Controversia Marítima entre Argentina y Chile ¿cuestión geográfica o electoralista? – Por Paula Luciana Rojas
Por Paula Luciana Rojas*
La relación entre la República Argentina y la República de Chile, que cuenta con un largo historial de controversias fronterizas, se ve atravesada en estos días por un nuevo capítulo que tiene como protagonista los límites marítimos entre ambas naciones.
Tras la decisión tomada por Sebastián Piñera, Presidente chileno, el día 27 de agosto el Diario Oficial dio a conocer el Decreto Supremo N°95 del Ministerio De Relaciones Exteriores de Chile a partir del cual se dispuso la actualización de la Carta Náutica N°8. Documento que establece las áreas marítimas sometidas a jurisdicción chilena y explicita los límites de la plataforma continental en el mar Austral.
La actualización de la Carta Náutica N°8 – que vino a reemplazar la Carta de 1993- dispuso la revisión y ampliación de los límites marítimos chilenos, estableciendo su plataforma continental a partir de las 200 millas marinas contadas desde las islas Diego Ramírez, situadas al sur del Cabo de Hornos.
Sin embargo, esta nueva delimitación incluyó áreas marítimas oficializadas como propias por la Argentina ante Naciones Unidas, situación que ha dado lugar a su rechazo por parte del Gobierno argentino a través de un comunicado emitido por Cancillería el día sábado 28 de agosto.
A su favor, la República Argentina cuenta con sólidos fundamentos que validan su posicionamiento.
Desde 1997 con la creación de la COPLA (Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental) la Argentina ha trabajado arduamente en la más precisa definición de la extensión de su Plataforma Continental, concluyendo con una presentación final ante el organismo especializado de Naciones Unidas que, tras 7 de años de estudio y revisión, validó dicha presentación. Con posterioridad, en el año 2020, el país formalizó internamente la extensión de su Plataforma Continental con la promulgación de una ley que fue sancionada por unanimidad en el Congreso de la Nación.
Lo curioso de la medida unilateral tomada por el Palacio de la Moneda reside en el hecho de que las autoridades del país trasandino nunca manifestaron ningún tipo objeción o reserva respecto a los avances argentinos en esta materia. Inclusive la disposición adoptada atenta contra lo acordado bilateralmente en el Tratado de Límites de 1984, el cual en su artículo 7° fija una delimitación marítima que es desatendida con la medida anunciada.
El Presidente chileno en funciones se encuentra internamente ante una situación políticamente compleja, transitando los últimos meses de su mandato con un franco descenso de popularidad. Cabe recordar que su administración se vio profundamente marcada por el estallido social de 2019 que encontró en las calles a amplios sectores de la sociedad reclamando contra un modelo de desarrollo caracterizado por la concentración de la riqueza. Esta situación produjo un quiebre significativo en el gobierno y tuvo como correlato el llamado a elecciones de convencionales constituyentes con el fin de modificar la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet. Esta elección, llevada a cabo en mayo del corriente año, significó un terremoto político en las urnas, alterando de manera significativa el escenario de los partidos políticos en Chile a partir de la consolidación de la izquierda y el impulso de las candidaturas independientes, en detrimento del partido oficialista.
En este contexto de cara a las elecciones presidenciales del 21 de noviembre el oficialismo se encuentra en una situación muy comprometida. Detrás de esta medida unilateral llevada adelante por Poder Ejecutivo chileno, sin consultar con Poder Legislativo, quizás se halle el objetivo político de Piñera de mejorar la intención de voto para su espacio. Tal vez esta situación más que una cuestión geográfica, se trate de una cuestión de oportunidad política apuntando a conmover los sentimientos nacionalistas de los chilenos y las chilenas en un momento en que el sistema político tradicional de Chile está en plena transformación. Esta hipótesis cobra fuerza si consideramos el hecho de que las autoridades del país andino tuvieron tiempo desde 1984 para cuestionar los avances argentinos en este sentido.
No obstante, en el futuro cercano Chile deberá afrontar importantes transformaciones internas que abrirán un nuevo capítulo en su historia. Las elecciones presidenciales venideras y la nueva Constitución traerán consigo nuevos intereses y concepciones políticas que nada tendrán que ver con el Estado pinochetista. Esta puede ser una nueva oportunidad para reencontrarnos como pueblos a través del respeto mutuo, alejándonos de la confrontación y acercándonos fraternalmente para profundizar la cooperación regional en base a intereses y desafíos compartidos. Porque tal como reza uno de los pasajes la obra literaria de José Hernández, el Martin Fierro:
“Los hermanos sean unidos porque ésa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera».
*Estudiante de Relaciones Internacionales, Miembro del Observatorio Internacional Rosario en el Pensar Futuro