Se vuelve a posponer la cumbre de cancilleres del Mercosur por falta de consenso sobre la flexibilización del bloque

Foto: vía El Economista
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Mercosur, sin cumbre por ahora: Brasil agarra la presidencia pro-tempore en julio

Finalmente, se suspendió nuevamente la reunión entre los cancilleres de los cuatro países miembros del Mercosur para debatir, entre otras cuestiones, la flexibilización del bloque.

En un principio, el encuentro estaba pautado para el martes 8 de junio. Sin embargo, buscando mayor consenso, se retrasó hasta el 15 de junio. Ahora, la reunión fue nuevamente pospuesta, pero esta vez no se fijó una nueva fecha.

Los presidentes de Brasil y Uruguay, Jair Bolsonaro y Luis Lacalle Pou, respectivamente, están impulsando una modernización del Mercosur. Con una postura más liberal, ambos pretenden reducir el Arancel Externo Común a la mitad (su promedio es del 13%) y que cada miembro pueda negociar acuerdos comerciales individualmente.

Sin embargo, Argentina, con una postura más proteccionista, se opone a eso. En las últimas semanas, gracias a varias negociaciones diplomáticas, nuestro país sumó el apoyo de Paraguay, que también apoya una flexibilización, pero no tan abruptamente.

La semana pasada, la UIA y su par de Brasil (la CNI) manifestaron su posición, y fue coincidente con la de Argentina. Lo mismo habían dicho, unos días antes, Fernando Henrique Cardoso y Lula.

A esa oposición, se añade el hecho de que las relaciones entre el presidente Alberto Fernández y sus pares brasileño y uruguayo no están en su mejor momento.

Con el primero, tras declarar que los “brasileños salieron de la selva”, se generó una gran tensión.

Con el ríoplantense, las cosas no mejoraron mucho desde que Lacalle Pou llamara indirectamente “lastre” a Argentina en el marco del 30° aniversario del bloque. En la Casa Rosada ya sabían del descontento charrúa con la operatoria del bloque, pero consideraron que Lacalle jugó “sucio”.

Este mes, además, finaliza la presidencia pro tempore de nuestro país en el Mercosur y pasará a Brasil por los próximos seis meses. Durante ese período, se espera que Paulo Guedes, ministro de Economía de Bolsonaro, presione mucho más para modernizar el bloque.

La semana pasada, los equipos de Lacalle Pou y Bolsonaro se juntaron para afinar la estrategia en Brasilia. La posición de Guedes, sin embargo, no es la misma que la de la diplomacia de Brasil, con sede en Itamaraty.

Argentina sigue firme con el artículo 1° del Tratado de Asunción, que manifiesta que las negociaciones con terceros países y bloques regionales se hacen en conjunto, pero se muestra más receptivo en la negociación por el AEC. Más por necesidad que por convicción.

“Hay una diferencia que estamos tratando de superar en lo relativo al AEC. Argentina tenía una propuesta de convergencia en el 25% del nomenclador, y finalmente, trabajando en conjunto con los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, alcanzamos una convergencia del 75% del arancel restando todavía 25% a resolver con nuestros socios. Argentina optó por no afectar los bienes finales, resguardar la competitividad de nuestro sector industrial para no afectar a los sectores más sensibles. Creemos que se puede avanzar en este marco”, subrayó el secretario de Relaciones Económicas, Jorge Neme, el viernes pasado.

Un consenso en ese tema podría calmar un poco los ánimos y evitar escenarios negativos que, aun siendo improbables hoy, no pueden descartarse y han crecido en los últimos meses. Por ejemplo, que alguno “tome otro barco”, como sugirió el propio Fernández.

El Economista


Mercosur: Uruguay aún confía en cambiar posición contraria de Argentina

Las autoridades del gobierno uruguayo aún confían en que podrán convencer al gobierno de Alberto Fernández de acceder a flexibilizar la normativa del Mercosur, y así se le permita a Uruguay -y al resto de los países miembros- negociar acuerdos comerciales con otros bloques y países de forma independiente. Sin embargo, la posición de los argentinos no muestra un solo guiño hacia el objetivo uruguayo; más bien, todo lo contrario.

Mientras los uruguayos siguen armando la estrategia para conseguir el voto afirmativo de Brasil, Paraguay y Argentina para flexibilizar las normas del Mercosur, el secretario de Relaciones Económicas de Argentina, Jorge Neme, ya adelantó su posición en contra. “No compartimos la posición de que cada país inicie negociaciones de manera individual”, dijo en un evento sobre el futuro del Mercosur que fue publicado en la página oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

Esta salida forma parte del movimiento de fichas que todos los jugadores están haciendo de cara a la próxima reunión del Mercado Común del Sur, prevista para fin de mes.

El canciller uruguayo Francisco Bustillo y la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, armaron una intensa agenda con sus pares paraguayos y brasileños. El objetivo es conformar una estrategia conjunta para presentarse en bloque ante Argentina, y convencer a ese país de ir por la flexibilización.

Uruguay ya tiene el beneplácito de Brasil, pues su presidente, Jair Bolsonaro, lo dejó en claro cuando se reunió con Luis Lacalle Pou el 3 de febrero en Brasilia. “Uruguay es un amigo nuestro, un país importante que integra el Mercosur. Conversamos sobre la posibilidad de flexibilizar para cada país sus negocios con otros países”, dijo ese día el mandatario norteño.

Paraguay tiene un posicionamiento menos definido, y en las últimas conversaciones asumió una posición más neutral. La semana pasada Bustillo y Arbeleche viajaron a Asunción y se reunieron con el ministro de Relaciones Exteriores, Euclides Acevedo, y el ministro de Hacienda, Oscar Llamosas. Desde Presidencia de Uruguay informaron a El País que el largo intercambio fue positivo y hubo puntos de acuerdo.

Ayer los dos jerarcas del gobierno local viajaron a Brasilia para reunirse con el canciller brasileño, Carlos Alberto França, y el ministro de Hacienda, Paulo Guedes. Las fuentes oficiales consultadas por este medio señalaron que la reunión fue “muy buena”, que hay avances para aspirar a esa flexibilización del bloque regional.

Pero en este tipo de discusiones dentro del Mercosur se necesita el aval de los cuatro miembros: no se aprueban por mayoría, sino que salen por consenso.

En ese sentido, si no se logra convencer a Argentina, la idea naufragará como lo viene haciendo desde hace varios años atrás. Les pasó al colorado Jorge Batlle, a los frenteamplistas Tabaré Vázquez y José Mujica, y ahora los mensajes desde Argentina parecen indicar que le ocurrirá lo mismo al blanco Lacalle Pou.

Por eso, el equipo de asesores del jefe de Estado uruguayo ha analizado las otras alternativas para conseguir acuerdos de libre comercio con países o bloques del mundo, si no se consigue el objetivo inicial de flexibilizar el Mercosur.

La estrategia pasará por un sistema similar al que se logró con México. Uruguay consiguió firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con ese país, que se suscribió durante la XIII Cumbre Iberoamericana el 15 de noviembre de 2003 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y entró en vigencia en 2004. En ese caso se recibió la autorización de los otros tres miembros del Mercosur para habilitar a Uruguay, luego de largas negociaciones.

La semana pasada Lacalle Pou dijo en un evento por videoconferencia con la Unión de Exportadores del Uruguay que se ha generado “una falsa dicotomía” sobre la postura de los países del Mercosur en torno a la flexibilización.

“Estamos en plena negociación por el tema del Mercosur, sobre el cual se ha generado una falsa dicotomía. Acá no se trata de pegar el portazo ni de alejarse”, dijo el presidente. “Uruguay les está diciendo a los socios del Mercosur: ‘Vamos a jugar contra el resto del mundo. Vamos a salir a los países que hoy son socios estratégicos y los que aún no lo son’”, argumentó Lacalle.

Neme: “Fortalecer el Mercosur y no pensar en salidas individuales”

Para el gobierno argentino el Mercosur está bien cómo está y flexibilizar sería debilitarlo. Su posición se ha reafirmado luego de la última Cumbre de jefes de Estado, donde Lacalle Pou dijo que hoy era “un lastre”. “Nosotros tenemos vocación de integración regional, Mercosur. Tenemos vocación de que el Mercosur sea un trampolín y no un corset o un lastre”, declaró el uruguayo el 26 de marzo de este año.

Su posición lo enfrentó a Alberto Fernández quien respondió que no querían ser “un lastre para nadie” y que si algún país así lo sentía podía bajarse del barco.

Ayer, el secretario de Relaciones Económicas, Jorge Neme, participó de la jornada “Mercosur. Presente y futuro” y dijo que su gobierno pretende ajustarse a la norma vigente. “El Mercosur tiene que respaldarse en el artículo 1 del Tratado de Asunción, que manifiesta que las negociaciones con terceros países y bloques regionales se hacen en conjunto”, dijo según el comunicado oficial de la cancillería argentina divulgado ayer.

La posición del gobierno de Alberto Fernández, y antes también de los Kirchner, ha sido proteccionista con la industria local. “Es fundamental para la industria argentina resguardar el Mercosur, que tiene como primer destino internacional los países del bloque. Desde este punto de vista es clave pensar que para la reconstrucción del tejido social y productivo es necesario fortalecernos como bloque y no pensar en salidas individuales”, planteó el canciller Neme.

Sus declaraciones, si bien no nombran a Lacalle Pou, van en clara alusión a los posicionamientos de los últimos gobiernos uruguayos, que pretenden se les permita salir a acordar tratados comerciales con otros bloques o países.

El País


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