Las alianzas entre la izquierda y los movimientos evangélicos en América Latina – Por Radha Sarka
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Radha Sarka*
El politólogo Javier Corrales llegó a decir en el 2018 que la alianza entre las iglesias evangélicas y los partidos conservadores en América Latina eran el “matrimonio perfecto” (1). No obstante, parece que pronto vendrá el divorcio, ya que un nuevo e intrigante pretendiente ha entrado en escena: la izquierda.
Muchos políticos de izquierda han intentado aliarse con las iglesias, los líderes y los partidos políticos evangélicos en los últimos años. Por ejemplo, tanto Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como su partido MORENA se aliaron con el Partido Encuentro Social (PES), de carácter evangélico, para llegar al poder en las elecciones mexicanas del 2018. Maduro también cortejó a varios líderes evangélicos durante las elecciones venezolanas del 2020, hasta el punto de que les prometió conmemorar el “Día del Pastor”, crear una universidad evangélica y donar miles de instrumentos musicales a sus iglesias (2).
Ahora le ha tocado el turno a Gustavo Petro, candidato a la presidencia de Colombia y exguerrillero, que ha recibido el apoyo de Alfredo Saade (un líder evangélico de la costa caribeña) con quien pactó una alianza el 15 de septiembre (3). El movimiento de Saade, Levántate, está compuesto por más de 400 pastores evangélicos.
Aunque pueda parecer sorprendente, lo cierto es que esta clase de alianzas ya han existido en el pasado, especialmente si tenemos en cuenta que los partidos conservadores en América Latina siempre han tenido fuertes lazos con la Iglesia católica. Es por esa razón que históricamente los lideres protestantes siempre han estado del lado de los partidos liberales e incluso han apoyado gobiernos revolucionarios, ya que el objetivo de todos estos movimientos siempre ha sido el mismo: disminuir la influencia social de la Iglesia católica.
Entre 1979 y 1990 la población evangélica creció del 5% al 15% durante el gobierno sandinista en Nicaragua gracias a las tensiones entre el gobierno revolucionario y la Iglesia católica a raíz de los cargos políticos que ocuparían ciertos sacerdotes (4). Los evangélicos se inclinaban mucho más que los católicos a votar por la reelección de Daniel Ortega y, de hecho, varios de sus lideres expresaron su apoyo a los dirigentes del FSLN (5). Además, los movimientos evangélicos apoyaron la nueva constitución venezolana que promocionó Hugo Chávez en 1999, ya que esta ampliaba las libertades religiosas mientras que los católicos la atacaron por considerar que promovía el aborto (6).
Sin embargo, ha habido momentos en que a los evangélicos les ha parecido más conveniente aliarse con la derecha. Por ejemplo, en el Chile de Augusto Pinochet, donde la Iglesia católica participó activamente en la resistencia en contra de la dictadura, los evangélicos se apresuraron a apoyarla con la esperanza de que les otorgaran la plena igualdad religiosa con los católicos (7). Todos estos hechos nos llevan a concluir que la participación evangélica en la política latinoamericana esta caracterizada antes que nada por el pragmatismo, aliándose tanto con la izquierda como con la derecha dependiendo del momento histórico (8).
El crecimiento de las iglesias evangélica en la región implica que su participación en la política aumentará con el tiempo, aunque su intensidad varia de país en país (9). Incluso en Colombia, donde los grupos no católicos siempre han sido marginados, se estima que el 19,5% de la población nacional se identifica como evangélica o pentecostal (10).
No obstante, es imposible afirmar que las iglesias evangélicas estén unidas como un todo, por lo que el actual panorama político es un reflejo del panorama religioso. Existen muchos grupos, divisiones y competencias entre ellos debido a la falta de una estructura unitaria más amplia.
Ahora bien, es precisamente esta fragmentación la que explica el rápido crecimiento de su fe, ya que cualquiera con una vocación divina puede crear su propia iglesia, pero tiene la contrapartida de inhibir la acción política conjunta. Por ejemplo, a principios de la década de 1990 los evangélicos apenas representaban el 10% de la población colombiana y entonces existían cuatro partidos evangélicos que competían entre sí. El partido político de Saade compite con otros dos: MIRA y Colombia Justa Libre.
De todos modos, las iglesias evangélicas pueden ser valiosos aliados electorales a pesar de su incapacidad de crear una plataforma unificada. Esto último se aplica especialmente a megaiglesias y organizaciones religiosas que cuentan con múltiples sedes y que tienen decenas o cientos de miles de seguidores, además del acceso que poseen a muchos recursos y el amplio uso que hacen de los medios de comunicación.
Uno de los activos que pueden poner a disposición de las campañas políticas son sus enormes centros de reunión, sin hablar de los canales de televisión y radio. Todo ello puede convertir fácilmente el capital religioso en capital político, aunque estos dos ámbitos no siempre se superponen (11).
Sin embargo, esta traducción de fieles en votantes tiene cierto peso en las urnas y ha ayudado a varios líderes evangélicos a conseguir escaños en ayuntamientos, legislaturas estatales y congresos nacionales. En cuanto a las elecciones presidenciales, los evangélicos han sido más bien socios de coalición importantes y no tanto candidatos autónomos, siendo Fabricio Alvarado, del evangélico Partido de Restauración Nacional, una excepción: llegó a quedar de segundo en las elecciones presidenciales de Costa Rica de 2018.
Es importante tener presente que las elecciones muchas veces se deciden por márgenes muy estrechos en gran parte de América Latina y es por eso que el capital político que pueden reunir mega-iglesias evangélicas y organizaciones religiosas tiene un peso descomunal a la hora de hacer reyes.
Las elecciones presidenciales colombianas del 2018 pusieron de manifiesto esta tendencia, ya que el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, derrotó a Petro por 2,3 millones de votos y obtuvo un total de 10,3 millones de votos. La clave de la victoria de Duque fueron los partidos evangélicos MIRA y Colombia Justa Libres, que al parecer le aportaron al menos un millón de los votos (12).
Es muy probable que Petro aprendiera de esta derrota y esa sea la razón por la que se apresuró a buscar el apoyo de los evangélicos para su candidatura presidencial del 2022. Petro lanzó su campaña presidencial en la ciudad caribeña de Barranquilla haciendo referencia a Jesús y a los santos, además de acusar a la derecha de hacer “tratos con el diablo” (13). Poco después, se dio a conocer que el líder evangélico Saade había organizado el evento con la intención de apoyar públicamente la candidatura de Petro.
Esta alianza de Petro con los evangélicos en la densamente poblada Costa Caribe colombiana tiene mucho sentido, ya que después de la capital y el departamento de Antioquia, es la zona más poblada del país. Por otra parte, la región Caribe cuenta con la mayor concentración de evangélicos en el país, ya que el 25,4 por ciento de la población se declara seguir esta denominación, lo que da un total de 2,25 millones de ciudadanos, por lo que las iglesias evangélicas de esta región podrían proporcionar un número considerable de votos. Saade aspira a conseguir 1,5 millones de ellos.
Muchos de los grupos evangélicos de Latinoamérica han sido capaces de ampliar su influencia social debido a su participación en la política. Un caso típico es Brasil, donde los evangélicos se han presentado a las elecciones bajo distintas candidaturas, incluido al izquierdista Partido dos Trabalhadores (PT) (14), con la intención de legislar exenciones fiscales para sus respectivas iglesias, además de modificar las leyes de radiodifusión para poder alcanzar un público más amplio, conseguir financiación estatal para sus servicios religiosos haciéndolos pasar por eventos culturales y hacerse con ciertas propiedades para construir iglesias.
Los pastores brasileños buscan obtener cargos electorales porque es precisamente el Congreso el que controla los derechos de difusión, así que estar en el Congreso garantiza la “televangelización”.
Esto también se aplica al PSE mexicano que se benefició bastante de su alianza con MORENA: dejo de ser un partido marginal y se convirtió en la cuarta facción más importante de la legislatura nacional (15). AMLO, a diferencia de los otros presidentes mexicanos que se apoyaron en grupos católicos, abrió las puertas del poder a los evangélicos al ampliar su acceso a los medios de comunicación, las empresas y los bienes inmuebles.
Las organizaciones religiosas evangélicas se unieron a la Secretaría de Gobierno que promueve la “Cuarta Transformación” (4T) (16) y que tienen como objetivo “reparar el tejido social de México”. AMLO propuso darle concesiones en materia de radiodifusión a estos grupos religiosos con el argumento de “fortalecer los valores” y reclutó a varias de estas iglesias para difundir un libro publicado por el gobierno sobre moral y ciudadanía. Por su parte, la Fraternidad Nacional de Iglesias Evangélicas anunció en diciembre del 2020 que había conseguido inscribir a 7.000 estudiantes al programa federal de becas con la intención de proporcionarles no solo instrucción técnica y empleos, sino también formarlos en los preceptos del Evangelio (17). Para esto, los evangélicos reclutaron estudiantes en todas las latitudes del país.
Así que la alianza entre Saade y Petro, que resulta novedosa para la política colombiana, no hace sino continuar un mismo patrón regional. Saade ha retirado recientemente su apoyo a la campaña de Petro diciendo que el candidato presidencial no tomó en cuenta muchos de sus puntos (18). Sin embargo, este breve coqueteo político resulta revelador. Una fuente anónima de la campaña de Petro también ha dicho que en el futuro podrían hacerse alianzas similares con otros grupos evangélicos.
Petro es el candidato presidencial con mayor intención de voto para las elecciones del 2022 según las encuestas (19) y eso a pesar de que la intención de voto por su candidatura ha caído del 21% en junio al 17% en septiembre, mientras que las encuestas revelan que la intención de voto por los candidatos de derecha, con los que se podría esperar que los evangélicos tuvieran mayor afinidad ideológica, es sustancialmente menor.
Si Petro gana, ¿qué implicaciones tendrá su triunfo para los evangélicos colombianos? Es probable que siga el mismo camino que AMLO y fortalezca sus vínculos con los grupos evangélicos, especialmente si tenemos en cuenta la abierta hostilidad que muestra la Iglesia Católica hacia él (20). El apoyo de las organizaciones evangélicas a la campaña de Petro podría traducirse en una mayor influencia en las decisiones gubernamentales y en la implementación de ciertas políticas sociales.
Pero como muy bien ilustra el caso mexicano, esta alianza no implica el triunfo de la “agenda moral” de los evangélicos que se expresa sobre todo en la prohibición del aborto y los derechos LGBTQ (21). Y ya que la agenda progresista de Petro se ha caracterizado por su promoción de los derechos LGBTQ (22), esto implica que los evangélicos muy probablemente no serán capaces de imponer su visión de la moral social.
Si Petro gana las elecciones presidenciales en Colombia, esta clase de alianzas entre la izquierda y los evangélicos podrían ser cada vez más comunes en toda América Latina. Y aunque esto no suceda, es probable que comiencen a producirse giros políticos y grandes transformaciones en las comunidades evangélicas de toda la región, ya que su número y participación en la política no hará sino aumentar.
Notas:
- https://www.nytimes.com/2018/01/17/opinion/evangelicals-politics-latin-america.html
- https://www.eltiempo.com/mundo/venezuela/maduro-busca-el-apoyo-de-los-evangelicos-en-venezuela-461016
- https://www.semana.com/nacion/articulo/quien-es-alfredo-saade-el-cristiano-que-apoya-a-gustavo-petro/202108/
- https://books.google.com.co/books?hl=en&lr=&id=2u1ADgAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT9&dq=paul+freston+2004+protestant+political+parties&ots=5mATKy97z2&sig=VDdOqSyfkYXm0Bs2EmrUZDhCCSU&redir_esc=y#v=onepage&q=paul%20freston%202004%20protestant%20political%20parties&f=false
- https://www.jstor.org/stable/1387860?casa_token=Buemx_T8iwUAAAAA%3A15Tebn3e4zepqgYrxlYjQrufANU7ue2aOHh1-rIUp2zhm5OB13uAqMlm9Q9_38ljdLOdISPpFWeG1bP7x5qF1jmYN7rwS55kOaavUyQiMpQMbZnGrw
- https://books.google.com.co/books?hl=en&lr=&id=2u1ADgAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT9&dq=paul+freston+2004+protestant+political+parties&ots=5mATKy97z2&sig=VDdOqSyfkYXm0Bs2EmrUZDhCCSU&redir_esc=y#v=onepage&q=paul%20freston%202004%20protestant%20political%20parties&f=false
- https://www.taylorfrancis.com/chapters/edit/10.4324/9780429498077-6/chilean-pentecostalism-coming-age-edward-cleary-juan-sep%C3%BAlveda
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43706779
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43706779
- https://www.svenskakyrkan.se/filer/34555608-8b30-4aec-9d33-2c0511345e65.pdf
- http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0121-56122017000300187&script=sci_abstract&tlng=pt
- https://nacla.org/alliances-leftists-and-evangelicals-latin-america
- https://www.elespectador.com/politica/criticas-al-pacto-historico-por-recibir-apoyo-de-sector-cristiano/
- https://moe.org.co/wp-content/uploads/2019/04/Libro_ReligionYPolitica_WEB-2.pdf
- https://nacla.org/news/2020/02/10/Church-and-State-AMLO-Mexico
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45712329
- https://www.proceso.com.mx/nacional/2019/12/5/evangelicos-consiguen-siete-mil-becas-para-jovenes-los-moralizan-con-la-biblia-cartilla-de-amlo-235367.html
- https://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/gustavo-petro-sin-el-apoyo-del-lider-cristiano-alfredo-saade-623096
- https://www.semana.com/nacion/articulo/petro-lidera-la-intencion-de-voto-pero-sigue-cayendo-en-las-encuestas-gran-estudio-electoral-de-semana/202118/
- https://www.elcatolicismo.com.co/editorial/la-iglesia-en-un-gobierno-de-petro
- https://politica.expansion.mx/mexico/2021/09/20/morena-va-por-aborto-seguro-martha-micher
- https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12162143
*Analista india, Magister en Polpiticas Comparativas de The London School of Economics y Estudios Latinoamericanos de la, Princeton University. Traducido del inglés por Juan Gabriel Caro Rivera