La jugada maestra de la oligarquía boliviana – Por Roddy Martínez

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Por Roddy Martínez*

Los últimos datos que van saliendo a la luz por parte de los actores políticos de noviembre del 2019 en Bolivia y que ahora se encuentran en cárceles norteamericanas y bolivianas nos ayudan a entender un poco más los hechos suscitados en noviembre de 2019 ya que no vienen desde las filas del Movimiento Al Socialismo (MAS), sino desde la propia oposición.

Que Murillo haya sido detenido en Estados Unidos con pruebas claras de corrupción, y que varios personajes que cogobernaron con él indiquen que fue la manzana podrida solitaria del régimen no es casualidad. Que se sostenga que Mesa no quiso que la sucesión constitucional recaiga sobre la bancada mayoritaria en la Asamblea Legislativa y se le trate de endilgar como el principal golpista, nos dan un escenario en el cual cada quien se lava las manos como puede o que se van pasando la pelotita entre ellos, como vulgarmente se dice.

Los actores mayoritarios de los hechos de noviembre o los que le dieron el cuerpo a la oposición fueron una parte de las clases medias de las ciudades, claro está, ya que las clases privilegiadas en este país no pasan del 5%. El escenario de desgaste fue propicio para el golpe, la clase media asimiló una agenda común impulsada por los medios de comunicación hegemónicos, propiedad de ese famoso “5% privilegiado empresarial”.

Todos conocemos las consignas por las cuales se armó la movilización para el golpe y con las que se fue sistemáticamente carcomiendo la imagen del Gobierno del MAS:

1) Respeto al voto del 21-F, consigna legítima visto desde una parte de la clase media como respeto a la Constitución; más allá si fue impuesto o no por la oligarquía en la Asamblea Constituyente en 2009 el tema de la reelección por una sola vez para esta parte de la sociedad estaba plasmada en la CPE y debía cumplirse, más aún con un referéndum de por medio, que dicho sea de paso permitió usar la bandera de respeto a la democracia;

2) El tema de la corrupción, que es un problema estructural de cualquier Estado liberal que se haya conocido en el planeta;

3) Y el tema medioambiental, junto a otros. Todas consignas permanentes de las cuales los medios de comunicación hicieron bandera y que la oposición quiso liderar, mostrándose como los que darían solución a todos estos males que, según ellos, nacían del MAS.

El remedio resultó peor que la enfermedad, a las clases medias que salieron a marchar, bloquearon las rotondas o colgaron las pititas en las ciudades, no les tocó ni un centavo, no vieron modificaciones republicanas, peor aún la lucha contra la corrupción que se la generalizó; la Chiquitanía se quemó en mayor grado, para desgracias de los ecologistas de clase media, y el Estado no hizo nada para controlarlo; el nepotismo y el uso discrecional de los recursos se elevaron a niveles alarmantes, y estas clases medias movilizadas terminaron en peores condiciones que las que se encontraban con el Gobierno del MAS.

Esta fue la jugada maestra de la oligarquía, impulsaron con sus medios de comunicación un sentido común y se aprovecharon de las reivindicaciones que una parte de la clase media exigía para encabezar una lucha que terminó, y los hechos lo demuestran, beneficiando solo a una pequeña élite empresarial, a la oligarquía.

El golpe de Estado resultó en un golpe económico directo a las clases medias, disminuyendo sus ingresos, generando desempleo alarmante y colocando en la pobreza a otros miles; y, en contrapartida, significó privilegios para una élite empresarial mediante la condonación de impuestos a grandes empresas, quiebre de empresas estatales en favor de otras privadas, paralización de la inversión pública, sobreprecios y corrupción en las compras estatales y cuoteo de cargos estatales a familias enteras.

Así que no es que Murillo sea la única manzana podrida, sino que podridas estaban todas las manzanas de la canasta. Desde Áñez, con un racismo exacerbado en sus declaraciones, desde la misoginia de Murillo y el fascismo de Camacho, pasando por el neoliberalismo latente de Óscar Ortiz y terminando por el arribismo intelectual de Mesa y su revolución ciudadana (derivada del latín civítas, civitátis, que significa ‘ciudad’, y se compone con el sufijo “-ano”, que indica pertenencia o procedencia…).

Una expresión criolla y colonial desde los tiempos de la República que se utilizó para reconocer derechos de las personas de las ciudades y no así de las del campo, es todo este conjunto del noviembrismo que actuó el 2019 y se benefició de las movilizaciones de sectores de clase media convirtiéndolo en golpe de Estado.

Aún se pueden esperar más declaraciones y datos pero el camino cada vez es más claro y difícil de refutar, ya que estos testimonios salen desde los mismos actores de la oposición y no así del oficialismo.

*Economista bolivianos, analista en temas económicos y políticos.


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