La UNQ participó en la elaboración de la primera norma internacional sobre turismo accesible
La Organización Internacional de Normalización (ISO) ha publicado la primera norma mundial sobre turismo accesible, la ISO 21902 Turismo y servicios relacionados – Turismo accesible para todos– Requisitos y recomendaciones. Se trata de un estándar internacional con las mejores prácticas para que todas las personas puedan disfrutar del turismo en igualdad de condiciones.
Esta nueva norma, de alcance mundial, se ha elaborado en el Comité Internacional de Normalización ISO/TC 228 Turismo y servicios relacionados de ISO, en el que la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha coordinado el grupo de trabajo WG14, compuesto por 85 expertos de más de 35 países y cinco organizaciones relevantes en dicho ámbito, encargados de la elaboración de la norma. Por otra parte, Fundación ONCE ha asumido el liderazgo técnico y la Asociación Española de Normalización UNE, la secretaría y coordinación con ISO.
La Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), a través de la experta Mg. Águeda Fernández, participó como parte del Comité de especialistas de Argentina, en la elaboración de este nuevo estándar transversal, pionero a nivel internacional, enfocado al turismo accesible a lo largo de toda la cadena de valor de la industria turística.
Se trata de un negocio que en la Unión Europea supone un mercado potencial de 80 millones de personas; cifra que se eleva a 130 millones si se tiene en cuenta a los acompañantes. Más aún, se trata de un mercado en crecimiento, dada la pirámide poblacional en muchos países de Europa, algo que también vale para otras regiones del mundo.
Desde hoy, esta norma está también disponible en español como UNE-ISO 21902, tras ser traducida y adoptada al catálogo nacional de normas gestionado por UNE. La norma está dirigida tanto a los proveedores de servicios y operadores turísticos, como a las administraciones públicas y destinos turísticos.
La UNE-ISO 21902 establece los requisitos y recomendaciones para un turismo accesible. Por ejemplo, para que una playa pueda ser considerada accesible debe contar con duchas, aseos y rutas que puedan ser usados por todas las personas. Por su parte, las rutas peatonales accesibles en el entorno natural deberían contar entre otros aspectos, con un suelo estable continuo y sólido, disponer de señalización y proporcionar detalles sobre el itinerario antes del inicio de la ruta. Con carácter general en sus comunicaciones escritas, los establecimientos turísticos deberían usar un lenguaje sencillo y claro, siguiendo una secuencia lógica, con imágenes y símbolos gráficos cuando proceda, usando el contraste de colores y tipos de fuentes legibles.
Este estándar aspira a convertirse en una herramienta clave que haga realidad el derecho de todas las personas a disfrutar de turismo y ocio. A pesar de los avances en las últimas décadas, en muchos países aún queda camino por recorrer para que el sector del turismo tenga en cuenta las necesidades de más de 1.000 millones de personas con discapacidad en todo el mundo.
Debido a cómo los entornos, las infraestructuras y un amplio rango de servicios turísticos han sido concebidos, con frecuencia los turistas con discapacidad se enfrentan a una serie de desafíos, que pueden dificultar desde la planificación de su viaje hasta la experiencia en el destino. Esta norma pretende ser una palanca para promover dicho cambio.
A lo largo de 2021 y 2022, la OMT, Fundación ONCE y UNE, junto con expertos, lanzarán una campaña de sensibilización dirigida a sus miembros y asociados, poniendo de relieve la armonización de la oferta turística accesible, a escala global, a través de los estándares.
Universidad Nacional de Quilmes