Cámara de Diputados aprueba el uso recreativo de la marihuana
Tras años de lucha cívica y legal, los diputados aprobaron este miércoles un proyecto que legaliza la marihuana con fines recreativos y podría convertir a México en un gigantesco mercado.
La iniciativa, que también busca regular el empleo científico e industrial del cannabis, será votada en la Cámara baja tras haber sido avalada en el Senado en noviembre.
Se trata de un hito para México, donde la violencia del narcotráfico deja cada año miles de muertos.
“Esta ley va a permitir el autocultivo, el cultivo comunitario, a través de cooperativas y finalmente la producción nacional”, explica la activista Genlizzie Garibay, conocida como ‘Polita Pepper’.
El texto, sin embargo, volverá momentáneamente al Senado para una nueva votación, pues los diputados modificaron gran parte del contenido.
La ley fue aprobada en lo general con 316 votos en favor, 129 en contra por parte del PAN, PRD y PES y 23 abstenciones.
La propuesta mantiene elementos como la portación lícita de hasta 28 gramos de marihuana por persona, además de permitir el cultivo casero de máximo ocho plantas.
Dispone además que los menores de 18 años no pueden acceder al cannabis y prohíbe consumirlo en áreas de trabajo u oficinas.
Entre las modificaciones destaca la negativa de los diputados a crear un instituto regulador del flamante mercado, como propuso el Senado. La responsabilidad recaería en la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), del ministerio de Salud.
México, de 126 millones de habitantes, podría convertirse así en el mercado de marihuana más grande del mundo, considerando además que el pasado 12 de enero el gobierno reglamentó su uso medicinal.
“En teoría sí va a crear el mercado legal más grande del mundo por la capacidad de producción que tiene México, porque la marihuana crece en condiciones naturales sin las inversiones energéticas que se hacen, por ejemplo, en Canadá”, sostiene Lisa Sánchez, directora de la oenegé México Unido Contra la Delincuencia.
– Criminalización –
Activistas alertan, sin embargo, que la norma mantiene la criminalización del consumo del cannabis, que seguiría en la lista de sustancias prohibidas por la Ley de Salud mexicana, y no despenaliza su posesión en cantidades superiores a los 28 gramos autorizados.
“La producción será legal, la venta también, pero la posesión todavía estará sujeta a la amenaza de uso policial, multas y posibles detenciones”, advierte Sánchez.
A su juicio, si bien la normativa abre la posibilidad de crear una cadena de valor, la persecución seguirá pesando sobre usuarios y pequeños productores.
“No soluciona uno de los principales problemas en México: la mala utilización de recursos de seguridad y justicia” destinados a castigar a estos grupos, agrega.
La regulación de la marihuana surge en cumplimiento de un fallo de la Suprema Corte de octubre de 2019, que declaró “inconstitucional la prohibición absoluta” de su consumo lúdico o recreativo.
El máximo tribunal había dictado desde 2015 una serie de sentencias que consideraban ilegal prohibir dichos usos a mayores de edad.
– Negocio –
Aunque opina que México está “entrando tarde en la discusión”, Garibay, también directora de la oenegé Cannativa, considera que la ley es “un paso adelante” para la sociedad, productores y consumidores.
La legislación convertirá a México en el tercer país en legalizar el cannabis a nivel nacional para uso recreativo después de Uruguay y Canadá.
Pero el articulado también puede ser un obstáculo para que campesinos de zonas marginadas y pobres -productores históricos y víctimas colaterales del combate al narcotráfico- entren al negocio legal, señalan las oenegés.
Advierten que las normas de etiquetado, producción y requisitos para obtener semillas son el estándar para empresas establecidas, pero no para los productores tradicionales.
Adicionalmente, la incursión de la industria legal abre un flanco peligroso: la reacción de los cárteles, actuales dueños del negocio.
En 2020 las autoridades mexicanas decomisaron 244 toneladas de marihuana.
Desde diciembre de 2006, cuando el gobierno lanzó una ofensiva militar antidrogas, México acumula más de 300.000 asesinatos.
El presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador ha considerado la legalización de algunas drogas como una alternativa para pacificar el país.