Presidentes del Mercosur realizan una cumbre virtual para celebrar los 30 años del bloque

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EN VIVO: Reunión de Jefes de Estado del Mercosur al cumplirse 30 años de su creación


El Presidente encabezará la conmemoración virtual de los 30 años del Mercosur

El presidente Alberto Fernández mantendrá una reunión virtual con sus pares de Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile para conmemorar el 30° aniversario de la firma del Tratado de Asunción por el cual se creó el Mercosur.

Las palabras de apertura, en la que será presentado el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur (ECM), estarán a cargo de Alberto Fernández, a cargo de la Presidencia Pro Témpore del bloque.

La ceremonia se iniciará a las 10 con la reproducción de un video conmemorativo y se transmitirá desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, informaron fuentes oficiales.

Luego de la presentación de Fernández, hablarán sus pares de la República Federativa de Brasil, Jair Bolsonaro; de la República del Paraguay, Miguel Abdo Benítez; de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou; del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce; y de la República de Chile, Sebastián Piñera.

El Estatuto, que será presentado por el canciller Felipe Solá, compila derechos y beneficios que impactan en forma directa en la vida de los habitantes de los países integrantes del bloque en materias diversas como circulación de personas y residencia, fronteras, trabajo, seguridad social, educación, cooperación consular, comunicaciones y defensa del consumidor.

Es el resultado de un Plan de Acción a diez años de que los países miembros se propusieron, en 2010 y en consonancia con la estrategia de adoptar un enfoque multidimensional de la integración, alcanzar un desarrollo sustentable con justicia e inclusión social, añadieron las fuentes.

Cuestiones como la posibilidad de que un ciudadano de un país del Mercosur obtenga de forma simplificada la residencia en otro del bloque y acceda a un trabajo formal, estudie y ejerza sus derechos y libertades en las mismas condiciones que los nacionales; o tramitar el reconocimiento de un título primario o secundario y que se le dé validez como en el país de origen; son algunos de los derechos incluidos en el ECM.

Un gran potencial enrecursos naturales y alimentos

Con casi 300 millones de habitantes y una superficie cercana a los 15 millones de kilómetros cuadrados (un 50 por ciento más grande que el continente europeo, similar al tamaño de Rusia), el Mercosur es conocido por su gran potencial en materia de recursos naturales y alimentos.

El bloque vende el 63 por ciento de la soja del mundo y es el principal exportador mundial de carne vacuna y de pollo, de maíz, café y hierro, así como también es el octavo productor mundial de automotores.

Su Producto Bruto Interno (PBI) alcanzó en 2019 los 4.467 billones de dólares -medido por paridad de poder adquisitivo-, lo que lo coloca, en bloque, como la quinta economía más grande del mundo.

El Mercosur se creó formalmente el 26 de marzo de 1991, con la firma del denominado Tratado de Asunción por parte de los presidentes de sus cuatro países fundadores: Carlos Saúl Menem por Argentina, Fernando Collor de Melo por Brasil, Andrés Rodríguez por Paraguay y Luis Alberto Lacalle Herrera por Uruguay.

Allí establecieron un área de libre comercio y la adopción de normas comunes, que se reflejaron en el Tratado de Asunción, que buscaría la consolidación del Mercosur favoreciendo la cooperación y complementación entre gobiernos y actores económicos y sociales de sus países miembros.

Presidencia Pro Témpore

La Argentina ejerce desde el 16 de diciembre pasado la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, que se extenderá durante el primer semestre de este año.

En ese período, la Argentina coordinará las diferentes reuniones de los órganos decisorios del Mercosur, como la Comisión de Comercio (CCM), el Grupo Mercado Común (GMC) y el Consejo del Mercado Común, y sus foros técnicos dependientes.

Este período semestral finalizará con la realización de la Cumbre de Presidentes de los Estados Partes del Mercosur.

Además de los seis países que participarán, el Mercosur tiene también como países asociados a Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam; mientras que Venezuela está suspendido como miembro pleno.

Télam


El Mercosur en su peor momento: exportaciones en baja, tensión política y escasos acuerdos comerciales

Por MARTÍN DINATALE

Ni Raúl Alfonsín o el brasileño José Sarney imaginaron en 1985, cuando fundaron el Mercosur en Foz de Iguazú, que después de 30 años de vida este bloque regional pasaría por su peor momento económico y quedaría limitado a una unión aduanera con magros resultados a la vista: la caída histórica de sus exportaciones, un comercio intra-zona cada vez más debilitado, escaso nivel de acuerdos de libre comercio con otras regiones y barreras arancelarias de las más elevadas en América latina.

No hay mucho para festejar en estos 30 años del Mercosur y las diferencias ideológicas recientes signadas entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay sólo profundizan el deterioro de este bloque regional que alguna vez fue la esperanza de brillo en el cono sur.

Alberto Fernández y sus pares del Mercosur mantendrán una cumbre virtual del bloque bajo la idea de revitalizar los acuerdos históricos y conmemorar su fundación. Pero en los hechos estos festejos aparecen como una suerte de cinismo frente al conjunto de países que integran el bloque y que en 30 años no han logrado avanzar demasiado en términos económicos o políticos.

El último informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) que dirige Marcelo Elizondo sostiene que el Mercosur es, de la veintena de acuerdos regionales de integración que existen en todo el mundo, el que menos relación exportaciones/PBI logra: menos de 15% contra más de 30% en el promedio mundial. Además, los niveles de arancelamiento externo de los cuatro países del bloque se encuentra por encima del 9,2 mundial, lo que eleva el costo para operar en comercio exterior.

Las políticas cerradas del Mercosur de los últimos años han generado una escasa relación económica fuera de sí mismo. «Tiene el formato de una Unión Aduanera (UA), que es una modalidad de acuerdo internacional poco usada en el mundo (donde se han preferido acuerdos más flexibles y dinámicos)», sostiene Elizondo. En la veintena de bloques comerciales que hay en el mundo el PBI del Mercosur equivalió al 2,9% del producto mundial y las exportaciones del bloque equivalieron solo al 1,4% del total mundial (la participación es de menos de la mitad de la participación en el producto mundial).

Paradojas del destino: el Mercosur que se figura entre las siete economías del mundo es el bloque que menos exporta a nivel mundial, no ha logrado aún una moneda común ni pudo establecer instituciones sólidas en el tiempo. El Parlasur aparece como un parlamento con escaso peso político y más bien limitado a expresiones de alto perfil ideológico.

Un informe que circula en los despachos del canciller Felipe Solá y su gabinete, al que tuvo acceso El Cronista, revela que «los niveles actuales del Mercosur marcan la menor participación del comercio intra-zona en el total».

A la vez, el documento sostiene que en línea con el bajo nivel de comercio, las exportaciones del bloque comparadas con el resto del mundo acentuaron su tendencia hacia la primarización, fenómeno más marcado en las exportaciones de Brasil, señala el mismo informe.

Si bien el sector automotor es el que concentra el comercio intra-zona, el informe que está en poder de Solá menciona que otros sectores industriales fueron perdiendo participación relativa en el mercado regional. Y los acuerdos bilaterales en el sector automotor han tendido a fortalecer la integración regional, limitando el comercio y sus desbalances (en vehículos principalmente). «Sin embargo, los efectos en materia de integración y equilibrio son relativos. Si bien es el sector más integrado del bloque, no ha sido un proceso balanceado, ni entre los socios ni entre los propios eslabones», sostiene el documento.

Está claro que el comercio de servicios del Mercosur fue de los pocos índices que mostró mejoras. El bloque registró un fuerte crecimiento entre 2003 y 2010 en ese rubro y en los últimos 15 años hubo un mayor dinamismo de las importaciones de servicios, lo cual acentuó el déficit estructural.

El comercio total del Mercosur en la primera década desde su creación se fortaleció en el comercio intra-zona. Sin embargo, los últimos 20 años tuvieron una expansión del comercio extra-zona impulsada sustancialmente por mayores exportaciones de commodities. Y la participación del comercio dentro del bloque está «entre los mínimos históricos y las exportaciones extra-regionales son 8 veces las exportaciones hacia adentro del bloque», sostiene el informe reservado.

En materia de negociaciones del bloque en conjunto con terceros hubo escasos avances en los 30 años del Mercosur. Se logró un histórico acuerdo con la Unión Europea pero no se logró concretar en la práctica y es muy probable que eso lleve más de 10 años.

A la vez, actualmente hay una fuerte tensión entre la postura más conservadora de la Argentina por abrir tenuemente el bloque a nuevos mercados y la tesitura de Brasil o Uruguay de flexibilizar cuanto antes hacia acuerdos de libre comercio. En las negociaciones abiertas desde el bloque se esperan acuerdos con India, Canadá, Líbano, Singapur, Corea del Sur y el EFTA. Queda pendiente también la apertura del Mercosur a la Alianza del Pacífico y la incorporación de Bolivia como miembro pleno, un debate que hoy genera resistencias desde el Brasil de Jair Bolsonaro enfrentado con Alberto Fernández.

DESAFIOS Y CAMBIOS

El secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería, Jorge Neme, expresó que «el Mercosur cumplió una etapa y debe discutir cuál va a ser la agenda del futuro. El mundo de hoy tiene otras relaciones, la emergencia de China cambió el tablero del poder mundial y se transformó en un socio importante de la región debido a su demanda de alimentos, tenemos que rediscutir esta agenda pasada la celebración de los 30 años».

El ex embajador en Estados Unidos y actual presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI); José Octavio Bordón, dijo que «la histórica decisión de Argentina y Brasil expresada en la Declaración de Foz de Iguazú en 1985 dejó atrás décadas de desconfianza estratégica entre ambos países y fue la piedra fundamental del Mercosur».

En diálogo con El Cronista Bordón remarcó que «paradójicamente en el momento de creciente globalización se produjo el retroceso y debilitamiento del Multilateralismo. Frente a esta realidad es necesario sacar al Mercosur del estancamiento y desconfianza que está viviendo. Esto exige renovarnos para buscar una actualizada convergencia en la diversidad. Profundizar nuestros acuerdos estratégicos, incrementar el comercio interno entre nuestros países y articular cadenas productivas entre nosotros y con otras regiones para participar activamente en el comercio global».

Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), tiene una mirada más optimista del futuro del Mercosur: «el 30° aniversario del Mercosur es una oportunidad para reafirmar el compromiso de la industria con la integración productiva regional. Para alcanzar ese objetivo, tenemos que transitar un camino con muchos desafíos urgentes y necesarios todavía, imprescindibles para que la región y nuestros países crezcan y se desarrollen».

Consultado por El Cronista, Acevedo remarcó que en un mundo cada vez más competitivo en materia de exportaciones con valor agregado, «el Mercosur es la plataforma sobre la que cada socio puede potenciar sus activos. Y requiere de una estrategia conjunta, de voluntad política y del compromiso de todos los actores que lo conformamos para llevarla adelante». La UIA, al igual que sus contrapartes del Mercosur, cree que podrá contribuir proactivamente en temas fundamentales en negociación tales como el arancel externo común, las reglas de origen, la convergencia regulatoria y las negociaciones comerciales con terceros mercados.

El ex embajador en China, Diego Guelar, uno de los mayores entusiastas del bloque regional desde hace varios años admitió que «el Mercosur enfrenta el dilema entre profundizar la integración o retroceder hacia una mera Zona de libre comercio. La integración es un mecanismo de identidad común con aspectos políticos, de defensa y culturales integrales, además de la cuestión arancelaria. Dividirnos y negociar cada uno por su lado -ser solo una ZLC- nos debilita».

Para el actual embajador argentino en Uruguay, Alberto Iribarne, «el mayor desafío que tiene el Mercosur será desideologizar las propuestas. A la gran mayoría les conviene, sean más liberales o más progresistas, un Mercosur más fuerte más unido, con más protagonismo y mayor inserción en el mundo. Profundizar la integración a través de la modernización de la agenda del bloque supone un programa de pasos concretos». Para ello Iribarne dijo a El Cronista que «debe plantearse un abordaje integral de sus problemas, tanto intrazona como en su relacionamiento externo, una visión estratégica de largo plazo que parta de una lectura clara del escenario regional y mundial de los años venideros y un involucramiento de los sectores económicos y sociales».

En tanto, el embajador en Brasil, Daniel Scioli, cree que para fortalecer el Mercosur en adelante hará falta «aumentar el comercio y lograr una mayor integración productiva intra Mercosur». Para ello, Scioli propuso solucionar las controversias que giran en torno al agro y mejorar la conectividad para bajar los costos de producción.

Todo esto forma parte de un decálogo de buenas intenciones si el Mercosur no logra despegar como bloque y se limita a ser una unión aduanera de escaso impacto en la economía global.

El Cronista


Las centrales sindicales del Mercosur y la Unión Europea unifican rechazo al acuerdo y piden participar de las negociaciones

Por Juan Piscetta

El 30° aniversario de la firma del Tratado de Asunción que dio a luz al Mercosur tendrá como novedad el puntapié a un reagrupamiento sindical a nivel internacional. Ante la presencia de funcionarios y diplomáticos, las centrales obreras de los bloques del Cono Sur y de la Unión Europea lanzarán hoy un “Foro laboral”, con el objetivo de rechazar los términos de la asociación birregional Mercosur-UE y presionar para que los representantes del movimiento obrero tengan participación en las negociaciones.

Al igual que la cumbre de presidentes del Mercosur, que será encabezada por el presidente Alberto Fernández, el lanzamiento del Foro Laboral será de manera virtual, a partir de las 12 de este viernes. Los conductores del evento son la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS) y la Confederación Europea de Sindicatos (CES). En lo formal, las dos entidades representan a las principales organizaciones del sindicalismo de los países de ambas áreas económicas, entre las que se incluye la CGT y las CTA argentinas.

La CCSCS y la CES ratificarán, ahora de manera unificada, su oposición al acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que se selló el 28 de junio de 2019, tras veinte años de negociaciones. Los sindicatos argumentan que fueron vetados -junto a los empresarios- de participar del diseño del tratado internacional, lo que “desconoce el rol democrático” que tienen este sector de la sociedad como “agentes fundamentales del desarrollo sostenible”.

En una declaración conjunta, la Coordinadora del Cono Sur como la Confederación Europea deslizaron un grupo de críticas al acuerdo Mercosur-UE, entre ellas, la no inclusión de garantías de “protección ambiental y el respeto de los derechos humanos y laborales”, la exclusión de los sindicatos en el “monitoreo y garantía del respeto de los compromisos con las normas laborales internacionales fundamentales” y la falta de un “Foro Laboral específico que supervisaría la implementación de la dimensión laboral”, como la ausencia de sanciones y controles en materia laboral.

Además, tampoco “considera las sensibilidades y asimetrías de las dos partes”, como el riesgo que implica para las industrias nacionales del Mercosur y el sector agrícola de la Unión Europea; carece de una “exención general para los servicios públicos” en lo que respecta a liberalización de servicios, y no incluye “mecanismos efectivos para promover las pequeñas y medianas empresas, como el apoyo financiero y la transferencia de tecnología”, entre otros aspectos.

Las entidades sindicales se hacen eco de los temores que genera el tratado de libre comercio en la actividad productiva. Consideran que existe un “sesgo comercial” que abandonará el mandato de profundizar la relación histórica entre el Cono Sur y el Viejo Continente, que tenía la intención de generar un modelo desarrollo sostenible y con justicia social. Por eso, instan a los representantes de la Unión Europea y del Mercosur a “tener debidamente en cuenta las preocupaciones de los trabajadores y trabajadoras”.

El sindicalismo ante la integración

El ala sindical de la puja comercial hará una demostración de presencia este viernes ante las autoridades políticas que llevan adelante las conversaciones. La actividad será encabezada por el uruguayo Fernando Gambera, titular de la Coordinadora del Cono Sur y dirigente de la central PIT-CNT; y el italiano Luca Visentini, por parte de la CES. Habrá también apoyo gremial global, como la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Sharon Burrow, la entidad sindical más grande del mundo que aglutina a organizaciones de 163 países y representa formalmente más de 200 millones de trabajadores.

Entre los diplomáticos el nombre más destacado es el de Pablo Grinspun, embajador argentino para la Unión Europea; el director de Asuntos Internacionales del Mercosur, Darío Celaya; y Gerardo Corrés, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Trabajo. También habrá funcionarios de la contraparte del Viejo Continente, como referentes de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.

Las organizaciones sindicales llegan tarde a la discusión del acuerdo UE-Mercosur, aunque no está todo definido. Después de la firma del acuerdo marco en 2019, recordada por el anecdótico llanto de festejo del ex canciller Jorge Faurie en el gobierno de Mauricio Macri, se abrió un período de revisión legal y de ajuste del texto, para ser luego traducido y aprobado por cada parlamento de los países adherentes.

Sin embargo, la versión final del documento no se cerró y el acuerdo de integración entró un terreno de incertidumbre, con el cambio político en Argentina desde la llegada del gobierno de Alberto Fernández, y el rechazo del brasileño Jair Bolsonaro a adecuarse a una política ambiental sustentable. El golpe más fuerte lo dio la propia Unión Europea, que oficializó su negativa a firmar los términos del acuerdo tal como están.

La intención de los negociadores es destrabar y modificar el capítulo ambiental, a raíz del impacto que tendrían las exportaciones primarias en la Unión Europea y las débiles regulaciones en relación al cambio climático. El ambientalismo está organizado políticamente y con capacidad de movilización en Europa. Esos cambios no serían suficientes para convencer a todos los protagonistas, sobre para quienes velan por resguardar los intereses industriales en el Mercosur.

Con el lanzamiento del Foro Laboral, la Coordinadora intenta recuperar el protagonismo que llegó a tener en los años noventa en el Mercosur, cuando el bloque daba sus primeros pasos. Se creó en 1986, casi en espejo al Mercosur: su primera tarea fue intervenir en la integración. Era otra etapa del mundo y de la globalización, donde la mayoría de los países confluían hacia el multilateralismo y a los organismos de libre comercio tras la finalización de la Guerra Fría.

Por entonces, el agrupamiento sindical pudo torcer el curso de algunas negociaciones del bloque regional y tuvo éxito en la inclusión de una dimensión laboral. De esa intervención de alta diplomacia se creó que Subgrupo de Trabajo (SG11), la primera institución laboral del organismo; y se sancionó la Declaración Sociolaboral del Mercosur, primero en 1998 y luego en 2015, uno de los pocos institutos con capacidad de regulación de las relaciones laborales en la región. En 1999, cuando el Mercosur enfrentaba su primera crisis por la devaluación del real y la fuerte caída del comercio intrabloque, la Coordinadora fue uno de los pocos grupos con iniciativa para defender al organismo. Desde el siglo XX en adelante hubo pequeñas reformas, y el bloque perdió vitalidad. En 2021 el contexto es otro. Tanto el Mercosur como la Unión Europea están debilitados por la crisis generada por el coronavirus, las divisiones políticas internas y el antiglobalismo.

Infobae


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