México | AMLO en los festejos del Bicentenario: «Es tiempo de perdón y de respeto mutuo»

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Magno festejo por los 200 años de la consumación de la Independencia

Por Roberto Garduño

Los capítulos significativos de la gesta de Independencia, que resultaron en la entrada del Ejército de las Tres Garantías a la capital del nuevo país, el 27 de septiembre de 1821, se evocaron anoche con una gran teatralización, organizada por la Secretaría de la Defensa Nacional sobre la explanada del Zócalo. Desde una tribuna central montada afuera de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez, observaron desfilar a cientos de cadetes a caballo, y aún más soldados a pie, ataviados a la usanza de las fuerzas independentistas de la época.

La escenificación matizada con la visión histórica del Ejército mexicano significó la participación de mil 400 mujeres y hombres de sus filas que realzaron los hechos históricos. La narrativa se amplió a la fachada de la catedral metropolitana y en dos pantallas gigantes montadas al costado del asta bandera que reprodujeron los capítulos del Grito de Dolores, el levantamiento de José María Morelos y Los Sentimientos de la Nación, la firma del Plan de Iguala, los Tratados de Córdoba y la entrada del Ejército Trigarante a la capital del nuevo país.

Para desplegar el evento, que no tuvo antecedente –por la fecha de celebración– se cerraron las calles aledañas al Zócalo y sus centenarios edificios. El ingreso se restringió, permitiendo el acceso sólo a los invitados especiales, entre los que se encontraban las familias de los jefes militares. Al resto de familias que pretendían entrar se les negó el paso. También entre los atentos asistentes se manifestaba la sorpresa cuando pasaba, de boca en boca, que el costo de la ceremonia sumó 35 millones de pesos.

Así, cuando la noche otoñal comenzó a enfriar, el presidente López Obrador expuso que aun cuando la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México fue un festejo de la élite militar y política, y con poca o ninguna significación social, no deja de ser el acontecimiento formal en el que desembocaron los acuerdos de Iguala y los Tratados de Córdoba y la culminación de la lucha de más de una década para alcanzar la Independencia de México.

Y de ahí recaló en la importancia que tiene mantener relaciones de amistad con todas las naciones del mundo. “Nos declaramos partidarios de la paz, de la soberanía y del amor. Aunque no olvidamos, sostenemos que es tiempo del perdón y del respeto mutuo.

“Ahora, por ejemplo, mantenemos buenas relaciones con la Iglesia católica gracias –en mucho– a que el papa Francisco es un verdadero cristiano, un defensor de los pobres. Con motivo de esta conmemoración ha enviado una carta a los católicos de México en la cual, con profunda humildad, reconoce los errores cometidos en el pasado que han sido, cito textualmente, ‘muy dolorosos’”.

También agradeció los mensajes de amistad recibidos desde otros países, y recordó “la frase del mejor presidente de México, Benito Juárez, según la cual ‘entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’, siempre será la guía de nuestras acciones en materia de política exterior y la cordialidad nunca dejará de ser nuestro principal distintivo. México ha sido, es y seguirá siendo sinónimo de amistad para todos los pueblos del mundo. ¡Qué viva la fraternidad!”

Además de reproducir el video del mensaje del presidente de Estados Unidos Joe Biden –que se dio a conocer un día después de los festejos del 16 de septiembre–, Leonardo Sandri, vicedecano del Consejo Cardenalicio de la Santa Sede, intervino para recomendar hacer a un lado el conflicto y la polarización. El prelado convocó a la fraternidad que permita construir la libertad.

Antes, el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, repitió que las fuerzas armadas sirven y han acompañado al pueblo en el devenir por consolidar su libertad.

Al final, mientras la bandera monumental de las tres garantías ondeaba en el asta bandera, sobre el Zócalo se alzaron los fuegos de artificio, que con los tres colores del lábaro provocaron que se enchinara la piel, y en la plancha con el huapango de José Pablo Moncayo, y Mi Ciudad de Guadalupe Trigo, el Ballet Nacional de Danza Folclórica, culminó el festejo histórico, con el mensaje de lealtad de las fuerzas armadas al pueblo de México.

La Jornada


Francisco reitera disculpas por «acciones y omisiones» del pasado

El papa Francisco envió un mensaje de felicitación a México por la celebración de los 200 años de su Independencia, en el cual ofrece de nueva cuenta disculpas por todos los pecados y acciones y omisiones “que no contribuyeron a la evangelización”, pero también hace referencia a las acciones contra el sentimiento religioso cristiano.

Señala, sin embargo, que los dolores del pasado deben servir para construir la fraternidad, dando prioridad al bien común por encima de intereses particulares, tensiones y conflictos.

En el salón Tesorería, de Palacio Nacional, se informó que se han recibido mensajes de felicitación de líderes religiosos de todos los credos y de todas las iglesias, y siendo México un Estado laico, la carta del Papa es en su calidad de jefe de Estado, se aclaró.

Enseguida – durante el espacio correspondiente a la conferencia de prensa matutina- se proyectó un video en el que el propio Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, da lectura a la carta que le envió el Papa Francisco:

La misiva

“Querido hermano: con motivo del bicentenario de la declaración de la Independencia, quiero hacerte llegar un cordial saludo a ti y a los demás hermanos obispos, a las autoridades nacionales y a todo el pueblo de México.

Celebrar la Independencia es celebrar la libertad y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso me uno a la alegría de esta celebración y al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los constituyen como nación.

“Para fortalecer las raíces es necesario hacer una relectura del pasado, tomando en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país.

“Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado que han sido muy dolorosos.

“Por eso, en diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones y omisiones que no contribuyeron a la evangelización.

“En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que en tiempos más recientes se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del pueblo mexicano provocando con ello un profundo sufrimiento, pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos en vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias y a construir la tan anhelada fraternidad priorizando el bien común por encima de intereses particulares, las tensiones y los conflictos.

“El aniversario que están celebrando invita a mirar no sólo al pasado para fortalecer las raíces sino también a seguir viviendo el presente y a construir el futuro con gozo y esperanza reafirmando los valores que los han constituido y los identifican como pueblo, valores por los que tanto han luchado e incluso han dado la vida muchos de vuestros antecesores como son la independencia, la unión y la religión.

“En este punto quisiera destacar otro acontecimiento que marcará sin duda todo un itinerario de fe para la iglesia mexicana en los próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de Guadalupe.

“En esta conmemoración es bello recordar, como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano, con ocasión del 175 aniversario de la Independencia nacional, la imagen de la virgen de Guadalupe tomada por el Padre Hidalgo del santuario de Atotonilco simbolizó una lucha y una esperanza que culminó las tres garantías de Iguala impresas para siempre en los colores de la bandera:María de Guadalupe, la virgen morenita dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano no sólo en México sino en todas las Américas, que ella siga siendo para todos ustedes, la guía segura que los lleve a la comunión y a la vida plena en su hijo Jesucristo.

“Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México y la virgen santa los cuide y amparo con su manto celestial, y por favor no se olviden de rezar por mí”.

La Jornada


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