Tribunal Superior británico falla a favor de EEUU y permite la extradición de Julian Assange
Assange quedó más cerca de la extradición a EEUU tras fallo de la Justicia británica
El Tribunal Superior británico consideró que la vida del australiano no corre riesgo si es trasladado, en una apelación favorable a Estados Unidos que prometió no mantenerlo en una prisión de máxima seguridad.
El Gobierno de Joe Biden solicitó la extradición de Assange, de 50 años, para ser juzgado por cargos que alegan que actuó ilegalmente al obtener y publicar unas 700.000 documentos clasificados, la gran mayoría relacionados con las guerras en Afganistán e Irak.
Los delitos por los que el activista es requerido en Estados Unidos suman una condena de más 175 años de cárcel.
Los tribunales británicos habían bloqueado previamente los intentos de extraditar a Assange, debido a preocupaciones por su salud mental, al considerar que corría riesgo de suicidio si esa posibilidad se concretaba, .
Pero en una larga audiencia en el Tribunal de Magistrados de Westminster, los representantes estadounidenses aseguraron que el periodista recibirá un «tratamiento adecuado» y que no lo mantendrá en una prisión de máxima seguridad.
Ante esto, el presidente del Tribunal Supremo, Ian Burnett, conocido como Baron Burnett de Maldon, y el juez del Tribunal de Apelaciones, Timothy Victor Holroyde, fallaron a favor de los deseos de la Casa Blanca.
«Estados Unidos ha proporcionado ahora al Reino Unido un paquete de garantías que responden a las conclusiones específicas del juez de distrito», dijo Holroyde. «Esa conclusión es suficiente para determinar esta apelación a favor de Estados Unidos», agregó. Burnett.
Sin embargo, esta larga batalla legal no terminará aquí: los abogados de Assange anunciaron que apelarán al Tribunal Supremo británico y a cortes internacionales si es necesario.
En respuesta a la decisión del Tribunal Superior de Londres, la pareja e integrante del equipo de abogados Assange, Stella Moris, dijo a los medios británicos que apelarán esta decisión «lo antes posible».
Los abogados de Assange anunciaron que apelarán al Tribunal Supremo británico y a cortes internacionales si es necesario.
Moris, que tiene dos hijos con Assange, describió ante la prensa al fallo como «peligroso y equivocado», además de tildarlo como un «grave error judicial».
En ese sentido denunció el «cinismo» de «tener a uno de los principales periodistas de los últimos 50 años en una cárcel británica acusado de publicar la verdad sobre crímenes de guerra, sobre los asesinatos de la CIA».
Por su parte, el editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, dijo en un comunicado que «la vida de Julian está una vez más bajo grave amenaza, al igual que el derecho de los periodistas a publicar material que los gobiernos y las corporaciones consideren inconvenientes».
En un contexto de creciente tensión diplomática con Occidente, el gobierno ruso tildó la decisión británica de «vergonzosa».
«Se trata del derecho de una prensa libre a publicar sin ser amenazada por una superpotencia intimidatoria», afirmó en una declaración que reprodujo la cadena británica BBC.
En el mismo sentido, la ONG de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional puso en duda las garantías de Washington, calificándolas de «intrínsecamente poco fiables», mientras que Reporteros Sin Fronteras «condenó» una decisión con «peligrosas implicaciones para el futuro (…) de la libertad de prensa en el mundo».
Seguidores de Assange también dieron este viernes su apoyo y se manifestaron ante las puertas del tribunal agitando pancartas que exigían su liberación inmediata.
En un contexto de creciente tensión diplomática con Occidente, el gobierno ruso tildó la decisión británica de «vergonzosa».
Como en audiencias previas, seguidores de Assange también dieron este viernes su apoyo y se manifestaron ante las puertas del tribunal agitando pancartas que exigían su liberación inmediata.
El australiano lleva recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, desde que en abril de 2019 fue detenido por sorpresa en la Embajada de Ecuador, luego de el entonces presidente Lenín Moreno revocara la decisión de su antecesor, Rafael Correa, que le permitió al periodista permanecer siete años asilado en la sede diplomática.
El australiano lleva recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, desde que en abril de 2019 fue detenido por sorpresa en la Embajada de Ecuador.
En 2010 había llegado a Inglaterra huyendo de Suecia, donde fue acusado de dos delitos de agresiones sexuales, cargos que ya fueron retirados.Los delitos por los que el activista es requerido en Estados Unidos suman una condena de más 175 años de cárcel.
La detención en la prisión de Belmarsh primero fue en cumplimiento de una condena británica por haber violados las condiciones de su libertad condicional al refugiarse en la Embajada.
Después, fue mantenido en prisión preventiva mientras se decide su extradición, dado que la juez consideró que podría volver a intentar escapar si era excarcelado.
Julian Assange: indignante y doloroso
Por Santiago O’Donnell
El fallo de la Cámara de Apelaciones británica que ordena la extradición de Assange a Estados Unidos es indignante y doloroso. Más allá de sus argumentos, que poco importan a esta altura del partido.
Indignante porque va en contra de pronunciamientos de prácticamente todos los organismos de derechos humanos del mundo, incluyendo los de Naciones Unidas, en contra de las demandas de sindicatos y asociaciones de periodistas en cinco continentes, de defensores de la libertad de expresión, de políticos e intelectuales democráticos de todo el arco político.
Assange está privado de su libertad desde hace casi una década por haber publicado en su sitio de filtraciones, WikiLeaks, información secreta y comprometedora de las fuerzas armadas y del Departamento de Estado estadounidense, incluyendo evidencias de crímenes de guerra y mentiras diplomáticas de la superpotencia de Occidente.
El fallo a favor de su extradición, que revierte la orden de no extraditar dictada en primera instancia, prolonga su calvario. No significa que sea enviado a Estados Unidos en lo inmediato y cuesta creer que ése sea el deseo de la administración demócrata de Joe Biden. En Estados Unidos Assange enfrentaría un juicio en el que la fiscalía debería demostrar que, no solo robó información en vez de recibirla y publicarla, sino que lo hizo sin la complicidad de los grandes medios que lo acompañaron en la publicación simultánea de sus revelaciones, como el mismísimo y venerado New York Times. O sea, un papelón público para un país que se vanagloria de su Primera Enmienda constitucional que en teoría garantiza la libertad de expresión.
Pero a Assange tampoco le conviene someterse a semejante circo en el norte de Virginia, cuna de la CIA y el FBI, en un país donde legisladores y funcionarios han declarado públicamente que merece la pena de muerte o directamente ser asesinado por lo que publicó. El fallo de la cámara británica será apelado e irá a la Corte Suprema y de ahí muy probablemente a la Corte Europea de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo. Pasarán los meses y tal vez los años, cambiarán los gobernantes y las circunstancias políticas y Assange seguirá pudriéndose en su calabozo de máxima seguridad, sometido a los juegos psicológicos del Pentágono con la aparente colaboración del sistema judicial británico, que te extradito, no te extradito, sí te extradito, hasta morir o volverse loco. Ese parece ser el futuro que le espera, a menos que el mundo reaccione y obligue a sus carceleros a hacer lo correcto.
Además de indignante el fallo es doloroso porque detrás de esta historia está la persona. Un ser humano con aciertos y errores, que tiene una linda familia y un grupo de amigos incondicionales. Un hombre curioso e interesado en lo que pasa en el mundo, que siguió con interés y solidaridad el proceso latinoamericano antineoliberal de principios de siglo y que fue generoso con su tiempo y disposición con muchos políticos, intelectuales, activistas y periodistas, incluyendo a quien esto escribe. Doloroso para millones de personas en todo el mundo que admiran su trabajo y temen que su suerte está atada al futuro de la democracia y la verdadera libertad de expresión, esa que permite revelar verdades incómodas. Un fallo doloroso porque en su valentía para enfrentar las peores adversidades sin claudicar un centímetro en sus valores e ideales, Julian Assange supo hacerse querer.
Cuba condena persecución de EEUU contra Julian Assange
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, condenó hoy el acoso de Estados Unidos contra el fundador de WikiLeaks Julian Assange, y alertó sobre las consecuencias para el mundo.
Con persecución vs Assange, EEUU busca venganza y castigo por revelaciones de sus crímenes de guerra y prácticas injerencistas, escribió el máximo representante de la diplomacia cubana.
Rodríguez apuntó que esa potencia norteña pretende un escarmiento contra todo el que denuncie su conducta criminal, lo que tendría graves consecuencias para el periodismo y la libertad de expresión.
La Alta Corte de Justicia del Reino Unido aceptó hoy la apelación de los fiscales estadounidenses contra un veredicto anterior que negaba la extradición de Assange.
El fundador de WikiLeaks está encarcelado desde abril de 2019, cuando el gobierno del presidente Lenín Moreno le revocó la protección diplomática tras siete años de confinamiento en la legación de Ecuador en Londres.