.400.000) en noviembre de 2003, el 28 de mayo del año siguiente fue convocado un proceso de reparo de firmas para que quienes manifestaron su voluntad a favor de la convocatoria a referendo la ratificaran y quien se arrepintiera la retirara.

El reparo a 590.492 firmas señaladas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) se hizo durante tres días, en medio de las objeciones de organizaciones como Súmate. El CNE alegó que la caligrafía de las rúbricas era muy similar por lo que debía verificarse si pertenecían a distintas personas. El proceso de revocatorio contó con la observación internacional de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter.

Entre las denuncias de Súmate, estuvieron irregularidades en la actualización del Registro Electoral que llevaron a la exclusión de miles de venezolanos que no pudieron participar, que durante la recolección se limitó el número de planillas de centros y de días y que se negó la recolección de firmas en el exterior. Además, el uso de criterios arbitrarios para la validación de firmas, lo que llevó a la anulación de 45 de cada 100, 11 de ellas sin derecho a reparo. El Centro Carter y la OEA también criticaron que 900.000 firmas fueron cuestionadas bajo el criterio de «caligrafía similar».

Chávez «aceptó» el reto

En el camino que tardó 14 meses, no faltó un impasse entre las Salas Electoral (SE) y Constitucional (SC) del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). En marzo de 2004, la SE anuló una decisión del CNE que obligaba a 876.000 ciudadanos a firmar nuevamente sus solicitudes de un referéndum revocatorio contra Chávez y asumió válidas las rúbricas. Fallo que luego fue revertido por la SC, alegando extralimitación de la SE.

«La SC adoptó, en sus decisiones, una interpretación restrictiva del derecho de participación política, incluso, admitiendo la presunción de invalidez de las firmas recogidas, cuando de conformidad con la Constitución (artículo 72), y el propio pronunciamiento de la SC, debía fomentarse el ejercicio pleno de ese derecho, así como respetar la legítima manifestación de la voluntad del cuerpo electoral», rechazó Súmate.

En junio de 2004, el CNE finalmente anunció que el objetivo de la Coordinadora Democrática fue alcanzado y que se haría el referendo tras la validación de 2.553.051 firmas, 116.968 más de las requeridas para activarlo.

«El juego apenas comienza, nosotros estamos listos para ir al referendo revocatorio presidencial (…) Acepto el reto» dijo Chávez en un mensaje en cadena nacional de radio y TV desde Miraflores, bajo la imagen de Jesucristo, el 3 de junio de 2004. No sin dejar de advertir que «algunos muertos firmaron».

Una consecuencia del revocatorio de 2004, fue la conocida lista Tascón, llamada así por el apellido del diputado nacional del chavismo que la creó, Luis Tascón (MVR). La lista contenía los nombres y números de cédula de quienes firmaron a favor del referendo contra Chávez, datos que por años han sido usados para incurrir en retaliaciones políticas contra los firmantes.

Intento frustrado

El 26 de abril de 2016, se inició formalmente la ruta para convocar un revocatorio contra el mandato de Maduro, al aprobar el CNE la entrega del formulario a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para la recolección de firmas.

En una primera etapa, la MUD debía recabar 1 % de firmas en cada estado (197.721 en total), para ser reconocida por el CNE como convocante del revocatorio. No se tomó en cuenta que la circunscripción para elegir al presidente de la República es nacional, por lo que si la recolección fracasaba en alguna entidad no podían seguir adelante con el proceso.

Aunado a ello, se habilitaron centros para la recolección solo en las capitales de los estados, lo que dificultó el traslado de electores.

«En 2016 el CNE tardó tres meses en dar respuesta a la recolección de 1 % de las firmas y entregar la planilla y en la primera vuelta de la recolección, Carlos Quintero (miembro de la Junta Nacional Electoral), anuló 800 mil firmas», recuerda el dirigente de Primero Justicia y para entonces representante de la MUD ante el CNE, Juan Carlos Caldera.

La demora provocó protestas de calle convocadas por la MUD que terminaron en enfrentamientos contra grupos afectos al chavismo. Para el 26 de abril estaba prevista una marcha hacia el CNE en Caracas, la cual fue suspendida ante la respuesta del organismo.

En el ínterin hubo firmazo y reafirmazo. Atendiendo los reclamos del PSUV el CNE añadió de manera sobrevenida lapsos para la auditoría de las actas consignadas por la MUD, de lo que se desprendió la inhabilitación de 600 mil. Posteriormente también añadió un lapso de «autoexclusión» entre el 13 y 17 de junio, para que los electores que lo desearan retiraran su firma. Solo 5 mil 500 electores declinaron.

Fallos judiciales que aniquilaron el proceso

El 1 de agosto de 2016, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena anunció que la oposición había logrado el requerimiento de 1 % de firmas por región. La MUD denunció que un proceso que solo debía durar 41 días se extendió a 75 por las actuaciones «sobrevenidas del CNE».

Lucena no dijo cuántas firmas se recabaron pero la oposición aseguró que fueron más de 1,8 millones para solicitar el revocatorio en la primera etapa, de casi 200.000 requeridas.

El 20 de octubre de 2016 se paralizó indefinidamente el proceso de revocatorio, dando al traste con su celebración. El CNE se apoyó en decisiones de cinco tribunales penales de Apure, Aragua, Bolívar, Carabobo y Monagas que anularon en sus respectivos territorios la recolección de 1 % de las firmas, bajo señalamientos de fraude, impulsados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Los fallos judiciales que fueron anunciados por los propios gobernadores del PSUV de dichos estados, entre ellos, el para entonces mandatario de Aragua, Tareck El Aissami, trajeron como consecuencia que la recolección de 20 % de las manifestaciones de voluntad nunca se realizara. Para entonces eran necesarias 3.894.148 de rúbricas.

«Estas decisiones tienen como consecuencia la paralización, hasta nueva orden judicial, del proceso de recolección de 20 % de las manifestaciones de voluntad, que estaba previsto para el 26, 27 y 28 de octubre próximos, y en el que el CNE estaba trabajando», informó el ente comicial.

2022 bajo la sombra de 2016

El 25 de mayo de 2021, el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover) introdujo ante el CNE la primera petición de revocatorio contra el mandato de Maduro. La solicitud fue ratificada el pasado 10 de enero, con la adhesión de las regiones, ante el «silencio» del organismo comicial.

Pero el 17 de enero, el CNE dio a conocer que Mover no es el único promotor del Revocatorio. Se suman Todos Unidos por el Referendo Revocatorio y el Comité Ejecutivo Nacional de Confedejunta, en conjunto con el Comité de la Democracia Nacional como Internacional.

Las tres solicitudes fueron aprobadas con una novedad, el CNE eliminó el requisito de conformar el grupo promotor del referendo revocatorio (recolección de 1 % de firmas), lo que ahorra al menos 62 días al proceso, según expertos electorales. La aparición de estas organizaciones aparte de Mover, crea suspicacias sobre quiénes están detrás de tales grupos y si están confabulados con Miraflores para manipular el referendo a su favor.

 Mover pide al CNE cambiar las reglas para el revocatorio impuestas en 2016, entre ellas que la recolección de firmas se haga nacional y no por estados, que se habiliten más centros electorales y no uno por estado y que en lugar de firmas, las manifestaciones de voluntad se hagan mediante el uso de captahuellas para evitar reafirmazos y señalamientos de fraude. Asimismo que se elimine la figura de la ratificación de las rúbricas.

Para lograr la convocatoria a referendo revocatorio, se requiere 20 % de firmas del padrón electoral, equivalente a 4.231.969 de manifestaciones de voluntad. De realizarse el referendo el exgobernador del Táchira y miembro de Mover, César Pérez Vivas, recalcó que para revocar el mandato de Maduro se necesitarían 6.248.865 votos, lo cual, aseguró, podrían conseguirse si se logra convocar a casi 5 millones de venezolanos que votaron contra el chavismo el 21 de noviembre y se convence a los que se abstuvieron.

Detractores

Los detractores del revocatorio, entre ellos, el líder opositor, Juan Guaidó, advierten que nada garantiza que no se repita lo ocurrido en 2016 y que solo serviría para legitimar el mandato de Maduro, cuya reelección en 2018 no es reconocida por casi 60 países del mundo.

El presidente de la Comisión Delegada Legislativa sostiene la posición de seguir presionando por elecciones presidenciales libres, justas y verificables, a cambio del levantamiento de sanciones internacionales contra la administración de Maduro.

Otros instan a la oposición a no seguir apostando por salidas inmediatistas que al final no conducen a nada y ganar músculo con organización y unidad para las presidenciales de 2024. Se plantea escoger candidato presidencial mediante primarias, lo antes posible.

El expresidente del CNE, Andrés Caleca considera que ante la división que exhibe la oposición, profundizada con las elecciones regionales del 21 de noviembre, en las que solo ganaron tres gobernaciones y en enero sumó Barinas, el antichavismo no está en capacidad para afrontar un revocatorio con éxito.

«Estamos conscientes de que no queremos crear falsas expectativas y que vamos contra un adversario político que tiene como objetivo fundamental que no se active un revocatorio. En Mover asumimos la responsabilidad pública del riesgo que puede traer el hecho de intentar activar el revocatorio, pero lo que hacemos en este momento es ponernos del lado de la gente», es la posición del politólogo e integrante de Mover, Nicmer Evans.

Efecto Cocuyo


 

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