Murió Vicente Fernández, ‘el Charro de Huentitán’ a los 81 años
Murió Vicente Fernández, ‘el Charro de Huentitán’ a los 81 años
La música mexicana ha perdido a otro de sus máximos exponentes. Vicente Fernández, ‘El Charro de Huentitán’, ha partido este sábado 12 de diciembre del 2021.
A través de un comunicado publicado en sus redes sociales, la familia del cantante dio a conocer que su estado de salud había empeorado en los últimos días, a su vez, fue por esta misma vía que notificaron que Don Vicente había perdido la vida.
«En Paz Descanse Sr. Vicente Fernández.
Lamentamos comunicarles su deceso el día domingo 12 de diciembre a las 6:15 am.
Fue un honor y un gran orgullo compartir con todos una gran trayectoria de música y darlo todo por su público. Gracias por seguir aplaudiendo, gracias por seguir cantando. #ChenteSigueSiendoElRey», se puede leer en el comunicado emitido por la familia.
A Vicente Fernández le sobreviven su esposa María del Refugio Abarca Villaseñor (mejor conocida como Doña Cuquita), Vicente Fernández Jr, Gerardo Fernández, Alejandro Fernández (El Potrillo) y Alejandra Fernández, así como varios nietos y bisnietos.
¿Quién fue Vicente Fernández?
Vicente Fernández Gómez se convirtió en ídolo y pilar de la música popular mexicana por sus cientos de canciones que, a lo largo de más de 50 años de trayectoria, acompañaron a varias generaciones de mexicanos y que le valieron varios premios entre los que destacan el Billboard, Grammy Latino y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood California.
Las Mejores Canciones de Vicente Fernández
- Mujeres Divinas
- Hermoso Cariño
- Lástima Que Seas Ajena
- Por Tu Maldito Amor
- Mi Viejo
- Nuestro Juramento
- Estos Celos
- Para Siempre
¿Por qué le decían el Charro de Huentitán a Vicente Fernández?
Si bien Vicente Fernández muchas veces fue llamado simplemente ‘Chente’, el apodo del cantante es el ‘Charro de Huentitán’ debido a su carrera y al lugar donde nació: Huentitán, El Alto Jalisco.
Vicente Fernández en el cine
A la par de su carrera musical, Vicente Fernández fue parte del Cine Mexicano al protagonizar diversas películas de 1972 hasta 1991. De su extensa filmografía destacan:
- Tacos al Carbón
- Entre Monjas Anda El Diablo
- La Ley del Monte
- Díos los Cría
- El Arracadas
- Como México No Hay Dos
- Sinvergüenza, Pero Honrado
- Mi Querido Viejo
¿De qué murió Vicente Fernández?
El cantante había estado delicado de salud durante varios meses, tras sufrir una fuerte caída de un caballo
el pasado mes de agosto. Los médicos le diagnosticaron el síndrome Guillain-Barré, una enfermedad en la que el sistema inmunológico ataca los nervios y puede llegar a producir una parálisis.
¿Cuántos hijos tenia Vicente Fernández?
Tenía cuatro hijos: Vicente Fernández Jr., Gerardo Fernández, Alejandro Fernández y Alejandra Fernández.
¿Cuáles son las mejores películas de Vicente Fernández?
- El Albañil.
- Tacos al Carbón.
- Uno y medio contra el mundo.
- La Ley del Monte.
- Como México no hay dos
Vicente Fernández y la metafísica de las masas
o cuesta trabajo imaginarlo correteando coches en la Plaza Garibaldi para que lo contraten, como las decenas de mariachis que hacen lo mismo noche tras noche. La cantada emociona, pero apenas da para lo básico. En 1961, a los tres días de la muerte de su madre, su mujer, con seis meses y medio de embarazo, da a luz a quien será su primeogénito. Vicente Fernandez tiene 23 años pero no los 150 pesos necesarios para pagar el hospital y mantener en una incubadora a su hijo prematuro. Él y su mujer, María del Refugio Abarca, aprendieron a dormirlo en una caja de cartón con botellas de agua caliente metidas entre las cobijas.
Si partimos de la precariedad de su origen, su carrera sorprende a cualquiera: más de 65 millones de discos vendidos, cientos de conciertos en palenques y estadios donde alternó con Tony Benet, Vicki Car, Roberto Carlos; grabaciones en duetos con Julio Iglesias, Juan Gabriel, José José, Raphael, Celia Cuz y Lola Beltran; decenas de programas de radio, televisión, 32 películas donde participó con Sara García, Angélica María, Héctor Suárez, Blanca Guerra, Ofelia Medina y Pedro Armendáriz Jr.
Aunque el mundo campirano de sus canciones y vestuario desaparecía año con año y sustituyeron a los palenques los grandes estadios, las multitudes siempre fueron lo suyo. Ni siquiera los desplantes de virilidad cuestionados por los nuevos feminismos disminuyeron sus adeptos, si nos atenemos a los asistentes de sus conciertos: 54 mil en la Plaza de Toros México en 1984, 200 mil en el Zócalo en 2009 y 85 mil en el Estadio Azteca cuando se despidió de sus conciertos en 2016. La simple develación de su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood provocó problemas de logística por las 5 mil personas que se congregaron. Desde mediados de los 70 su nombre fue sinónimo de multitud.
Resulta curioso que los investigadores en la cultura popular no se hayan detenido en este notorio símbolo del paisaje musical de las grandes masas. La excepción fue, ya lo adivina, Carlos Mosiváis.
Para Monsiváis el gran ejemplo del nacionalismo cultural vuelto melodrama es la canción ranchera que niega el espíritu narrativo y comunitario del corrido y exalta el monólogo desesperado. La canción ranchera es así el reino de las victorias póstumas, y Vicente Fernández fue, al parecer, el último de estos ídolos a quienes la tecnología no los desplazó, sino logró arroparlos de manera sorprendente. Sólo así entiendo su paso del rancho a la capital; de la Plaza Garibaldi al Teatro Blanquita, a la radio, al cine, a la televisión y al Spotify. En la canción ranchera, según Monsiváis, el intérprete es el mensaje. Ni duda cabe si pensamos en Lucha Reyes, Jorge Negrete, Pedro Infante y, notoriamente, en Vicente Fernández.
En él también reflejaron sus aspiraciones y anhelos los millones de mexicanos que han salido del campo y del país para irse a cumplir el sueño americano. Porque mexicanos y millones de latinos fueron los causantes de sus llenos completos en auditorios, arenas y grandes plazas de ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Chicago y Houston.
Con una carrera de más de 45 años y una venta millonaria de discos, Vicente Fernández pasó de ser la gran estrella de la música ranchera a una marca de éxito garantizado en taquilla, discos y conciertos.
La figura con música y shows que se extendían hasta por cinco horas, pues su lema siempre fue: » mientras la gente no deje de aplaudir, yo no dejo de cantar».
Si la canción ranchera es para Carlos Monsiváis la gran metafísica para las masas, Vicente Fernández fue uno de los mejores intérpretes en ese paisaje sonoro donde las melodías parecen negadas al olvido, y las interpretaciones exaltadas refrendan la cercanía a la tierra bravía, a las definiciones de la masculinidad y a ese mundo campirano, seriamente disminuido por la urbanización y la tecnología. Mundo que pertenece ya a esa patria de la nostalgia que evocan las canciones que interpretó el Charro de Huentitán.