China avanza como potencia económica en América Latina y el Caribe – Por Rodolfo Koé Gutiérrez

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Rodolfo Koé Gutiérrez*En  2020, si bien las fusiones y adquisiciones chinas disminuyeron en Europa, América del Norte y Asia y el Pacífico, aumentaron en las economías latinoamericanas y caribeñas, al grado de representar una quinta parte de la inversión extranjera directa (IED) que llegó a la región.En la región, la participación de China en la IED –vía fusiones y adquisiciones– pasó de 1,7 por ciento del total, entre 2005 a 2009, a 22.9 por ciento en 2020, mientras sus anuncios de inversión en los mismos periodos de comparación pasaron de 3,5 a 4,7 por ciento. El avance de China como potencia mundial se hace patente en América Latina y el Caribe. Además de los vínculos comerciales, la economía asiática reclama mayor presencia como inversionista y proveedor de contratos de construcción.Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señaló que «El proceso de recuperación de América Latina y el Caribe de la pandemia de Covid-19 es una oportunidad de iniciar una nueva etapa en las relaciones económicas con China y de elaborar políticas que aseguren que sus inversiones contribuyan a construir capacidades productivas en los países receptores, a establecer vínculos con proveedores locales, a generar empleo y a promover el desarrollo sostenible».En paralelo a la disputa con Estados Unidos por el liderazgo en el despliegue de tecnologías digitales, en 2020 China fue el mayor inversionista en el mundo y el segundo receptor de IED. Además genera 18 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial y 22 por ciento de las exportaciones de manufacturas en el mundo. Su economía pasó de representar 1.3 por ciento de las salidas de IED en 1990 a 31.8 por ciento en 2020.La Cepal explica que desde 2010 se ha profundizado la presencia de empresas chinas en la región, pero «el cambio que se ha producido en estos 10 años en el patrón de las inversiones chinas en América Latina y el Caribe no coincide con el proceso de sofisticación tecnológica del país y ni con la evolución de sus empresas en el mundo».Hasta 2010, la IED en América Latina proveniente de China –incluido Hong Kong– no rebasaba los 400 millones de dólares anuales. Desde ese año supera los mil millones de dólares anuales. En total, entre 2005 y 2020 las empresas chinas concretaron 150 fusiones y adquisiciones en la región, por un total 83 mil millones de dólares y anunciaron 652 proyectos de inversión por un monto total de 75 mil millones de dólares.Según Cepal, la primera fase de inversiones chinas en la región iniciada en 2000, fue principalmente en hidrocarburos, minería metálica, agricultura y pesca, pero desde 2010 comenzó un proceso paulatino de diversificación, y las empresas chinas comenzaron a invertir en electricidad, infraestructura de transporte (puertos) y también en manufactura, sector financiero y tecnologías de la información y las comunicaciones.Hoy China busca invertir en tecnología a través del proyecto la Ruta de la Seda Digital, con proyectos en cables de fibra óptica y redes de telecomunicaciones, en comercio electrónico y sistemas de pagos móviles, proyectos relacionados con la industria espacial, centros de datos, investigación y ciudades inteligentes, pero aún sus fusiones y adquisiciones en los sectores tecnológicos de América Latina y el Caribe son escasas.Aparte de la IED, otro aspecto importante de la internacionalización de las empresas chinas son los contratos de construcción y los créditos a soberanos. Entre 2005 y 2020 en América Latina y el Caribe se registraron 99 préstamos por un monto total de 137 mil millones de dólares. El 93 por ciento de esos recursos se concentró en cuatro países: Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina.«El proceso de conversión de China en una potencia mundial tiene algunas características que lo diferencian del de otros países líderes, como la fuerte presencia de empresas estatales y el apoyo que el gobierno brinda a la internacionalización de las empresas por medio de beneficios fiscales y de financiamiento público, sobre todo a través del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación», explica el documento La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2021 de la Cepal.Sin pobreza extremaDetalla que China viene de tener en 1980 a 88 por ciento de su población en pobreza extrema; un indicador que no tiene comparación en ninguna potencia mundial. El avance en esta condición se debe «a una profunda transformación de la estructura productiva y al cierre de la brecha tecnológica, procesos que se impulsaron desde sucesivos planes de gobierno».El Instituto Tricontinental de Investigación Social señala que eEn 2021, el gobierno chino anunció que la extrema pobreza había sido eliminada en ese país de mil 400 millones de habitantes, como culminación de un proceso de siete décadas, que comenzó con la revolución china de 1949. Durante este tiempo, 850 millones de personas fueron sacadas de la pobreza, es decir, 70 por ciento de la reducción total de la pobreza en el mundo.Desde 2013 el gobierno chino gastó unos 246 mil millones de dólares para construir mil cien millones de kilómetros de caminos, dar acceso a Internet a 98 por ciento de las aldeas pobres del país, renovar las viviendas de 25.68 millones de personas y construir las nuevas para casi diez millones. Mientras, empresas estatales y privadas y amplios sectores de la sociedad se han movilizado para asegurar que –a pesar de la pandemia– los 98.99 millones de personas de los 832 condados y 128 mil aldeas que faltaban, salieran de la extrema pobreza.Mientras China ha estado reduciendo la pobreza, el resto del mundo ha retrocedido. Se estima que la crisis económica acelerada por la pandemia llevará a 251 millones de personas a la extrema pobreza en 2030, elevando la cifra total a más de mil millones.Ycomo parte de un plan quinquenal que busca profundizar el mercado interno y el desarrollo tecnológico, China pretende que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) aumente a una tasa de siete por ciento anual entre 2021 y 2025 (en 2018 alcanzó los 465 mil 200 millones de dólares). También se invierte más en la expansión del sistema de educación superior: en 2016, China otorgó 1.7 millones de títulos universitarios en ciencia e ingeniería frente a los 800 mil de Estados Unidos.Bajo este panorama «en los países de América Latina y el Caribe es crucial avanzar hacia una mayor comprensión del papel, la visión y la estrategia de ese país para adoptar frente a él una postura que les permita establecer una relación de beneficio mutuo», recomienda la Cepal.*Periodista económico, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)https://estrategia.la/2021/08/09/china-avanza-como-potencia-economica-en-america-latina-y-el-caribe/


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