Colombia | Francia Márquez, precandidata presidencial: “No estoy dispuesta a construir una política que siga violando los derechos humanos”

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“Construir en la diferencia se puede en el Pacto Histórico”: Francia Márquez

Por Laura Angélica Ospina

Cuando suena el nombre de Francia Márquez, un grupo de personas se emociona. La lideresa caucana se convirtió en una figura pública, a nivel nacional, gracias a su ardua lucha social contra la minería ilegal en el norte de su departamento. También, por su emblemática defensa del territorio bajo la jurisdicción del Consejo Comunitario de La Toma, en el municipio caucano de Suárez, de donde es oriunda. Ambas labores la hicieron merecedora del Goldman Enviroment Prize 2018. Su cara y su voz emocionan a un grupo importante de personas, no solo por su activismo por los derechos humanos, sino también porque desde el año pasado anunció su deseo de aspirar a la Presidencia.

Meses después de ese guiño, Márquez hizo oficial su candidatura y su adhesión al Pacto Histórico, al coalición de centro izquierda que lidera el senador Gustavo Petro y que aglutina una parte de los opositores al presidente Iván Duque y a la derecha. En entrevista con este diario, Márquez profundiza sobre el porqué se decantó por el Pacto Histórico y no por una candidatura independiente, habla de la necesidad de que las listas al Congreso sean cerradas para que garanticen la participación paritaria, y de su autonomía para decidir ser candidata presidencial en vez de cabeza al Congreso, como le sugirieron algunos.

En un principio dijo que iría por firmas, luego hubo acercamientos con el movimiento Estamos Listas y finalmente se decidió por la coalición de centro-izquierda, la del Pacto Histórico, ¿por qué?

Soy Porque Somos, el movimiento que impulsa mi candidatura, desde el principio planteó dos caminos: el primero era lanzarnos desde la independencia y el segundo era hacerlo desde el Pacto Histórico. Dijimos que el camino que más nos gustaba era la independencia, lo que implicaba recolectar firmas, pero la coyuntura política nacional mostraba que los pueblos están pidiendo cambio. Están asesinando con las balas de la patria a la gente que ha salido a las calles. Entonces, la decisión colectiva de Soy Porque Somos fue articularnos al Pacto Histórico. Fui a la Convención Nacional Feminista y pensé que iban a proponer una candidatura a la Presidencia, pero lo que se dijo fue que hay dos aspiraciones válidas: la de Ángela María Robledo y la de Francia Márquez. Como mujeres feministas, dijeron que apoyaban nuestras candidaturas, independientemente del camino que cada una cogiera.

¿Cómo ve el Pacto Histórico?

Es una articulación diversa, de distintas expresiones políticas y sociales. Es una apuesta colectiva para proponer al país una salida a todas las situaciones que violentan los derechos humanos. Nosotros queremos que esta apuesta presente una política que coloque en el centro la vida en todas sus expresiones. En la diversidad hay diferencias, pero lo esencial es llegar a la Presidencia y desde esas diferencias poder construir un programa plural que cierre las brechas de inequidad y desigualdad, que sea capaz de detener la guerra, garantizar los derechos humanos y el respeto a la vida, que sea capaz de asumir los desafíos económicos. Entonces, por eso llegamos a esta coalición con Soy Porque Somos. Por supuesto, es un reto para mí, para el movimiento en sí mismo, para los pueblos afros. Como mujer, también es un desafío estar ahí porque la política representativa tiene otras formas de realizarse, que seguramente no son las formas en las que hemos caminado en lo social, un camino que es de lucha y resistencia. Sin embargo, hacemos el esfuerzo por lograr un consenso.

¿Cómo recibe la inminente llegada de un liberal como el senador Luis Fernando Velasco?

A pesar de que somos caucanos los dos, estamos llegando por orillas distintas: él llega por un partido tradicional que es el Liberal y yo llego por los movimientos sociales. Es bienvenida su candidatura, creo que es necesario construir en la diversidad, en la diferencia, algo que se puede en el Pacto Histórico. Pero, por supuesto, consideramos que los métodos de la política tradicional hegemónica deben transformarse, porque no ha permitido a todos los colombianos vivir en dignidad. Este es un espacio para de verdad devolverle la dignidad a la política. Ojalá nadie en el mañana sienta vergüenza de haber sido parte de este consenso, sino al contrario, que se sienta digno de profundizar la democracia en la participación de las mujeres, de los pueblos, algo que es importante para asumir los desafíos de lo que ha sido la inclusión.

Arelis Uriana Guariyú, del Mais, también es precandidata presidencial en el Pacto Histórico. Dijo que no quiere competir con usted, sino aliarse como mujeres, ¿qué le responde?

Eso es lo bueno de las mujeres en la política. Valoro el esfuerzo de Arelis Uriana. Nosotras, como mujeres afros, indígenas, campesinas, de sectores populares, atrevernos a colocar nuestro nombre en esas disputas electorales y a competir la llegada a la Casa de Nariño no es fácil, pero es importante hacer ese camino de tejer. Hay muchas posibilidades con su presencia y con la nuestra: estar ahí ayudará a transgredir y feminizar la política, a llenarla de colorido desde la diversidad. Los pueblos afros e indígenas son hermanos de lucha, de resistencia, y también hermanos en la exclusión que hemos padecido. Lo que tengo claro es que siempre que los pueblos se juntan, Colombia se fortalece y se convierte en un mejor lugar para todos. Eso es lo que estamos haciendo.

¿Cómo va la discusión para elegir al candidato presidencial y su fórmula a la vicepresidencia?

Hasta ahora, los mecanismos de la consulta no se están discutiendo. Apenas estamos debatiendo cómo van a ir nuestras listas al Congreso.

¿Cuál es su postura frente a las listas al Congreso?

Pensamos que la lista debe ser cerrada porque permite realmente la inclusión y la participación tanto de las mujeres como de los pueblos étnicos y de las población LGBT+, que por la exclusión no han podido participar plenamente del sistema electoral. Sabemos que con unas listas abiertas nosotros no tendríamos las mismas garantías para competir con los políticos tradicionales. Ahí estamos insistiendo en eso, porque creemos en la paridad, en la participación de las mujeres y en la necesidad de que, en relación a la justicia política, puedan llegar los pueblos al Congreso.Es decir, participamos no para completar las listas, sino para llegar efectivamente a ese espacio con una agenda para proponer leyes que se pongan al servicio de la vida. Algo diferente al Congreso actual que tenemos, que proviene de la élite, mientras que la gente se muere de hambre y mientras que las mayorías no tienen acceso a sus derechos fundamentales.

¿Cuándo van a definir esa puja por las listas?

No ha sido tanto una discusión de pujas, sino que cada persona está poniendo sobre la mesa sus puntos de vista de qué significa ir con listas cerradas o abiertas para su expresión, ya sea de movimiento social o de partido político. En ese diálogo estamos construyendo, así es como se práctica la democracia. Pronto se va a tomar esta decisión y que además de la conformación de las listas, podamos proponerle a la gente una agenda que genere esperanza para que el próximo gobierno que llegue genere garantías para gobernar y trasformar el país.

¿Si el Pacto Histórico se decanta por listas abiertas al Congreso, usted y su movimiento lanzarán a sus candidatos en esa coalición o se irán por a parte?

Pues si eso pasa no tendremos las mismas condiciones, pero el acuerdo que hay es que saldrá una lista unificada con todos los movimientos y partidos participantes. Entonces, cuando asumimos ser parte del Pacto Histórico, también asumimos que las decisiones se toman en colectivo, así no estemos completamente de acuerdo.

Hay quienes dicen que hubiera sido mejor que usted se lanzara como cabeza de lista al Senado y no a la Presidencia…

Muchas gracias por querer decidir sobre el espacio que debemos ocupar, pero el racismo hace parte de la exclusión y a nosotros, como mujeres y como pueblo, siempre nos han dicho cuál debe ser nuestro lugar. Es hora de que como pueblos y como mujeres, desde nuestra autonomía, podamos decidir cuál es el lugar que queremos ocupar y que sea el pueblo, en general, el que elija, y no algunas personas que quieren decirnos a dónde debemos ir. Estamos haciendo lo que hay que hacer, nuestra apuesta busca el cambio y la transformación.En ese programa nosotros llegamos al Pacto Histórico con líneas: detener la guerra en este país porque no aguantamos más muertos, sobre todo si los muertos los están poniendo los territorios y las comunidades étnicas. En segundo lugar, planteamos la necesidad de revisar la política antidrogas y las consecuencias del narcotráfico para la vida de los territorios. Pensamos una política que asuma la regulación. En tercer lugar, proponemos la reparación histórica por cuenta de los efectos del racismo estructural. En cuarto lugar, ponemos sobre la mesa que exista una justicia de género, que aborde los temas de las violencias que sufrimos como mujeres y que afectan a los niños y las niñas, y las poblaciones de diversidad sexual. Y el otro tema tiene que ver con justicia climática porque no podemos tener un programa de gobierno, por lo menos en el que yo esté, sin asumir este desafío. Esto porque la Casa Grande está muriendo y es necesario no plantear discursos sino plantear acciones que nos permitan que la vida siga existiendo.

¿Cuáles son sus proyecciones con el movimiento “Soy porque somos”?

Nosotros esperamos que este movimiento político, que ahora no tiene personería jurídica, logre impulsar y proponerle a este país un gobierno justo, que cierre las brechas de inequidad y desigualdad, y propenda por la justicia ecológica y económica. Y que esperamos que el mundo asuma esa forma de vivir, porque “Soy porque somos” es una filosofía, es una apuesta de vida, que dice que yo soy en tanto usted es, y que seamos más generosos con nuestro territorio y entre nosotros como seres humanos, que seamos capaces como colombianos vernos como familia y no como enemigos. Es hora de sentarnos como nación y que sentimos por el otro lo que sentimos cuando juega la selección Colombia en el mundial.

Si no gana la consulta del Pacto Histórico, ¿se siente tranquila de que, quien gane, va a representar los intereses del pueblo y las mujeres afrodescendientes que usted representa?

Nuestra apuesta es ganar la consulta del Pacto Histórico. Si no la llegáramos a ganar, pues asumimos (la persona que sea elegida), porque este es un proyecto de construcción colectiva y así mismo el programa que le presentemos al país será construido por todos.

¿Hace historia al convertirse en la primera mujer negra en lanzarse a la Presidencia? ¿Se siente cercana a cuando lo hizo la primera mujer, María Eugenia Rojas, o la primera mujer socialista, Socorro Ramírez?

Con Socorro tengo un gran respeto. De hecho, hablé con ella sobre su experiencia política, pero más allá de eso, ojalá dejemos de ser las primeras mujeres, de nuestras procedencias, en la escena política y que este país habrá las puertas para que las mujeres podamos participar de estos espacios. Para esto deben cambiar las reglas y de cambiar la concepción de que las mujeres no pueden, como me han dicho a mí que no tengo capacidades y que no puedo. Que podamos pasar la página de ser las primeras.

¿No deberían sobrepasar los egos y las peleas entre el Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza para llegar unidos a 2022?

Hay gente en la Coalición de la Esperanza a la que yo valoro y que le ha aportado mucho a esta sociedad, pero también hay gente que ha sido parte de la hegemonía política y de la opresión que hemos sufrido como pueblos. Entonces considero que la juntanza sería posible si hay la intención de reconocer las condiciones de privilegio, los daños que se han hecho a pueblos enteros, a territorios y comunidades enteras, y a partir de ahí, si hay disposición de cambiar eso, pues vamos a construir. Yo por lo menos no estoy dispuesta a construir una política que siga violando los derechos humanos de las poblaciones por medio de megaproyectos que llevan a la muerte, acumulación y despojo. Se necesita la articulación para acabar con tanta barbarie, y ofrecerle a Colombia lo que nos merecemos: vivir en paz y con dignidad.

El Espectador

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