La Universidad Pedagógica Nacional y la profesionalización de docentes indígenas en México – Por Gabriela Czarny y Gisela Salinas
Por Gabriela Czarny y Gisela Salinas*
Al igual que en varios países de Centro y Sudamérica, en México a partir de los años noventa del siglo pasado, se impulsaron cambios en las cartas magnas y en algunas leyes en las que se reconoce a los pueblos originarios y también afrodescendientes como sujetos de derecho. Enese marco,la educación escolar principalmente en preescolar y primaria para las comunidades indígenas, se promovió bajo los enfoques interculturales bilingües.Sin embargo, la persistencia de las desigualdades aun y bajo esas perspectivas son constantes, y se expresan en cifras que dan cuenta del inequitativo acceso y permanencia en el sistema educativo nacional de niñas, niños y jóvenes indígenas. La población indígena en México representa cerca del 25% del total, las personas que se autoadscriben como indígenas alcanzan 7,6 grados de escolaridad mientras que el promedio nacional es de 9,2. En el caso de la educación superior, la población hablante de una lengua indígena sólo representa el 3,02%, mientras que entre personas no hablantes de lengua originaria, el porcentaje es de 10,28. Estas inequidades tienen sus orígenes en la histórica desigualdad socioeconómica y las discriminaciones vigentes (Varela y Pech, 2021).
Celebración del Día de Muertos organizado por estudiantes de la LEI, en UPN, Ajusco, Ciudad de México, noviembre 2018. Autor: Archivo personal, Gabriela Czarny
Desde la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, se promovió la construcción de un sistema educativo nacional en el que se privilegió la formación de ciudadanos hablantes de una sola lengua -el español- y portadores de una identidad nacional. Ofrecer educación a la población indígena se ha concebido como una problemática que requiere atenderse y no como parte de una perspectiva de derechos, aún y cuando en las leyes ya se enuncia. Niñas y niños indígenas que lograron atravesar diversos niveles del sistema educativo lo hicieron invisibilizando sus identidades y adscripciones a comunidades y pueblos, procesos que tienen marcas profundas en su constitución como sujetos individuales y colectivos.
Estudiantes de la LEI, en curso, UPN, Ajusco, Ciudad de México, 2018. Autor: Archivo personal, Gabriela Czarny
A partir de los años setenta del siglo pasado, surgen las primeras propuestas de profesionalización y formación de docentes indígenas, producto de las demandas de organizaciones indígenas que pugnaban por su participación en la construcción de proyectos propios, así como por una educación descolonizadora. Quienes estaban al frente de las precarias escuelas rurales a las que asistía la niñez indígena eran promotores y maestros, provenientes de las comunidades y que se habían sumado al magisterio sólo con el nivel de estudios de secundaria, educación media superior o, en el mejor de los casos, de educación normal.
A partir de los años ochenta la Universidad Pedagógica Nacional México (UPN), institución con presencia en todo el país, impulsa el primer programa educativo en la región para la profesionalización de docentes indígenas. En 1982, inició la Licenciatura en Educación Indígena (LEI) en la UPN, Unidad Ajusco, dirigida a docentes y directivos. Se trata de un programa escolarizado que se cursa en cuatro años en la Ciudad de México y, hasta avanzado el inicio del siglo XXI, los docentes indígenas que ingresaban, mantenían su salario bajo la figura de una beca-comisión otorgada por autoridades educativas. Estos apoyos para profesionalizarse y radicar fuera de sus comunidades, se vieron interrumpidos con los procesos de afectación neoliberal a la educación pública. Aun así, por la LEI han pasado cerca de 40 generaciones con aproximadamente 1,300 egresadas/os, en su mayoría indígenas, hablantes de alguna lengua originaria.
Formadores de docentes con maestras y maestros en una sesión sabatina en UPN, programa LEPEPMI, Tuxtepec, Oaxaca. 1997. Autor: Archivo personal, Gisela Salinas.
El segundo programa se impulsó en 1990, unos años después que la SEP estableció que todos los docentes de educación básica, deberían contar con estudios de licenciatura. Para los maestros que se encontraban laborando sin estudios de este nivel, se propusieron programas de nivelación profesional. Los docentes indígenas demandaron un programa específico y así surgieron las Licenciaturas en Educación Preescolar y en Educación Primaria para el Medio Indígena (LEPEPMI) que se han ofrecido en 23 entidades federativas (provincias), 37 Unidades y 84 Subsedes de la UPN, y que acercaron la educación superior a pueblos y comunidades indígenas. Este programa requirió la conformación de grupos de formadores para la atención de las y los docentes indígenas en una modalidad semipresencial. A la fecha, maestras y maestros, se trasladan semanal o quincenalmente a las Unidades o Subsedes en las entidades para cursar la licenciatura. De las LEPEPMI han egresado, más de 45 mil docentes indígenas (Salinas, 2021).
La profesionalización indígena desde la LEI y las LEPEPMI ha tenido impactos diversos. Además de la docencia en preescolar y primaria indígenas, entre los egresados de estos programas, algunos participan como formadores, en las academias de las lenguas originarias, y otros son figuras claves en proyectos institucionales y en organizaciones indígenas. Haber accedido a programas en los que ser indígena tiene valor y donde se procura una reflexión desde y con las comunidades, ha potenciado el debate educativo y las perspectivas de su trabajo profesional,así como la construcción de propuestas educativas impulsadas desde abajo.
Celebración del Día de Muertos organizado por estudiantes de la LEI, en UPN, Ajusco, Ciudad de México, noviembre 2018. Autor: Archivo personal, Gabriela Czarny
Si bien los dos programas mantienen la denominación de indígena y no la de intercultural bilingüe, estas perspectivas han estado presentes en la formación, en el marco de los debates que en la región se han desarrollado. Un comentario frecuente entre estudiantes y egresados es que lo intercultural debiera trabajarse con los no indígenas que son quienes mantienen una visión y actitud discriminatoria y racista hacia los pueblos.
La militancia etnopolítica y las experiencias gestadas en estos programas de educación superior han contribuido, de distintas maneras, a fortalecer las identidades socio-comunitarias, los proyectos construidos desde pueblos y comunidades, así como a desenmascarar racismos e inequidades.
Sin embargo, y aun con los avances expresadosen cambios constitucionales y leyes que reconocen a los pueblos originarios y sus derechos a la participación en diversas esferas de la vida política en nuestros países, los muros del racismo estructural continúan vigentes, manteniendo la discriminación y desigualdades de todo tipo.
Referencias
Salinas, G. (2021). Las licenciaturas en educación preescolar y primaria para el medio indígena: una aportación de la UPN a la formación de docentes indígenas. México: UPN. En: http://editorial.upnvirtual.edu.mx/index.php/47-fasciculos/40-aniversario-upn/519-las-licenciaturas-en-educacion-preescolar-y-primaria-para-el-medio-indigena
Varela, I. A. y Pech, B. M. (2021) Racismos, educación y poblaciones indígenas y afrodescendientes en México. En Universidades, núm. 87, enero-marzo. UDUAL. En: https://www.nodal.am/2021/03/racismos-educacion-y-poblaciones-indigenas-y-afrodescendientes-en-mexico
*Estudios de Licenciatura en Antropología Social en la Universidad Nacional de Rosario, (Argentina) (UNR); Maestra y – Doctora en Ciencias con especialidad en Investigaciones Educativas por el Departamento de Investigaciones Educativas (DIE, CINVESTAV, México).
**Licenciatura en Antropología Socia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia.Tesis de licenciatura: Mujer y maestra: una aproximación antropológica a las maestras de educación primaria. Maestría en Antropología Social, Escuela Nacional de Antropología e Historia. Doctorado en Desarrollo Educativo con Énfasis en la formación de profesores.