El Salvador | Franklin Selva, experto en opinión pública: “El FMLN y ARENA deben buscar una recomposición inmediata”
Entrevista a Frankin Selva, Maestro en Comunicación y experto en opinión pública
Por Nicolás Retamar, de la redacción de NODAL
La victoria de Nuevas Ideas, el partido de Nayib Bukele, en las elecciones legislativas y municipales es contundente. La irrupción de este nuevo fenómeno político comandado por el presidente que barrió a los partidos tradicionales de El Salvador como la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) invita a analizar y reflexionar en las causas, las implicancias y las consecuencias de este triunfo para el pueblo salvadoreño.
NODAL dialogó con Franklin Selva, Maestro en Comunicación y experto en opinión pública, quien aportó su mirada para intentar comprender el nuevo rumbo que toma la política salvadoreña.
¿Cómo analiza los resultados de las elecciones?
Desde el punto de vista de la participación, según datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), ya se habla de poco más del 51% de participación, una cifra que en medio de una pandemia es muy importante y refleja la necesidad de la población de acudir a las urnas. Las recientes elecciones legislativas y municipales que se llevaron a cabo han significado un antes y un después para la política partidaria en El Salvador en el sentido que el resultado arrasador y sin opción de dejar una oposición ha favorecido de manera exagerada al oficialismo, el partido de Bukele, que se ha agenciado la mayoría de escaños en la asamblea, dejando con ello la posibilidad que los procesos de formación de ley sean express y la elección de cargos de segundo grado, la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal General entre otros, van a quedar a discreción del oficialismo.
De esta manera, el oficialismo controlará las instituciones que precisamente ejercen un rol de control sobre el Estado. Ese poder absoluto, por decirlo de esa manera, disminuirá los espacios de diálogo restando cada vez más las opciones de entendimiento entre los políticos de oposición y el oficialismo. En cuanto al control de los gobiernos municipales o las alcaldías, también fue abrumadora la victoria del oficialismo, que se quedó con las catorce cabeceras departamentales y las principales ciudades del país, arrasando en una especie de ola producto del discurso oficialista y la campaña dirigida por el presidente. Incluso obtuvo aquellas alcaldías o aquellas gestiones que por tradición o por su buena evaluación pertenecían a partidos de la actual oposición. Comunicacionalmente hablando, se construyó un discurso de confrontación hacia los políticos a los que el presidente llamó «los mismos de siempre», creando consigo un conjunto de elementos emocionales que calaron en una intensa campaña que aprisionó la atención de los ciudadanos.
¿Qué impacto tiene el triunfo contundente en la Asamblea Legislativa de Nuevas Ideas, el partido de Nayib Bukele, que ahora será mayoría en el Congreso y no deberá chocar con ARENA y el FMLN?
El principal elemento de impacto mediático será la Corte Suprema de Justicia y otros funcionarios de segundo grado, que deben ser electos por la Asamblea Legislativa. Además, otro impacto importante con este triunfo será la adquisición de préstamos de una nueva deuda. Estamos en medio de una crisis sanitaria y esto traerá consigo una crisis estructural del sistema, lo que significaría nuevas cargas tributarias para la población, es decir nuevos impuestos determinados por la Asamblea Legislativa que van a controlar. Esto me recuerda a los primeros discursos de Bukele donde él dijo que para hacer cambios era necesario un poco de medicina amarga, en referencia a algunos sacrificios que deberíamos hacer como sociedad o que la sociedad debería hacer para lograr algunos cambios que él ha prometido. La oposición evidentemente ha quedado reducida de modo que va a ser imposible frenar las decisiones legislativas. Sobre todo en una Asamblea que durante la campaña electoral se ofreció como obediente a las peticiones del presidente y cuyo discurso de los ahora diputados electos del oficialismo siempre fue apoyar incondicionalmente a Nayib Bukele.
El FMLN y ARENA deben buscar una recomposición inmediata, la cual debieron iniciar después de los resultados de 2019. Muchas de las candidaturas presentadas por la oposición fueron rostros conocidos que ya habían sido descalificados en las encuestas, incluso derrotados en las urnas en otros procesos electorales anteriores. El relevo generacional o las nuevas caras que presentaron, en el caso de la izquierda particularmente, no fueron suficiente y debe construirse un nuevo discurso basado en la búsqueda del sentimiento social y en recuperar el movimiento social. Por ahora parece estar todo estancado en la nueva derecha que representa el gobierno de Bukele y el discurso que ha calado en la sociedad.
¿Qué significa en términos sociales y culturales para la política salvadoreña el triunfo de Nuevas Ideas y las derrotas de ARENA y el FMLN?
Primero analicemos el discurso. Un discurso de división que algunos catalogan como “discurso de odio” por el claro ataque hacia personajes de la política. La tolerancia y el silencio en una campaña electoral, esto de parte de la sociedad incluso, que a pesar de vivir una crisis sanitaria mundial estuvo marcado por hechos de violencia vinculados al partido oficial. Hubo asesinatos con claros elementos políticos partidarios, se descalificó a la prensa que algunos llaman «el periodismo incómodo» y hay persecución y acoso en redes sociales hacia aquellas personas y aquellos pensadores que están con un discurso diferente al presidente o al oficialismo, lo cual marca un nuevo tipo de violencia social que cada día, peligrosamente, está ganando más adeptos.
Otro elemento importante es que incluso ha existido una tolerancia a hechos graves de corrupción cometidos por el gobierno que se han señalado y que la gente ha sabido justificar casi sin precedentes. El rompimiento del orden constitucional en febrero de 2020 cuando el presidente ingresó a la fuerza junto con los militares al Congreso, eso fue un hecho que también paradójicamente tuvo el respaldo popular. Digo paradójicamente porque el origen del conflicto en El Salvador fue una dictadura militar y el abuso que las fuerzas militares tuvieron hacia la población. La gobernanza a través de las redes sociales es otro elemento cultural y social que ha roto lo tradicional en el país. Esto junto a la poca exposición que el presidente tiene en el territorio ha hecho fácil la construcción de un sistema de comunicación inmediato a través de twitter y facebook, ignorando todo lo tradicional. Los políticos tradicionales ignoraron la importancia de las redes sociales mediante el cual el presidente ejerce un control discursivo en la mayoría de la población. Este rompimiento de la brecha digital ha sido muy importante para la construcción de la gobernanza de Nayib Bukele.
La derrota electoral de los partidos tradicionales ARENA y FMLN deja una lección para quienes los dirigen y para su membrecía. La gente ha votado cobrando la factura hacia lo que discursivamente el presidente llamó «los mismos de siempre». Paradójicamente, el presidente perteneció al FMLN, luego llegó al poder con uno de los partidos que habían salido justamente de la derecha y siendo un miembro del FMLN ha terminado en un partido de derecha apoyado por la población.