Paraguay | Mujeres indígenas defienden sus comunidades ante el avance del monocultivo

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Mujeres Qom de Paraguay defienden sus comunidades en pandemia ante el avance del monocultivo

Por Concepción Oviedo

Las defensoras ambientales y artesanas de Santa Rosa, mujeres indígenas del pueblo Qom ubicado en el distrito de Benjamín Aceval, Chaco paraguayo, llevan meses organizándose en defensa de su territorio junto a otras 4 comunidades del mismo pueblo. El objetivo es frenar el avance de un proyecto extractivista de monocultivo de Eucalipto impulsado por la ONG Fundación Paraguaya.

El pueblo Qom, organizado en 8 comunidades, vive desde hace 36 años en un territorio de 1.117 hectáreas con título colectivo. Es decir, cualquier acción debe ser acordada entre todas las comunidades, el uso de la tierra debe ser para el beneficio comunitario.

La ONG Fundación Paraguaya realiza proyectos sociales con comunidades en varias ciudades del país. Según cuentan en su página web, su visión es “un mundo sin pobreza donde todos queramos vivir”. La misma es dirigida por el empresario y político Martín Burt, ex Intendente de la ciudad de Asunción por el Partido Liberal (1996-2001) y ex Jefe de Gabinete del gobierno de facto de Federico Franco, instalado luego del golpe de Estado (algunos llaman golpe parlamentario) contra el expresidente Fernando Lugo.

Avance de un proyecto de monocultivo en pandemia

El Chaco se caracteriza por tener la tierra muy árida y la deforestación profundiza el problema de suelo y acceso a agua, el proyecto de monocultivo de eucaliptos es visto como una amenaza al medio ambiente. “Hace 3 años se instaló su proyecto, en agosto entraron con todo a la comunidad, hicieron cercados, deforestación de árboles nativos y medicinas naturales, han destruido totalmente”, explicó Bernarda, lideresa de la comunidad de Santa Rosa.

Además, los trabajos avanzaron cerca del cementerio, donde están los restos de los antepasados de quienes viven en la comunidad.

El 31 de julio se presentó una denuncia ante la Fiscalía del Medio Ambiente y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), solicitaron acompañamiento para frenar el avance del desmonte de árboles nativos.

Otro punto central para entender la situación, es que el proyecto que busca sembrar en 20 hectareas de tierras, no han realizado la consulta a todas las comunidades. Han pasado por encima del “Protocolo para el proceso de Consulta y Consentimiento Libre, Previo e Informado con los pueblos indígenas del Paraguay”, mecanismo que rige por decreto 1039 desde el 28 de diciembre del 2018, para las comunidades indígenas y debe ser acompañada por el INDI.

Corte de ruta y movilizaciones

La lideresa Bernarda, junto a sus hermanas y hermanos de las comunidades, sabían que no podían quedarse a esperar de brazos cruzados una respuesta por parte del Estado. Por ello, realizaron el 4 y 5 de agosto, cortes de ruta y movilizaciones en el km. 49 en la ruta “Dr. Carlos A. López”, comúnmente conocido como TransChaco.

Durante dos días expresaron públicamente su descontento con el proyecto que avanzaba, sin haber hecho la Consulta Previa, Libre e Informada con todas las comunidades del Pueblo Qom. Tras dos días de movilización lograron la suspensión temporal y una mesa de diálogo.

De forma tajante la lideresa Qom y defensora de medio ambiente dijo: “El Covid no nos va a matar, las empresas transnacionales sí. El campo necesita agua, la gente necesita agua, no eucalipto”, cuenta Twitter de CONAMURI.

La lideresa destacó el apoyo solidario nacional e internacional recibido a través de las redes sociales, a su vez, solicitaban mediante las cuentas de Conamuri, seguir acompañando el proceso, hasta lograr la revocación del convenio firmado entre la Fundación Paraguaya, y dos de las comunidades del pueblo Qom. También a nivel nacional organizaciones de la sociedad civil llevan una campaña: “No en nuestra tierra, Pueblo Qom”.

Violencia en las comunidades

Pese a todas las acciones y acuerdos de frenar el avance del desmonte de los árboles, éste no fue respetado. Y la violencia escaló en las comunidades. El 27 de octubre, Bernarda Pesoa fue golpeada por indígenas de las comunidades que apoyan el proyecto. Fue a raíz de que las mujeres de Santa Rosa habían puesto el cuerpo para defender su territorio. No fue la única vez, en otras ocasiones las mujeres ya recibieron amenazas, las cuales fueron grabadas con un celular por una de las jóvenes indígenas. La Fundación Paraguaya, en un comunicado público, deslindó responsabilidad ante los hechos de violencia y señaló que se trataba de un problema interno entre las comunidades.

El 2 de noviembre se convocó a una reunión virtual, ante la gravedad de la situación y el pronunciamiento masivo de referentes sociales nacionales e internacionales y medios de comunicación. Se definió que no podía avanzar el proyecto sin la consulta y el consentimiento de las 8 comunidades. “Las autoridades y el INDI no hacen nada, solo promesas que no cumplen, el MADES tampoco. La Comisión de Pueblos Indígenas del Senado dijo que debía parar la actividad del cultivo después de la violencia que hubo, cuando me atacaron, ahí paró solo por 15 días, y luego volvieron a entrar. Se burlan de nuestra lucha y nos dicen que a nosotras nadie nos va a creer, porque no somos participes del proyecto y Fundación Paraguaya hace lo que quiere en la comunidad” expresaba Bernarda.

El 8 de diciembre se volvieron a realizar trabajos de rastroneo, preparación de suelo con abono químico y plantación de plantines de eucalipto. El temor de la lideresa y su comunidad es que se vuelva a dar un enfrentamiento entre indígenas de las comunidades, hoy divididas.

Impacto Ambiental

Rosa Toledo, Técnica en Agrología del IALA Guaraní, y lideresa campesina de Conamuri al ser consultada sobre las consecuencias ambientales del monocultivo de eucalipto, explicó que la problemática de agua se profundizará, debido a que el clima y el tipo de suelo del Chaco es un ecosistema muy frágil, una intervención como la planteada podría causar un desequilibrio. “El eucalipto es una planta alelopática, no deja crecer nada a su alrededor, se pierden microorganismos importantes para la biodiversidad, absorbe los recursos hídricos de la zona, deteriora lentamente el suelo, no permitiendo otros cultivos por mucho tiempo”, puntualizó.

¿Qué necesita el pueblo Qom?

Actualmente, cinco comunidades se oponen al avance del monocultivo, la resistencia por el respeto al medio ambiente, a la biodiversidad y al futuro de las familias que habitan la tierra colectiva, se hace pensando en el bien de todas y todos porque un monocultivo no es un bosque, buscan el beneficio comunitario a largo plazo. Bernarda decía que se debe pensar como abastecer con alimentos a los pueblos, pensar en la posibilidad de presentar proyectos productivos para huertas comunitarias y plantación de árboles nativos.

Tener materia prima dentro del territorio indígena y buscar mercado seguro. Actualmente las mujeres artesanas de Santa Rosa deben salir de su comunidad, viajar kilómetros para conseguir su materia prima, y otra vez dependen de la voluntad de los dueños de la tierra, a veces ni las dejan pasar, lo cual significa volver con las manos vacías. En la miniserie de podcast Kuña Remiandu, ellas cuentan su historia de trabajo en el idioma Qom, Guaraní y Castellano.

“Lo que falta es que se respete las decisiones del pueblo, no solo las decisiones de unos cuantos líderes”, afirmó Bernarda, con la tranquilidad y serenidad que la caracteriza como lideresa.

Agencia Presentes


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