44 universidades e institutos de educación superior de América Latina presentan reporte de acciones para erradicar el racismo

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El trabajo colectivo como una herramienta clave para erradicar el racismo

Equipos universitarios de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador y México presentaron reportes de resultados y conclusiones del desarrollo de acciones realizadas para visibilizar, denunciar y erradicar el racismo en la Educación Superior. A lo largo de cuatro encuentros virtuales realizados entre el 23 y 29 de noviembre, los especialistas de universidades e institutos de educación superior de Latinoamérica expusieron y analizaron ejemplos de cómo el racismo y las actitudes de discriminación continúan afectando el alcance y calidad de la educación, por lo que hace falta un trabajo colectivo que combine la sensibilización y la pedagogía para sentar las bases de sociedades más justas y democráticas.

En mayo de este año, la Cátedra UNESCO de Educación Superior y pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina del Centro Interdisciplinario de Estudios Avanzados (CIEA)lanzó la convocatoria regional de su 2ªCampaña para la Erradicación del racismo en la Educación Superior, mediante la cual invitaba a presentar proyectos grupales de acciones en internet que promovieran debates y reflexiones sobre las múltiples formas de racismo que persisten en la Educación Superior.

A través de esta llamada fueron seleccionados 20 equipos de ocho países, cuyas propuestasabarcaron seminarios, encuestas, talleres y cursos virtuales, conversatorios, foros, programas de radio y televisión, producciones audiovisuales y campañas de sensibilización. Estas actividades fueron desarrolladas entre el 1 de septiembre y el 15 de noviembre del año en curso, conjuntamente con las de otros cuatro equipos que iniciaron sus acciones en el marco de la campaña realizada el año pasado, y que decidieron continuar trabajando este año.

El director de la cátedra, Daniel Mato, inauguró el evento destacando que el racismo continúa vigente en las sociedades latinoamericanas y que la Educación Superior puede jugar un muy importante papel para erradicar el racismo.

Sobre la campaña en sí, Verónica Miranda, docente e investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco, e integrante del equipo de la 2ª Campaña contra el Racismo, remarcó que esta iniciativa «es fundamental para hacer visibles las múltiples formas que asume la violencia racial, dentro y fuera de los espacios educativos. Las experiencias compartidas dan cuenta de la necesidad de instalar en nuestras agendas institucionales esta problemática que constituye un flagelo social e impacta negativamente en la vida de nuestras poblaciones». En su opinión, las acciones desarrolladas en esta campaña contribuyen al debate sobre la función social de las instituciones de enseñanza, visualizandola reproducción de estructuras racistas y lamatriz histórica de desigualdad.

Negación, escasa autocrítica y desconocimiento

En las cuatro jornadas los expertos de los 24 equipos evaluaron la experiencia desarrollada en cada institución y manifestaron que una de las principales problemáticas reside en la negación, la escasa autocrítica y el desconocimiento que reina en estos espacios sobre la presencia concreta de diversas modalidades de racismo, incluyendo la existencia de prácticas discriminadoras, violentas y estigmatizantes.

En la exposición, Sonia Romero Pérez y Andrea Ibacache de la Universidad Tecnológica Metropolitana y de la Universidad de Santiago, Chile, expusieron sobre el desarrollo de su propuesta titulada Racismo, migraciones e interculturalidad: experiencias y estrategias para la convivencia universitaria. Mediante este proyecto denunciaron que las temáticas vinculadas al racismo no bajan al estudiantado, y que esto mismo se replica a lo largo y ancho de la nación trasandina en donde prevalece la idea de que el racismo no existe y se lo invisibiliza.

Las especialistas chilenas comentaron que sus acciones consistieron en talleres de interculturalidad, notas de prensa, entrevistas radiales y publicaciones en redes sociales de las instituciones. “Por lo general los orígenes afrodescendientes de sectoresde la población se encuentran invisibilizados, en tanto en otros casos se hace concreta la aparición de discursos racistas hacia esas personas”, contó Romero Pérez.

Henry Rebolledo, de la Universidad Abierta y a Distancia de Colombia, y otro de los integrantes del equipo organizador de la campaña, sostuvo que esta iniciativa demuestra que muchas instituciones no cumplen con su compromiso de erradicar las prácticas discriminatorias en su comunidad de docentes y estudiantes. «Esta forma de representar negativamente a un otro viene de la sociedad pero se evidencia en el ámbito educativo», enfatizó.

Con respecto al trabajo de las universidades para impulsar la inclusión de todas las personas a sus programas de estudio, Rebolledo dijo que “la inclusión ocurrirá cuando las universidades conciban el desarrollo de sus sociedades desde los aportes que pueden hacer los discursos y prácticas culturales alternativas a las inculcadas por las mayorías hegemónicas”.

Población indígena y afrodescendiente

Por su parte, el equipo perteneciente a la Universidad Estadual de Minas Gerais, Brasil,organizó mesas temáticas que abordaron las realidades de la población indígena y afrodescendiente; las experiencias de estudiantes que ingresan a la universidad; los desafíos para incorporar en la currícula universitaria la historia y la cultura afrobrasileña; las vivencias de los posgraduados conrelación a situaciones de discriminación en el ámbito profesional; y las propuestas para constituir un observatorio que analice y denuncie las situaciones de violencia racista.

Entre los disertantes hubieron quienes reconocieron la presencia de actitudes positivas de tolerancia y respeto por la diversidad, aunque, como señaló Caridad Brito Ballesteros –de la Universidad de la Guajira, Colombia–, estas acciones preventivas del racismo muchas veces se aplican sobre un determinado grupo por sobre otros. «Hay un gran trabajo de denuncia e intento de erradicar el racismo hacia los grupos indígenas, pero esta situación sucede más lentamente para los grupos afrodescendientes», comentó.

“Quisimos generar en la comunidad educativa herramientas para identificar el racismo y difundir a toda la comunidad académica estas situaciones que se dan cotidianamente en el ámbito universitario. Para ello, organizamos una serie de videoclips, foros y jornadas de reflexión”, explicó Brito Ballesteros.

Si bien la mayoría de los grupos concretaron mesas de debates y foros para conocer las opiniones de los estudiantes, los representantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy organizaron un sistema de tutorías para modificar el proceso de negación y exclusión que se vive en la propia universidad con respecto a prácticas discriminatorias.

De esta institución, Gabriel Jordán Balderrama explicó la elaboración de un proyecto de difusión a través de materiales gráficos que sirvieronpara darles voz a las experiencias de los alumnos.“Nos dimos cuenta de lo importante que resulta reconocer la diversidad y la discriminación y el racismo que hay en la universidad, algo que muchas veces se da en la cotidianeidad”, comentó.

Así como la enseñanza universitaria está enfocada desde el punto de vista occidental, lo mismo sucede en otros aspectos de la vida diaria. Robinson Marconi Vázquez Velázquez, de la Universidad Tecnológica de la Selva, en México, expuso sobre la realidad de los pueblos originarios que residen en el sureste de Chiapas. “A partir de un ciclo de conversatorios dimos cuenta de la existencia de la relación hegemónica que considera al indio dentro de las categorías de tonto, atrasado e ignorante, generando una concepción negativa desu cultura.

Para finalizar, Daniel Mato dijo que “si bien este trabajo conjunto que venimos realizando nos llena de alegría y esperanza, no podemos omitir la dura realidad que vivimos en casi todos los países de Latinoamérica. El racismo no solo continúa afectando especialmente a pueblos indígenas y afrodescendientes, sino que además incide negativamente en la calidad de la formación profesional y ciudadana que ofrecen todas las instituciones de Educación Superior”.

Ante este panorama, el director de la Cátedra UNESCO de Educación Superior y pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina llamó a “profundizar investigaciones, reflexiones y debates al respecto y a redoblar esfuerzoseducativos”. Para culminar, afirmó que “la educación superior puede transformar esta realidad. Es un espacio clave para acabar con esta angustiante situación, porque en ella se forman profesionales que pasan a jugar papeles muy influyentes en el desarrollo de nuestras sociedades».

Universidad Nacional de Tres de Febrero


 

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